Putin vende su 'show' para desafiar a un Occidente "más unido que nunca" y acallar las crecientes críticas

Putin vende su 'show' para desafiar a un Occidente "más unido que nunca" y acallar las crecientes críticas

El presidente ruso sigue impulsando su relato triunfalista a dos días del primer aniversario de una guerra en la que casi nada le está saliendo como quería. China se acerca a Moscú mientras los países OTAN renuevan su compromiso con Ucrania, con nuevos gestos de España.

Discurso de Vladimir Putin en Moscú en uno de los actos por el aniversario de la guerra en UcraniaALEXANDER NEMENOV/AFP via Getty Images

No ha sido el de Jean Michel Jarre en Moscú en 1997, considerado como el concierto más multitudinario de la historia gracias a sus 3,5 millones de espectadores, pero el show del Putin más rockstar tampoco ha estado mal. Necesitado de varias dosis de autobombo, el líder ruso ha convocado a sus fieles, unos 200.000, a llenar el enorme estadio Luzhnikí en un espectáculo patriótico-musical con el que intentar acallar las voces críticas, que son cada vez más y cada vez más cercanas.

Quedan dos días para que la guerra en Ucrania cumpla un año y en estas 363 hojas del calendario a Putin le ha salido mal prácticamente todo lo que podía salirle mal: aislado internacionalmente, bloqueado en lo militar, sin apenas conquistas frente al ejército ucraniano, con la UE buscando alternativas al suministro energético ruso... Pero que la realidad no te estropee un buen relato, debe de pensar. 

Ya lo hizo el lunes, en su discurso ante el Parlamento, grandilocuente y optimista como se esperaba, anunciando la "congelación" del tratado antinuclear firmado con EEUU y aseverando que Rusia es "invencible" en el campo de batalla. Horas después, la Duma ha avalado, de forma incontestable, la decisión de su líder. Un nuevo flanco de tensión en un mundo en alerta por el miedo al desastre nuclear.

La mano amiga de China; la puntilla de sus mercenarios de cabecera

No obstante, Rusia no está sola (del todo). China, en un papel de calculada mediación, ha mostrado estos días su cara más cercana al Kremlin, evidenciada en una reunión de los titulares de Exteriores y posteriormente del diplomático pekinés con Putin. 

El ministro chino ha reivindicado que "no importa cómo cambie el panorama internacional, China permanece comprometida con Rusia para que las relaciones entre las grandes potencias evolucionen de forma positiva", para luego sentenciar ante Putin que la relación bilateral entre ambos gigantes "no sucumbe a la presión de terceros países". El paso dado por Pekín inquieta al otro lado, especialmente a EEUU, con quien vive una reciente polémica por los supuestos globos espías que dieron al traste con la visita de Antony Blinken a la capital.

Con todo, el mandatario postsoviético no es ajeno a lo que suena tras de él y esto se nota en su relato. En el baño de masas de este martes ha llamado a la unidad del país con una reflexión más que clara: "Cuando estamos juntos, no hay nadie como nosotros. Nuestra fuerza está en la unidad". Sabe que le crecen las críticas, incluso los de sus hasta ahora fieles mercenarios del Grupo Wagner, que empiezan a evidenciar en público las molestias que transmitían por privado. 

Su antiguo socio y jefe del ejército privado, Yevgueni Prigozhin acusa al Kremlin de querer "destruirles" y le responsabiliza de las numerosas muertes entre sus efectivos por no atender sus requerimientos de munición. Las quejas del magnate no son nuevas; el tono sí. Incluido el "cabrones" que preside su mensaje en el canal de Telegram.

Estas discrepancias no hacen sino acrecentar la viabilidad del secreto proyecto del presidente ruso, que estaría moviéndose para crearse un ejército propio dada su desconfianza hacia el propio Prigozhin y el checheno Razman Kadirov.

La unidad de la "primera línea de defensa" y la defensa de "cada pulgada" occidental

Y mientras, del otro lado, Occidente muestra más unidad que nunca. En Polonia, que no es un escenario cualquiera, los nueve miembros orientales OTAN —conocidos como B-9 y considerados la "primera línea de defensa colectiva" por su cercanía a Rusia—, junto a Biden han ratificado su apoyo militar y diplomático a Kiev. 

El presidente estadounidense, que lanzó un mensaje similar un día antes en otro multitudinario evento (aunque no tanto como el de Putin), ha sentenciado que EEUU defenderá "cada pulgada” del territorio OTAN ante los aliados orientales.

Sin el mismo show de Putin, los 'socios' de Ucrania también buscan su particular foto. En Kiev continúa el carrusel de visitas internacionales para reunirse con Volodimir Zelenski. El próximo será Pedro Sánchez, que volverá a la capital coincidiendo con el aniversario, donde concretará el anuncio hecho por la ministra de Defensa, Margarita Robles, que ha confirmado que España enviará seis tanques Leopard, aunque podrían ser más "si fuera necesario".

Se habla mucho de la guerra pero últimamente poco de los combates sobre el terreno, a la espera de la esperada "gran ofensiva" rusa. El jefe de la inteligencia militar, Kyrylo Budánov, ha asegurado este martes que Rusia ya la habría iniciado centrada en el Donbás, aunque aún resulte imperceptible por la falta de municiones y misiles de las tropas moscovitas, añade, en línea con la denuncia del Grupo Wagner.

Camino del año, en Ucrania siguen sonando las alertas antiaéreas y las balas, pero en Moscú, la música sigue. Con Putin, the show must go on.

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es