Gaza, la incógnita más cruel tras el paso dado por Netanyahu: promesas, discrepancias y un rechazo masivo
De madrugada, el Gabinete de Seguridad daba luz verde al plan de Netanyahu para conquistar Ciudad de Gaza y completar su dominio en la Franja. El ejército no lo ve bien, el mundo tampoco... ni siquiera su pueblo lo apoya. Sin entender el por qué, ahora se teme el cuándo y el cómo.
Benjamin Netanyahu sigue adelante con su 'plan'. Ajeno al rechazo internacional, más aún a las múltiples protestas en el país y a las reticencias de su cúpula militar, Israel ultima los detalles de su operativo para conquistar el resto de la Franja de Gaza, el 25% que le falta de un enclave devastado tras 22 meses de guerra.
La "toma" por completo se aprobó de madrugada, tras diez horas de un debate que el primer ministro hebreo esperaba más ligero. El 'día después' es, también, el del rechazo mayoritario del planeta al operativo militar israelí. Con la excepción de EEUU, que se limita a dejar hacer con levísimas críticas por parte de Trump, Occidente se ha levantado contra las ansias militares de Tel Aviv, llevadas al 'papel' en un documento de cinco puntos. Especialmente relevante, por histórico, el 'embargo parcial' de armas por parte de Alemania.
Las claves ya las adelantaba el propio Benjamin Netanyahu, horas antes de la reunión clave de su Gabinete de Seguridad. En una entrevista con Fox News insistía en su deseo de tomar el resto de Gaza, , "pero no gobernarla", sino entregar el control a una "autoridad árabe" con Hamás fuera de toda posible ecuación.
El desarme de la organización considerada terrorista es otro de los puntos que incluye el texto, junto con el regreso de los rehenes en sus manos, con al menos una veintena con vida aún, según fuentes israelíes. Una vez cumplidos esos puntos, Tel Aviv procedería a desmilitarizar la Franja, imponer un "perímetro de seguridad" y entregar el control del enclave a un "gobierno civil alternativo", incluso árabe, pero que nunca sería Hamás ni la Autoridad Palestina.
El grupo islamista ya ha respondido en forma de doble amenaza. Si Israel va adelante con la conquista de Ciudad de Gaza, refugio hoy para cerca de un millón de gazatíes Hamás hará pagar al pueblo hebreo "un alto precio". Primero, asegurando que morirían muchos soldados israelíes y posteriormente chantajeando con la vida de los rehenes que aún mantiene la facción armada palestina desde los atentados del 7 de octubre.
El diario nacional The Times of Israel adelanta, según el testimonio de un alto funcionario israelí, que el documento gubernamental recoge la evacuación de los civiles hacia el sur. Muchos de ellos, cabe recordar, ya refugiados internos, provenientes de ciudades previamente golpeadas por los constantes ataques. Se habla de tomar la Ciudad de Gaza, pero con opciones de seguir, más allá, en la lucha por hacer "desaparecer" a Hamás.
Al filo de los dos años de guerra, iniciada en respuesta el mismo 7 de octubre, Israel controla cerca del 75% de la Franja. Lo restante pasaría por Ciudad de Gaza y unos pocos terrenos cercanos, algo más al sur de la capital, donde se ubican numerosos campos de refugiados. Entre ambas zonas se contabilizan unos dos millones de habitantes. Hasta ahora, eran terrenos donde las Fuerzas de Defensa de Israel no había querido entrar ante la creencia de que la mayoría de los rehenes se encuentran allí. De ahí el rechazo interno de parte del Ejército al plan de conquista.
Nada parece frenar por ahora a Netanyahu. Ni siquiera las citadas dudas del alto mando militar, que en las últimas jornadas se ha visto obligado a publicar promesas de "acatamiento" de lo que decidiera el Gobierno. Eyal Zamir, jefe del Estado mayor del Ejército —las Fuerzas de Defensa de Israel—, insistía de puertas para dentro en que el plan de conquista era una 'sentencia de muerte' para los rehenes israelíes en Gaza.
La preocupación es idéntica entre los familiares de los secuestrados. En las últimas horas, las ya recurrentes concentraciones sociales contra Netanyahu y su dirección militar de la guerra se han multiplicado. Son muchas las grietas en el respaldo a los planes del primer ministro, que sin embargo se apoya en la sección más radical de su maltrecho gabinete.
Sin entender el por qué, el mundo teme ahora el cuándo y el cómo del ansiado 'plan Netanyahu'.