La apuesta de Putin perdida le sale cara en el flanco sur de la OTAN
Los errores del mandatario ruso en Siria y en Ucrania comienzan a evaporar la capacidad de amenaza del país de Putin.

Después de que la OTAN convirtiese el mar Báltico en un lago de la OTAN, la flota rusa parece perder su presencia en el Mediterráneo. El refuerzo armamentístico de los Estados bálticos, unido al ingreso de Suecia y Finlandia en la alianza, ha complicado la situación para el país de Putin en el Báltico, que cada vez se encuentra más excluida.
Después de dos meses de la caída del régimen de Bashar al-Assad en Siria, la flota rusa también comenzó a desaparecer del Mediterráneo, escapando al puerto sirio de Tartus (la principal base rusa en esta zona). Sin embargo, debido a la situación de "incertidumbre" la mayoría están a punto de abandonar este punto, según un nuevo informe del Royal United Services Institute de Londres.
Su desplazamiento llevará a Europa a padecer algunas consecuencias, pues obligará a Putin a buscar otro refugio como alternativa. Existen tres posibles lugares que resultan obvios por sus vínculos con Rusia, aunque no parecen muy buenas opciones. En primer lugar, se encuentra Argelia, aunque como señaló RUSI, "no está claro que el cálculo estratégico favorezca la presencia permanente de Rusia", pues los argelinos no obtendrían "ningún imperativo claro a favor".
También se encuentra el Puerto Sudán, situado en la costa sudanesa del Mar Rojo, que podría ser mejor opción que la anterior. "Sin embargo, las negociaciones para establecer una base marítima militar, a pesar de que llevan ya varios años, siguen estancadas", defendió RUSI. "Esto en sí mismo probablemente haría de Puerto Sudán una mala opción como alternativa inmediata a Tartus", añadió. Además, para poder operar desde aquí deberían tener que acceder desde el canal de Suez, lo que complica todo.
Por último, cabe la opción de Libia, pues "Rusia ya opera la base aérea Al Kadim en esta región", afirmó RUSI. "Concentrando los esfuerzos en el este de Libia, Tobruk y potencialmente también Bengasi podrían ofrecer refugio seguro a una flota rusa en el Mediterráneo que no tiene hogar", sentenció.
Sin embargo, Tobruk podría no estar preparado. "Con instalaciones de reparación limitadas y sin dique seco, pocos atracaderos de tamaño suficiente y oportunidades limitadas para la expansión, la inversión a largo plazo en una presencia permanente probablemente presentaría desafíos técnicos", afirmó RUSI. Otra de las cuestiones que complica su emplazamiento en esta zona es que "cualquier presencia rusa en Libia dependería, como mínimo, de la buena voluntad tuca", tal y como reivindicó el centro de estudios londinense.