"Recuperaremos las obras": Macron promete justicia, mientras arrecian las críticas por los fallos de seguridad del Louvre
Las alarmas sonaron y los cinco vigilantes que estaban en la zona acudieron a la sala robada, pero fue tarde. Cultura matiza ahora que las joyas son de "bajo valor".

Un robo fulminante de asombrosa eficiencia, perpetrado con desconcertante facilidad, en siete minutos y a plena luz del día, en el museo más grande del mundo. Lo de ayer en el Louvre es, por motivos obvios, una de esas historias de las que cuesta despegarse. Pero tras la espectacularidad, quedan las preguntas, en el día después, sobre los fallos en la seguridad del museo más visitado del planeta. ¿Cómo puede ser que, incluso en plenas obras, sus tesoros estuvieran tan al alcance de la mano?
Las autoridades se afanan ahora en valorar las pérdidas exactas y en prometer que se hará justicia, que serán recuperadas y se pagará por ello. "Recuperaremos las obras y los responsables serán llevados ante la justicia", afirma el presidente, Emmanuel Macron.
El Louvre llevaba media hora abierto al público, ayer domingo, alrededor de las 9:30 horas, cuando un comando de cuatro criminales bien preparados, con un aplomo impresionante, llegó a la Galería Apolo. Ubicada en la primera planta, alberga, entre otras cosas, las joyas de la corona de Francia.
El ascenso se realizó en medio de la calle, utilizando una escalera eléctrica común de una empresa de mudanzas, ubicada en el lado del Sena. Los ladrones tuvieron tiempo de forzar una puerta ventana y luego destrozar dos vitrinas de alta seguridad para robar "ocho objetos de inestimable valor patrimonial ", según el último comunicado de prensa del Ministerio de Cultura publicado el domingo. Todo, antes de regresar por el mismo camino y escapar en una moto. Las alarmas sonaron y los cinco vigilantes que estaban en la zona acudieron a la sala robada, pero fue tarde.
El botín incluía el collar del ajuar de zafiros de la reina María Amelia y la reina Hortensia, compuesto por ocho zafiros y 631 diamantes, y la tiara de la emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón III, que contiene casi 2.000 diamantes. Lo único que se les escapó, por el momento, a los ladrones, fue que dejaron caer la corona de la emperatriz Eugenia, compuesta por 1.354 diamantes y 56 esmeraldas. El ajuar fue recuperado, dañado.
El ministro del Interior, Laurent Núñez, invitado a France Inter, afirma que confía en que los delincuentes sean arrestados "muy pronto". Se ha abierto una investigación sobre este "robo organizado en banda y conspiración para delinquir" y se ha encomendado a la brigada antibandidaje que los persiga. El ministro del Interior, exjefe además de la policía parisina, habla de ladrones "experimentados", que podrían ser "extranjeros " .
Según Laure Beccuau, fiscal de París, quien compareció el domingo en BFM-TV, no se descarta la posibilidad de que una potencia extranjera haya sido la "patrocinadora" del robo. Ha detallado que los culpables del robo usaron pequeñas motosierras para romper los cristales y acceder a los artículos deseados.
El Ministerio de Cultura emitió un comunicado a última hora de ayer para enfatizar la ausencia de un fallo en el sistema de protección: "Las alarmas (...) se activaron. En el momento del allanamiento, que fue particularmente rápido y brutal, los cinco agentes del museo, presentes en la sala y en los espacios adyacentes, intervinieron de inmediato para aplicar el protocolo de seguridad". También sostiene que las piezas eran de "bajo valor", pese a la espectacularidad del robo.
Sin embargo, la investigación deberá determinar la cadena de responsabilidades que permitió un robo tan espectacular, a una escala casi sin precedentes desde el robo de la Mona Lisa en 1911 por un vidriero italiano. La pintura de Leonardo da Vinci sería encontrada en Italia dos años después. El último robo registrado en el Louvre tuvo lugar en 1998: una pintura de Camille Corot, robada a plena luz del día y nunca encontrada. La prensa local, como Le Monde, es justo esa precariedad de la seguridad la que destaca a estas horas.
