Está pasando desapercibido, pero la que ha liado la GenZ en Nepal no tiene precedentes: así ha sido la primera 'revolución digital' de la historia
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Está pasando desapercibido, pero la que ha liado la GenZ en Nepal no tiene precedentes: así ha sido la primera 'revolución digital' de la historia

La 'Generación Z' nepalí ha consumado la primera revolución efectiva con una revuelta nunca vista gracias a un factor diferencial: el mundo digital y las redes sociales.

Parlamento de Nepal incendiado por las revueltas juvenilesAmbir Tolang

Una semana después desde el día en que Nepal ardió (literalmente), el país se encuentra en un escenario inexplorado. Con el exprimer ministro huido, el Parlamento quemado, más de 70 muertos por las revueltas masivas en todo el país y con numerosos ministros exiliados o silenciados, ¿ahora qué? 

En primer lugar, hay que señalar que las revueltas de estas últimas semanas en Nepal, iniciadas en la capital, Katmandú, responden a un hartazgo generalizado por parte de gran parte de la población, cansada de una corrupción sistemática, con el 20% del país en la extrema pobreza y tras la gota que colmó el vaso: la censura de redes sociales para que los jóvenes no pudieran denunciar la corrupción y políticas abusivas de los parlamentarios. 

Un cóctel explosivo que ha provocado una revolución sin precedentes en el país asiático por varias razones, aunque todas ellas comparten un factor común: la Generación Z (nacidos entre mitad de los 90 y principios de los 2010). Y la razón es muy clara: les han tocado lo más sagrado; las redes sociales y el acceso a Internet.

Y puede parecer algo menor -aunque no lo es-, pero para una generación en la que el mundo digital es una parte importantísima de su realidad, una medida de tal calado, sumada a un nepotismo sistemático y unas políticas abusivas por parte de los gobernantes, prendieron la mecha definitiva.

La primera 'revolución digital': los jóvenes toman el país gracias a las redes sociales

Es cierto que la inestabilidad política es un rasgo que se puede considerar más que habitual en Nepal. A lo largo de los años han sido muchos los levantamientos contra los poderosos, justificados en base a la extrema pobreza de la población unido a una abismal desigualdad. Estos factores han sido claves para ahondar en constantes crisis institucionales en el país nepalí. Sin embargo, en esta ocasión hay varias características que convierten este levantamiento en histórico y sin precedentes.

El mundo digital y la utilización de las redes sociales, ejemplificado en la plataformas de Discord, han jugado un papel fundamental en el levantamiento juvenil, hasta el punto de que la app de comunicación ha jugado un papel fundamental, tanto antes como después de tumbar el gobierno de K. P. Sharma Oli. 

A través de esta aplicación en particular -y las redes sociales en general- los jóvenes se coordinaron en tiempo récord para organizarse, movilizarse y mantener la presión de forma masiva contra los abusos del poder. Pero no solo eso, sino que la aplicación de streaming también sirvió para votar y nombrar a la nueva primera ministra, Sushila Karki, votada a través de Discord, y nombrada este mismo domingo en un hecho sin precedentes en la historia.

En este sentido, la diferencia entre la revolución llevada a cabo por la generación más joven de Nepal, respecto a otras que tuvieron lugar años atrás, como en 2008, cuando derrocaron la monarquía absoluta, o las manifestaciones estudiantiles de 1979, que exigían derechos democráticos y de educación, en esta ocasión, la destrucción y consecuencias de las revueltas han traspasado límites inexplorados.

Las protestas de la Generación Z han cruzado líneas como nunca antes, con el incendio de instituciones como el Parlamento, la Corte Suprema, edificios gubernamentales y el asalto y saqueo de varias casas y mansiones de ministros asaltadas y quemadas. Además, un detalle no menor ha sido la implicación del ejército, que no solo facilitó el levantamiento juvenil sino que asumió responsabilidades a la hora de restaurar el orden y la seguridad en el país.

  Jóvenes nepalíes se fotografían durante la revolución más importante de su historia recienteAnadolu via Getty Images

Sin duda alguna, el factor digital ha sido clave para las movilizaciones, llegando a provocar el derrocamiento de un régimen, que se ha visto obligado -de una forma extremadamente rápida- a negociar, disolver el Parlamento y aceptar a la nueva primera ministra, Sushila Karki (73 años), como la líder del país de forma interina hasta el 5 de marzo de 2026, cuando se celebrarán elecciones. Es la primera vez que una mujer se convierte en primera ministra de Nepal.

