Munición con uranio empobrecido de EEUU para Kiev: qué es, qué hace, qué supone

Munición con uranio empobrecido de EEUU para Kiev: qué es, qué hace, qué supone

Rusia ha avisado reiteradamente que "respondería en consecuencia" si se emplea en los tanques occidentales un "componente nuclear". Habla ahora de "acto criminal".

Técnicos en eliminación de explosivos de la Fuerza Aérea de EEUU manejan armas con uranio empobrecido en Tooele Army Depot, Texas, en junio de 2022.Staff Sgt. Nicholas Perez / AP

Estados Unidos ha anunciado un nuevo paquete de ayuda para Ucrania valorado en 175 millones de dólares que, por primera vez, incluye munición con uranio empobrecido. Esta munición de 120 milímetros de calibre va destinada a los tanques Abrams prometidos por Washington a Kiev en enero pasado y ha enfurecido a Rusia, que denuncia el "componente nuclear" y habla directamente de "acto criminal". 

La Administración Biden sigue los pasos de Reino Unido, el primero en enviar esta munición, muy controvertida, que busca ayudar a Kiev a atravesar las líneas rusas en su extenuante contraofensiva. Se instalará en 31 tanques en total, que se entregarán este otoño y que pueden reforzar la contraofensiva ucraniana, exitosa paso a paso

Este tipo de proyectiles perforantes fueron desarrollados por Estados Unidos durante la Guerra Fría con el fin de destruir los tanques soviéticos, incluidos los mismos tanques T-72 que Ucrania enfrenta ahora en su contraofensiva. Material viejo pero efectivo que Moscú sigue empleando. 

El uranio empobrecido es un subproducto del proceso de enriquecimiento de uranio, necesario para crear armas nucleares. Las balas conservan algunas propiedades radiactivas, pero no pueden generar una reacción nuclear como lo haría un arma nuclear, señala a la agencia AP el experto nuclear e investigador de políticas de RAND, Edward Geist.

Cuando Londres anunció en marzo que enviaría a Ucrania sus rondas de uranio empobrecido, Rusia denunció falsamente que tenían "componentes nucleares" y advirtió que su uso abriría la puerta a una mayor escalada y a una internacionalización del conflicto. En el pasado, el presidente ruso Vladimir Putin sugirió que la guerra podría escalar hasta el uso de armas nucleares.

Ese es el contexto. Ahora vamos con las claves. 

De qué hablamos cuando hablamos de uranio empobrecido

El uranio empobrecido es un subproducto del proceso de creación del uranio enriquecido, más raro, menos común, utilizado en combustible y armas nucleares. Aunque es mucho menos potente que el enriquecido e incapaz de generar una reacción nuclear como tal, el empobrecido es extremadamente denso (más que el plomo), una cualidad que lo hace muy atractivo como proyectil de guerra.  "Es tan denso y tiene tanto impulso que sigue atravesando la armadura y la calienta tanto que se prende fuego", sostiene Geist.

Cuando se dispara, una munición de uranio empobrecido se convierte "esencialmente en un dardo de metal exótico disparado a una velocidad extraordinariamente alta", afirma a su vez en la citada agencia Scott Boston, analista senior de defensa de RAND.

"Es tan denso y tiene tanto impulso que sigue atravesando la armadura y la calienta tanto que se prende fuego"

En la década de los 70, el ejército estadounidense comenzó a fabricar proyectiles perforantes con uranio empobrecido y desde entonces lo ha añadido al blindaje compuesto de sus tanques, para fortalecerlo. También ha añadido uranio empobrecido a las municiones disparadas por el avión de ataque de apoyo aéreo cercano A-10 de la Fuerza Aérea, conocido como el asesino de tanques

El ejército estadounidense todavía está desarrollando más municiones de uranio empobrecido, en particular el proyectil perforante M829A4 para el tanque de batalla principal M1A2 Abrams, señala Boston.