Tras descubrirse el robo, el museo cerró inmediatamente al público, mientras que Laurence des Cars, su presidente, se dirigió al personal a las 14:30 horas, en el auditorio principal. Su discurso "fue mal recibido por algunos empleados", dice el diario, que habla incluso de abucheos contra el gerente. Los trabajadores acusaron a la administración del museo de falta de anticipación.
Tras señalar que el plan de "seguridad", cuyo objetivo es modernizar el sistema de seguridad del museo, se ha pospuesto en el contrato de ejecución 2025-2029, los empleados señalan una recurrente falta de recursos que está provocando graves fallos de seguridad. En un comunicado de prensa publicado el domingo, el sindicato CFDT-Cultura exige "una auditoría completa e independiente de los sistemas de seguridad y prevención (...), un refuerzo de los recursos humanos para la vigilancia y la recepción (...) y total transparencia en las conclusiones de la investigación".
En la nota, se recuerda que ha denunciado constantemente los arbitrajes internos observados durante los últimos tres años, que no tienen en cuenta la misión principal de nuestra institución: la preservación del patrimonio, el edificio, las colecciones y las personas. (…) La responsabilidad de la dirección es abrumadora, y ya es hora de que el Presidente de la República y el Ministro de Cultura tengan en cuenta las advertencias del personal.
Además, según información de Le Monde, las obras del "Louvre nouvelle renaissance", destinadas a mejorar la zona de recepción y crear una nueva entrada en la columnata de Perrault, sólo afectarán al ala Denon, que alberga la Mona Lisa, así como a la Galería Apolo, escenario del robo, la más sensible para los agentes por ser la de mayor afluencia, en 2034-35. Estos mismos agentes llevan tiempo lamentando la escasez general de personal y las problemáticas condiciones de trabajo en la Galería Apolo.
Según un empleado del Louvre, esta galería ahora sólo está custodiada por cinco agentes, en lugar de los seis tradicionales. Y solo hay cuatro durante el primer descanso de la mañana, que dura treinta minutos. Precisamente el momento que aprovechan los delincuentes para actuar. "Sabemos perfectamente que existe una gran vulnerabilidad en los museos franceses", coincidió el ministro del Interior, quien recordó que un "plan de seguridad" lanzado recientemente por el Ministerio de Cultura "no perdonó" al Museo del Louvre.
Laurence des Cars, tras su compleja comparecencia de ayer, envió un correo electrónico al personal para aclarar que, desde que asumió el cargo, se le ha advertido sobre la necesidad de reforzar nuestra arquitectura de seguridad. En este sentido, y a petición suya , la jefatura de policía ha realizado estudios detallados. Sus conclusiones le fueron entregadas recientemente y se añadirán a las medidas ya iniciadas.
"Nuestra historia"
El presidente de Francia ha tratado de calmar las aguas prometiendo que se hará todo lo posible por recuperar lo robado, piezas tan señaladas que difícilmente se podrán vender enteras en el mercado negro, salvo para alguien tremendamente obsesionado con ellas que haya encargado su robo para su contemplación personal. También está la opción de que las piezas sean desguazadas y se vendan piedra a piedra.
Macron ha tachado el robo de esas joyas de la etapa imperial de Napoleón y su mujer, Josefina, como "un ataque a un patrimonio que apreciamos porque es nuestra historia" y ha aludido a un nuevo programa de seguridad que "garantizará la preservación" de los bienes albergados en el centro. "El robo cometido en el Louvre es un ataque a un patrimonio que apreciamos porque es nuestra historia", ha afirmado en una publicación en la red social X. "Recuperaremos las obras y los responsables serán llevados ante la justicia", ha subrayado, al tiempo que ha prometido que "se está haciendo todo lo posible, en todas partes, para lograrlo, bajo la dirección de la fiscalía de París".
Asimismo, ha destacado que "el proyecto Louvre Nouvelle Renaissance (Nuevo Renacimiento), que lanzamos en enero, incluye seguridad reforzada". "Garantizará la preservación y protección de lo que constituye nuestra memoria y nuestra cultura", ha destacado.
