Luz verde al tanque robótico de Ucrania diseñado para quemar a sus enemigos
El Ministerio de Defensa de Ucrania ha autorizado oficialmente el KRAMPUS, un vehículo terrestre no tripulado de desarrollo nacional con armamento termobárico.

El Ministerio de Defensa de Ucrania (MOD) ha autorizado oficialmente el KRAMPUS, un vehículo terrestre no tripulado (UGV) de desarrollo nacional con armamento termobárico que está diseñado para operaciones ofensivas y defensivas, según ha informado el medio Interesting Engineering, que ha señalado que también puede equiparse con lanzadores termobáricos reactivos para su uso por las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa de Ucrania, el KRAMPUS es compacto en tamaño y peso, y puede transportarse en la caja de una camioneta, minibús o remolque. El UGV también es muy silencioso gracias a sus silenciosos motores eléctricos y a un chasis con orugas. Esta configuración le permite desplazarse incluso en los terrenos más difíciles, como zonas todoterreno, bosques densos, arena, pantanos y pendientes pronunciadas.
Según el Ministerio de Defensa, el UGV también se beneficia de canales de control resistentes a la guerra electrónica (EW). Además, puede operar en diversas condiciones climáticas, como frío, calor, nieve y lluvia. Gracias a su paquete de baterías, KRAMPUS también puede funcionar durante horas, lo que le permite permanecer en servicio en una posición durante períodos prolongados.
"El sistema robótico terrestre está equipado con cámaras de vídeo y una estación de armas armada con lanzadores termobáricos reactivos RPV-16, capaces de eliminar personal enemigo y vehículos ligeramente blindados", ha explicado el MOD ucraniano en su comunicado de prensa.
En el extremo operativo del UGV, el sistema termobárico integrado está diseñado para ofrecer una potencia de fuego devastadora en espacios reducidos. Al activar la ojiva, el sistema dispersa una fina nube de combustible en aerosol con un diámetro aproximado de 7 a 8 metros.
En 0,2 segundos la mezcla vaporizada se enciende produciendo una bola de fuego de alta temperatura que alcanza los 2500 °C, según explicó Militarnyi. Esta ignición provoca daños térmicos extremos y una potente onda de sobrepresión que neutraliza al personal en espacios cerrados o fortificados.
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