La guerra en Ucrania provoca el resurgimiento inesperado del arma pesada de 100 años de antigüedad
"La mayoría de los países simplemente no estaban interesados hace 10 años. Ahora, tenemos contratos", ha asegurado un fabricante.
La invasión rusa de Ucrania, desatada por el presidente ruso, Vladimir Putin, en febrero de 2022, ha despertado el interés de un tipo de arma de la que la mayoría de los países ya se habían prácticamente olvidado. Se trata de las ametralladores, algunas incluso se usaban ya en la Segunda Guerra Mundial, según ha asegurado el fabricante FN Browning al medio Business Insider.
Henry de Harenne, jefe de comunicaciones de FN Browning y miembro de su comité ejecutivo, afirmó que se espera que la demanda y producción mundial de ametralladoras duplique este año a la de 2022, cuando comenzó la guerra rusa. "La mayoría de los países simplemente no estaban interesados hace 10 años. Ahora, tenemos contratos", aseguró.
La compañía, propiedad exclusiva del gobierno belga, no vende directamente a Ucrania, pero entre sus clientes hay aliados de Kiev. Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Bélgica son algunos de ellos. Las tensiones geopolíticas con Rusia han impulsado una nueva voluntad política para el gasto en defensa en Europa, que planea dedicar unos 930.000 millones de dólares al rearme de sus ejércitos para 2030.
Pero el interés por las ametralladoras, "tanto antiguas como nuevas", ha aumentado drásticamente, afirmó De Harenne, que puso como ejemplo un envío reciente del ejército francés de antiguas M2 abandonadas por las fuerzas estadounidenses en la Segunda Guerra Mundial. "Las traemos aquí, las mejoramos y les damos una garantía como si fueran nuevas", dijo. Y añadió que hasta ahora han modernizado 2.000 de estas armas para Francia.
Aunque se ha actualizado y mejorado repetidamente, el M2 existe desde hace más de 100 años. Esta es un arma común de infantería que dispara montado sobre un trípode, según ha aclarado el mismo medio. De esta forma, desde una posición fija, puede someter a tropas y vehículos ligeros enemigos a un intenso fuego de calibre .50 —lo que suponen unos 600 disparos por minuto—. En el campo de batalla, los soldados ucranianos han experimentado con robots terrestres que portan este tipo de ametralladora.