Las sospechas de Trump sobre la intención de Putin con el alto al fuego acaba en una amenaza a la flota en la sombra rusa
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Las sospechas de Trump sobre la intención de Putin con el alto al fuego acaba en una amenaza a la flota en la sombra rusa

El presidente de EEUU cree que su homólogo está dando largas al proceso de paz y ya prepara sanciones contra Rusia más duras, centradas en sus petroleros fantasma.

El presidente ruso, Vladimir Putin, en una imagen reciente.GETTY IMAGES

Donald Trump ha decidido subir el tono con Moscú. El presidente de Estados Unidos no se traga que Vladímir Putin esté comprometido con un alto el fuego en Ucrania y cree que Rusia está alargando las negociaciones con mala fe. De acuerdo con Jacqui Heinrich, corresponsal de Fox News en la Casa Blanca, la mente del mandatario republicano ya ha empezado a darle vueltas a una nueva batería de sanciones para presionar al Kremlin.

Fuentes cercanas al presidente Trump aseguran que está "decepcionado" con Putin y que su equipo ya trabaja en una "vía a seguir" mucho más contundente. Entre las medidas que baraja la Casa Blanca, cuenta UATV, figura un nuevo paquete de agresivas sanciones que apuntarían directamente a uno de los pilares del engranaje económico ruso: la conocida como la flota en la sombra.

Esta red de buques, opaca y difícil de rastrear, ha sido una de las claves para que Rusia pueda seguir vendiendo petróleo a pesar de las sanciones impuestas desde Occidente. Gracias a ella, Moscú ha conseguido mantener ingresos fundamentales para su economía y el esfuerzo bélico que supone la guerra contra Ucrania para las arcas rusas. Trump cree que esa vía sigue demasiado abierta y quiere cortarla cuanto antes.

Desde su entorno aseguran que el presidente valora la efectividad de las sanciones actuales con un escueto 3 sobre 10. El mensaje es claro: no sirven, hay que ir más allá. La amenaza a la flota en la sombra rusa forma parte de esa estrategia más agresiva, en un momento en el que la presión internacional abre fisuras en el frente diplomático.

Mientras tanto, Estados Unidos ha vuelto a mover ficha para avanzar hacia un alto el fuego real. El pasado 11 de marzo, durante una ronda de contactos celebrada en Arabia Saudí, los representantes de Ucrania aceptaron la propuesta de Washington para declarar una tregua inmediata de 30 días. Lo han confirmado desde la Oficina de la Presidencia en Kyiv, que asegura que será la Casa Blanca la encargada de comunicar oficialmente esta iniciativa a Moscú.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha reiterado en varias ocasiones que su país está dispuesto a detener los combates, pero no de forma unilateral. La condición es clara: si no hay compromiso por parte de Rusia, la tregua no arranca. La pelota está ahora en el tejado del Kremlin.

Desde Moscú, Vladímir Putin ha respondido que ve con buenos ojos el planteamiento de Estados Unidos, pero ha advertido de que aún quedan cuestiones importantes por discutir antes de cerrar un acuerdo. El líder ruso no ha aclarado cuáles son esos puntos, ni si está dispuesto a aceptarlos en el corto plazo.

Trump sube el tono y marca el ritmo

El movimiento de Trump no es casual. Su presidencia está marcada por un estilo directo y por una política exterior de presión constante. En este caso, su amenaza con nuevas sanciones contra Rusia busca forzar una respuesta rápida del Kremlin y, al mismo tiempo, dejar claro que Estados Unidos no está dispuesto a esperar eternamente.

El foco sobre la flota en la sombra rusa tiene un mensaje doble: golpea donde más duele (los ingresos energéticos) y señala que Washington no solo quiere apretar con sanciones generales, sino con medidas quirúrgicas que apunten directamente a los mecanismos de evasión.

Además, el gesto refuerza el liderazgo internacional de Trump en un contexto en el que otros actores, como China o Turquía, intentan ganar protagonismo en las conversaciones de paz. Para el presidente estadounidense, mantener el timón de la negociación no es solo una cuestión estratégica, también tiene un fuerte componente político en plena cuenta atrás para las elecciones.

La guerra en Ucrania ha entrado en una fase de desgaste prolongado, y cualquier gesto que apunte a un alto el fuego genera esperanza, pero también desconfianza. Washington quiere resultados, Ucrania ha dado el paso y ahora todas las miradas están puestas en Putin. Lo que está claro es que Trump no quiere quedarse esperando. Y si la vía diplomática no avanza, el presidente ya tiene lista su siguiente jugada.

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