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¿Están Ucrania y Rusia realmente más cerca de la paz, como defiende Trump?

¿Están Ucrania y Rusia realmente más cerca de la paz, como defiende Trump?

"En este momento, Rusia quiere que termine la guerra, pero el problema es que a veces lo quieren y otras veces no, y lo mismo ocurre con Ucrania. Así que tenemos que lograr que se pongan de acuerdo", dice el norteamericano. 

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, y el enviado especial de EEUU, Steve Witkoff, se dan la mano tras la foto de familia con los negociadores europeos, el 15 de diciembre de 2025, en Berlín.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, y el enviado especial de EEUU, Steve Witkoff, se dan la mano tras la foto de familia con los negociadores europeos, el 15 de diciembre de 2025, en Berlín.Kay Nietfeld / Pool via REUTERS

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo esta madrugada que cree que se está "más cerca que nunca" de lograr un acuerdo de paz sobre Ucrania. Sus palabras, halagüeñas, pero que hay que tomar con prudencia visto que esa es su sensación desde febrero pasado, llegan después de que representantes estadounidenses se reunieran en Berlín el fin de semana con el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, y con autoridades europeas para revisar el plan propuesto por Washington para poner fin al conflicto. 

Ayer, de nuevo, hubo encuentros en la capital alemana, de la que salió la oferta de un esbozo de las garantías de seguridad para Kiev: Washington ofreció a Kiev una protección "equivalente al artículo 5 de la OTAN" y Europa añadió un compromiso jurídicamente vinculante de ayudar al país en caso de que Rusia lance un nuevo ataque, incluida una "fuerza multinacional Ucrania" liderada por Europa y apoyada por Washington.

"En este momento, Rusia quiere que termine [la guerra], pero el problema es que a veces lo quieren y otras veces no, y lo mismo ocurre con Ucrania. Así que tenemos que lograr que se pongan de acuerdo. Pero creo que las conversaciones están avanzando muy bien", resumió Trump. Por una vez, fue majo con los socios europeos: "Contamos con un apoyo tremendo de los líderes europeos. Ellos también quieren que se acabe".

La agencia Associated Press informa de que esperan más conversaciones este fin de semana en suelo estadounidense, posiblemente en Miami, según varios funcionarios del Gobierno de Trump. 

Las propuestas

Pero, ¿estamos realmente tan cerca? John E. Herbst, director del Centro Eurasia del Atlantic Council -un tanque de pensamiento washingtoniano- no lo tiene tan claro. En un análisis de urgencia difundido en las últimas horas, lo resume en una frase: mientras EEUU, Ucrania y Europa hablan de paz, Rusia todavía sólo piensa en la rendición". A su entender, la probabilidad de un alto el fuego para Navidad es "baja", aunque no deja de calificar de "esperanzador" este último esfuerzo de la Administración Trump para lograr un fin negociado a la agresión rusa, que va camino de cuatro años y que el propio republicano prometió resolver "en 24 horas" si regresaba a la Casa Blanca. Ni era tan fácil ni los demás eran tan tontos. 

Si bien los detalles exactos del plan actual de la Casa Blanca no son públicos, "los informes sugieren que los puntos clave incluyen una renovada propuesta estadounidense para que Ucrania ceda las regiones estratégicas del oeste del Donbás que Rusia no ha podido conquistar y cree allí una zona desmilitarizada", desvela. Kiev rechazó esta iniciativa cuando se presentó inicialmente, a mediados de noviembre, y fue ampliamente criticada en EEUU, incluso por los republicanos en el Congreso, por considerarla peligrosamente favorable al Kremlin. Pero Zelenski, entiende, ha ido asumiendo con los días que tendrá que ceder algún bocado, de ahí que haya hablado por primera vez de un referéndum popular sobre la medida y hasta de elecciones para legitimar su toma de decisiones. 

"Kiev aún considera esta propuesta -un intento de cumplir con la exigencia de Moscú de que Ucrania ceda todo el Donbás- extremadamente arriesgada. Si las tropas rusas ingresaran en esta zona desmilitarizada altamente fortificada, les resultaría mucho más fácil avanzar hacia el oeste y conquistar mucho más territorio ucraniano", indica Herbst, que además de analista fue embajador de EEUU en Ucrania.

