Rusia cambia las reglas con su nueva táctica de misiles y Ucrania admite no tener forma de contraatacar por ahora
El panorama para Ucrania se complica a medida que Rusia sigue innovando en el campo de las armas y las tácticas militares, dejando al ejército ucraniano en una situación cada vez más difícil.
Las nuevas tácticas y tecnologías de misiles de Rusia han desbordado las defensas ucranianas, dejando a las fuerzas de Kiev sin una forma efectiva de responder, según recogen en Express.
Y es que, los sistemas de misiles que, hasta ahora, se consideraban efectivos frente a los ataques rusos, como el Patriot, han perdido efectividad, mientras que Moscú ha implementado mejoras que han dejado a Ucrania vulnerable en el campo de batalla.
Desde el inicio de la invasión rusa en 2022, las fuerzas de Vladimir Putin han utilizado una variedad de misiles de largo alcance, que han causado bastantes daños en las ciudades ucranianas. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos para contrarrestar estos ataques, Ucrania ha admitido que las medidas adoptadas hasta ahora no son suficientes.
A lo largo de 2023, las baterías de misiles Patriot fueron enviadas a Ucrania, ofreciendo una defensa avanzada contra los misiles rusos. Este sistema, uno de los más avanzados del mundo, ha sido capaz de derribar una gran cantidad de misiles rusos.
Sin embargo, a medida que Rusia ha perfeccionado sus tecnologías y ajustado sus estrategias de ataque, los Patriots han mostrado signos de vulnerabilidad. Fuentes cercanas al gobierno ucraniano han confirmado que los misiles rusos Iskander-M y Kinzhal, modificados para eludir las defensas ucranianas, ahora representan una amenaza mucho mayor.
Se cree que estos misiles han sido diseñados para cambiar de trayectoria en pleno vuelo, realizando maniobras que los sistemas de alerta temprana y de defensa no pueden prever. Como resultado, la tasa de interceptación de misiles ha caído drásticamente. En agosto, Ucrania alcanzó un 37% de eficacia en la defensa, pero en septiembre esa cifra se desplomó a solo un 6%.
Las autoridades ucranianas han reconocido que, por el momento, no tienen una solución efectiva frente a esta nueva táctica rusa. Sin embargo, el impacto de este avance tecnológico podría ser aún más profundo, ya que Rusia parece haber desarrollado una ventaja estratégica que podría cambiar el curso de los enfrentamientos aéreos y terrestres en el futuro cercano.