Cronología del atraco relámpago del Louvre: cómo unos ladrones consiguieron burlarse de la seguridad del museo más visitado del mundo
Los asaltantes aprovecharon unas obras en curso para colarse por un montacargas, accedieron a la Galería Apolo y rompieron las vitrinas con discos para cortar, sin herir a nadie ni disparar un solo tiro. Han logrado hacerse con hasta ocho piezas.

París, 09:30 de la mañana. Parecía un día normal y tranquilo, cuando un grupo de ladrones, compuesto por cuatro individuos completamente enmascarados, lograron acceder en moto al edificio en el muelle del Sena, aprovechando que se estaban realizando unas obras allí. A través de un montacargas y después de romper varios cristales con discos para cortar, los delincuentes consiguieron acceder a la Galería Apolo del Museo Louvre, donde se encuentran expuestos al público una gran variedad de artículos de valor incalculable. Sabían por dónde entrar y sabían cuándo.
Dos de ellos entraron al interior, mientras el resto vigilaba el perímetro, según las primeras informaciones compartidas en France Inter por el ministro del Interior y ex jefe de la policía parisina, Laurent Nuñez. Una vez dentro, se dirigieron directamente hacia su objetivo: nueve piezas de la colección de joyas de Napoleón y la emperatriz Eugenia, entre ellas un collar, un broche y una tiara. Los guardianes del museo, que estaban siendo amenazados, cumplieron con las directrices de la organización y evacuaron a los visitantes de la sala para evitar peligro.
Después, los ladrones abandonaron la sala con la misma precisión con la que habían entrado. Subieron a dos motos que les esperaban encendidas y listas para la fuga. En cuestión de segundos, ya estaban yendo hacia la autopista A6. Antes de eso, intentaron incendiar el camión, aunque sin éxito, por lo que lo abandonaron junto al Louvre. Toda la operación duró apenas siete minutos. Sin heridos, sin tiroteos y sin un solo disparo.
Afortunadamente, no todo desapareció sin dejar rastro, pues poco después del golpe, una de las piezas robadas, la corona de la emperatriz Eugenia, con sus 1.354 diamantes y 56 esmeraldas, fue hallada en las inmediaciones del museo, rota, como si hubiera sido tirada en plena huida o perdida en el caos del escape.
Momentos más tarde, mientras el mundo entero ya comentaba el golpe —en redes, en periódicos y en los cafés parisinos— la ministra de Cultura de Francia ordenó el cierre inmediato del recinto, uno de los espacios más importantes y simbólicos del patrimonio francés, para permitir el trabajo de la Policía científica. Ahora comienza otra carrera: la de las autoridades, pues cuanto más se alejen esas joyas de París, más difícil será recuperarlas. Y cada minuto cuenta.

¿Qué joyas han sido afectadas?
Según fuentes oficiales y medios locales, el golpe se centró en un conjunto de piezas pertenecientes a la colección histórica de Napoleón Bonaparte y la emperatriz Eugenia, expuestas en la Galería Apolo como parte del patrimonio nacional. Entre las joyas robadas se encuentran:
- Un collar imperial atribuido a Eugenia, elaborado con diamantes y perlas naturales.
- Una tiara imperial que formó parte del ajuar oficial de la emperatriz.
- Un broche de diamantes con el retrato esmaltado de Napoleón, una de las piezas más delicadas de la colección.
- Otras seis piezas aún no detalladas públicamente, pero que se presume incluyen pendientes, pulseras y otros objetos con piedras preciosas.
Afortunadamente, como ya se ha mencionado anteriormente, la corona de la emperatriz Eugenia, fue hallada en las inmediaciones del museo, aunque rota. En total, según ha detallado el Ministerio de Cultura han sido ocho piezas las robadas: una tiara, un collar y un par de pendientes de zafiros pertenecientes al ajuar de las reinas María Amelia y Hortensia; un collar y unos pendientes de esmeraldas del ajuar de María Luisa; un broche conocido como "broche relicario"; así como una tiara y un gran lazo del corpiño (broche) de la emperatriz Eugenia.
Respecto al modus operandi, la jefa de la investigación dejó claro que esto no fue obra de aficionados. Hay dos hipótesis sobre la mesa. La primera, un encargo privado, probablemente de un coleccionista. La segunda, más directa: vender las piedras por separado, desmantelando las joyas para ocultar su procedencia y obtener ganancias millonarias.
¿Qué pasará ahora? Las posibles consecuencias legales a las que los autores del robo se enfrentan
La fiscalía de París ha anunciado que ya se ha abierto una investigación por "robo organizado", lo que puede acarrear penas de hasta 30 años de prisión y multas millonarias, especialmente si se demuestra la implicación de redes internacionales.
Además, el caso ha sido transferido a la Brigada de Represión del Bandidaje (BRB), una unidad de élite especializada en delitos de alto perfil, robos de arte y crimen organizado. El ministro del Interior, Laurent Nuñez, aseguró que "ya se están implementando todos los medios disponibles para recuperar el botín", lo que podría incluir colaboración con la Europol, la vigilancia aérea y el control de rutas fronterizas.
Cabe destacar que Francia cuenta con un sistema especializado en la lucha contra el tráfico de arte y patrimonio, y dado el perfil de las piezas robadas —protegidas por la legislación del patrimonio nacional— su comercialización en el mercado negro es prácticamente imposible sin levantar sospechas.