Para persuadir a los ucranianos a aceptar esto, Washington está dispuesto a ofrecer a Ucrania, según avanzó ayer Axios, "una garantía basada en el Artículo 5 de la OTAN, que sería aprobada por el Congreso y legalmente vinculante". Los detalles exactos de esta garantía no son públicos a esta hora. Sin embargo, las conversaciones sobre las garantías han estado en curso desde que Zelenski y otros siete líderes europeos se reunieron en agosto con Trump, tras su cumbre en Alaska con el presidente ruso Vladimir Putin. Ahora, EEUU dice a AP que la oferta de garantías de seguridad no estará sobre la mesa "eternamente", una manera de meter prisa al proceso. 

Durante meses, el equipo de Trump se ha mostrado reacio a ofrecer a Ucrania garantías concretas, prefiriendo llegar primero a un acuerdo sobre los términos de un alto el fuego y sólo después abordar la cuestión de las garantías, una postura que Kiev consideró insatisfactoria. Esto es comprensible dado que Ucrania renunció a su arsenal nuclear en virtud del Memorándum de Budapest de 1994, a cambio de "garantías de seguridad" de Rusia, EEUU, el Reino Unido, Francia y China de que no permitirían ninguna violación de la integridad territorial de Ucrania. "Garantías que resultaron ineficaces", recuerda el experto.

"Si Washington está ahora dispuesto a ofrecer a Ucrania garantías sólidas, ya sea sólo o, mejor aún, con al menos algunos de sus aliados europeos, eso podría bastar para que Zelenski considere la retirada del Donbás occidental", afirma. El refrendo público sobre la entrega del Donbás occidental lanzado la pasada semana "probablemente cumpliría con su requisito constitucional de no realizar, sin aprobación pública, ningún cambio en las fronteras de Ucrania".

Axios, en su información firmada por Barak Ravid -un periodista con fantásticas fuentes en la Casa Blanca- cita a un alto funcionario estadounidense no identificado que declaró: "Queremos dar a los ucranianos una garantía de seguridad que no sea un cheque en blanco por un lado, sino que sea lo suficientemente sólida por el otro. Estamos dispuestos a someterla a votación en el Congreso". Sin duda, esto es un gesto hacia Zelenski, pero no aclara si la Administración se refiere a un tratado (legalmente vinculante) -la postura de Zelenski- o a algo menos.

Vladimir Putin, Donald Trump y Volodimir Zelenski, en imágenes de archivo.
Vladimir Putin, Donald Trump y Volodimir Zelenski, en imágenes de archivo.Getty Images

Las garantías sobre las garantías

También hay poca información pública sobre los elementos críticos de esas garantías. Sobre todo, su aplicación y funcionamiento. "A Zelenski le preocupa que Rusia pueda desplegar tropas secretamente en la zona desmilitarizada", remarca el autor. El viernes pasado, el asesor principal de Putin, Yuri Ushakov, ya afirmó que si bien "es totalmente posible que no haya tropas [en el Donbás], ni rusas ni ucranianas" en un escenario de posguerra, "habrá guardia nacional rusa" y "policía". 

La guardia nacional rusa es, hoy por hoy, una fuerza paramilitar, y no sería difícil ocultar una concentración de tropas en la zona como guardias nacionales. En 2014, tropas rusas sin ninguna identificación ya tomaron unilateralmente la península de Crimea. ¿Responderían las garantías de seguridad en discusión a una concentración significativa de la guardia nacional rusa en esta zona? En términos más generales, ¿qué violación rusa de la zona desmilitarizada o acción ofensiva más allá de ella obligaría a una respuesta contundente de EEUU? 