¿Y ahora qué?

Durante sus primeros días al mando de un país devastado y sin 'nadie al volante', Karki, expresidenta del Tribunal Supremo de Nepal, ha aceptado con orgullo el cargo para el que se la ha designado, tras ser la elegida en consenso por los activistas jóvenes (“Gen Z”), el presidente de Nepal, Ram Chandra Paudel -que disolvió el Parlamento- y el jefe del ejército, Ashok Raj Sigdel, ha prometido cambios profundos en el país, aunque se trata e una misión ardua y verdaderamente complicada.

"Mi nombre fue llevado desde las calles. El pueblo me trajo aquí", dijo ella durante la jura de su cargo. Así, prometió indemnizaciones para las familias de las víctimas, atención gratuita a los heridos y la creación de un gabinete reducido con ministros con credenciales reformistas en áreas clave como Finanzas e Interior. Además, ha asegurado una lucha total contra la corrupción, algo que ya ha demostrado durante años, con sentencias contra las corruptelas sistemáticas de los parlamentarios y gobernantes, razón por la que se ha convertido en un símbolo de resistencia.

  Jóvenes posan frente al Parlamento Federal de Katmandú durante la revolución de la GenZSubaas Shrestha

Pese a todo, existen varios riesgos que pueden hacer saltar por los aires nuevamente la situación hasta el próximo 5 de marzo. Por un lado, que la deuda económica se acentúe, que el desempleo no baje o que la corrupción estructural y las desigualdades regionales no se solucionen. Y por otro, hay graves riesgos de que las elecciones no garanticen una transición democrática o que la represión y violencia reaparezcan.

En cualquier caso, es bastante probable que el movimiento juvenil Gen Z continúe activo a través de redes sociales y plataformas digitales, y se espera que probablemente tenga voz en la selección de algunos cargos del gobierno interino. Por lo que el papel de estos movimientos será clave para que la transición no quede en promesas, en la considerada como primera revolución juvenil gracias al mundo digital.

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Soy redactor de El HuffPost España, donde escribo sobre todo tipo de contenidos: desde actualidad, última hora, política, sociedad y deporte hasta política internacional, en menor medida.

 

Nacido en Jaén en 1998, me decanté por estudiar Historia y Periodismo en la Universidad Rey Juan Carlos durante 2016 y 2022. Desde entonces, mi trabajo se ha centrado en contar la actualidad con contexto, intentando entender no solo lo que ocurre, sino también de dónde viene y qué consecuencias puede tener. Al fin y al cabo, la Historia —aunque a veces parezca dormida— siempre está detrás de los titulares.

 

Sobre qué temas escribo

Como vocación, los asuntos históricos me llaman mucho la atención, pero durante los últimos años, la "actualidad manda", y el ritmo frenético de sucesos económicos, políticos y geopolíticos (casi todos negativos) en un mundo cada vez más convulso acapara gran parte del trabajo de manera diaria. Esto ha provocado que haya desarrollado una gran pasión e interés por entender cómo y por qué ocurren gran parte de todos los acontecimientos históricos que estamos viviendo constantemente.


Intento contar el presente con rigor, con un punto de contexto histórico y, cuando se puede y con una pizca de ironía. Porque incluso en los días más intensos, un poco de perspectiva —y de humor— ayuda a entender mejor lo que pasa.

 

Mi trayectoria

Mi experiencia profesional comenzó allá por 2019, como colaborador en Radio Libertad y Radio Marca, donde cubrí actualidad deportiva diaria y descubrí el vértigo de informar a contrarreloj. Más tarde pasé por AS, donde amplié el foco: además de deporte, seguí temas de actualidad general y aprendí que en el periodismo, a veces, el fuera de juego también puede ser político.


En enero de 2023 me incorporé a El HuffPost, donde escribo sobre política, sociedad y actualidad en todo tipo de frentes: desde elecciones hasta debates nacionales e internacionales, deporte y sucesos (un poco de todo). En definitiva, todo lo que marca la conversación pública y, en general, todo aquello que explica por qué el mundo gira como gira (y por qué a veces parece hacerlo del revés).

 


 

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