Si bien las municiones de uranio empobrecido no se consideran armas nucleares, su emisión de bajos niveles de radiación ha llevado al organismo de control nuclear de la ONU a instar a tener precaución al manipularlas y advertir sobre los posibles peligros de exposición. La manipulación de este tipo de municiones "debería reducirse al mínimo y se debería utilizar ropa protectora (guantes)", advierte el Organismo Internacional de Energía Atómica, añadiendo que "por lo tanto, podría ser necesaria una campaña de información pública para garantizar que la gente evite manipular las municiones". 

"Esto debería formar parte de cualquier evaluación de riesgos y dichas precauciones deberían depender del alcance y la cantidad de municiones utilizadas en un área", ahonda. 

La OIEA señala que el uranio empobrecido es principalmente una sustancia química tóxica, en contraposición a un peligro de radiación. Las partículas de los aerosoles se pueden inhalar o ingerir y, aunque la mayoría se excretaría nuevamente, algunas pueden ingresar al torrente sanguíneo y causar daño renal. "Las altas concentraciones en el riñón pueden causar daños y, en casos extremos, insuficiencia renal", expone la OIEA.

El bajo nivel de radiactividad de una bala de uranio empobrecido “es un error, no una característica” de la munición, indica Geist, y si el ejército estadounidense pudiera encontrar otro material con la misma densidad pero sin la radiactividad, probablemente lo usaría en su lugar.

La réplica rusa

En marzo, Vladimir Putin advirtió que Moscú "respondería en consecuencia, dado que el Occidente colectivo está empezando a utilizar armas con un componente nuclear". Y el ministro de Asuntos Exteriores, Sergey Lavrov, dijo que las citadas municiones eran "un paso hacia la aceleración de la escalada".

Putin siguió afirmando durante varios días que Rusia respondería a la medida británica de aportar esta munición estacionando armas nucleares tácticas en la vecina Bielorrusia. Putin y su marioneta bielorrusa, Alexandr Lukashenko, dijeron en julio que Rusia ya había trasladado algunas de esas armas. Las Inteligencias occidentales no han confirmado estas afirmaciones. 

Ante el anuncio de Estados Unidos, que se produjo el miércoles por la noche durante una visita a Kiev del secretario de Estado, Antony Blinken, el Kremlin ya ha reaccionado este jueves: es un "acto criminal" que conduce a una escalada, según el viceministro de Exteriores, Serguéi Riabkov. "Esto es, de hecho, un acto criminal, no puedo dar ninguna otra evaluación", dijo el "número dos" de la diplomacia rusa en los márgenes de una conferencia sobre el fortalecimiento del régimen de no proliferación nuclear en la capital kirguisa, Biskek, según la agencia oficial TASS.

La defensa del Pentágono

El Pentágono ha defendido, sin embargo, el uso de municiones. El ejército estadounidense "ha adquirido, almacenado y utilizado proyectiles de uranio empobrecido durante varias décadas, ya que son un elemento antiguo de algunas municiones convencionales", dijo el portavoz del Pentágono, el teniente coronel del Cuerpo de Marines Garron Garn, en una declaración de marzo en respuesta a una consulta de AP.

Han "salvado las vidas de muchos miembros del servicio en combate", dijo Garn, y agregó que "otros países también poseen desde hace mucho tiempo rondas de uranio empobrecido, incluida Rusia". Con eso basta para justificar su uso. 

Los tanques estadounidenses utilizaron municiones de uranio empobrecido, así como blindaje reforzado con uranio empobrecido, en la Guerra del Golfo de 1991 contra los tanques T-72 de Irak y nuevamente en la invasión de Irak en 2003, así como en Serbia y Kosovo.

Las tropas estadounidenses se han preguntado si algunas de las dolencias que ahora enfrentan fueron causadas por la inhalación o la exposición a fragmentos después de que se disparara una munición o de que sus tanques fueran alcanzados, dañando el blindaje reforzado con uranio.

En una publicación en Telegram en las redes sociales, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zakharova, criticó la decisión de Estados Unidos de entregar las municiones a Ucrania y escribió: "¿Qué es esto: una mentira o una estupidez?". Dijo que se ha observado un aumento de cáncer en lugares donde se utilizaron municiones con uranio empobrecido.

Por ahora, lo que hay son declaraciones cruzadas. Habrá que esperar al otoño, a las puertas ya, para ver qué pasa cuando el material esté sobre el terreno.