A eso no responde aún el optimismo público de Trump. Es más: Herbst dice que esa propuesta supone un riesgo innecesario para los propios EEUU. Para persuadir a Ucrania de que abandone sus fuertes posiciones defensivas, dice, "las garantías deben ofrecer una acción contundente de EEUU si Rusia rompe el alto el fuego y despliega tropas en esta zona". "Esto pondría inmediatamente a cualquier fuerza estadounidense, incluso aérea, en un peligro innecesario, ya que las tropas rusas estarían operando desde una posición ventajosa tanto para operaciones defensivas como ofensivas. EEUU tendría que estar preparado para esta contingencia", avisa.

La pelea con el Kremlin

Los enviados de Trump afirman haber logrado avances significativos en las conversaciones, pero aún no hay indicios claros de que el Kremlin esté dispuesto a aceptar condiciones que conduzcan a una paz sostenible. De hecho, Ushakov declaró el viernes que, si bien Moscú no había visto el último borrador tras las conversaciones entre Estados Unidos y Ucrania, "cuando lo veamos, puede que no nos gusten muchas cosas, así lo presiento". Aunque hay conquistas sobre el papel, no son todas las que Trump, en la primera llamada telefónica con Putin al mes de llegar al Despacho Oval, le puso el bandeja. 

Con el paso de los meses, las posturas maximalistas de la Federación Rusa se han endurecido y Trump, por su parte, ha ido dándose cuenta de ello y de que Putin estaba ganando tiempo con las negociaciones, nada más. No ha cedido ni una tregua de 30 días, a la que sí accedió Zelenski. Y se ha ido enfadando, claro, por no poder aparecer como el megapacificador que pretende ser. 

El objetivo declarado del magnate sigue siendo una paz duradera. Lo dice y cree en ello, porque le conviene: no quiere quebraderos de cabeza, sino centrarse en los negocios que sí le cuadran. El inconveniente es que para que sea de veras duradera tiene que ser justa y con garantías, vistos los afanes expansionistas de Putin, que no dan confianza de cara al futuro. 

"A pesar de casi un mes de conversaciones desde el lanzamiento de esta última iniciativa, no hay indicios de que Putin haya renunciado a su objetivo de lograr el control político efectivo de Ucrania, lo que requeriría que Rusia se apodere de mucho más territorio ucraniano", dice la valoración del Atlantic Council. Incluso Trump pareció reconocerlo al criticar a Zelenski, el 7 de diciembre, por no responder favorablemente a la última propuesta estadounidense. Si bien creía que Rusia aceptaría dicha propuesta, Trump declaró : "Rusia... supongo, si lo piensas, preferiría tener todo el país". Es obvio y, como aún piensan que van ganando en el campo de batalla, su plan es aguantar, pese al alto coste en vidas que le está suponiendo esta "operación militar especial", que no ha sido aún ni declarada oficialmente como guerra. 

Andrei Kelin, embajador de Rusia en Londres, concedió una entrevista en Channel 4, el 10 de diciembre, en la que afirmó que lo que estaba sobre la mesa no era tanto un "acuerdo", sino una "rendición" ucraniana. "Mientras los enviados estadounidenses presionan a Ucrania para que acepte incluso las condiciones rusas previamente rechazadas, y mientras EEUU y sus aliados europeos discuten sobre los términos de los planes para poner fin a la guerra, Moscú observa, sin ningún incentivo para hacer concesiones para lograr una paz duradera", concluye el exdiplomático. 

Funcionarios estadounidenses dijeron esta madrugada a medios como la CNN que hay consenso en alrededor del 90% del plan de paz elaborado por EEUU y que Rusia ha indicado que está abierta a que Ucrania se una a la UE, un proceso que ya está, de hecho, en marcha. Sin embargo, el presidente ruso ha calificado la candidatura de Ucrania de unirse a la OTAN como una gran amenaza a la seguridad de Moscú y una razón para lanzar una invasión a gran escala en febrero de 2022. El Kremlin ha exigido que Ucrania renuncie para siempre a su candidatura como miembro de la alianza como parte de cualquier posible acuerdo de paz. 

Inmediato no parece el acuerdo. 

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Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.

 

Sobre qué temas escribo

Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.

 

También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.

 

Mi trayectoria

Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.

 

En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo. 

 

Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí  'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.

 

 


 

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