Rusia lanza una contundente amenaza a McDonald's y otros: "Habrá un precio a pagar"
"Vamos a liberar para nuestro mercado lo que a nosotros nos interesa".

La relación entre Rusia y las empresas extranjeras que se encontraban en el país ha pasado por momentos muy tensos desde que Vladímir Putin comenzó la invasión a gran escala de Ucrania hace tres años. Un total de 475 compañías internacionales cerraron sus puertas aquí antes las saciones impuestas por Occidente y el clima de incertidumbre económica generado por el conflicto bélico.
Grandes marcas como McDonald's, Starbucks, Ikea, Shell y Bridgestone, entre otras, cesaron sus operaciones, dejando un vacío en el mercado ruso. Su salida presionó de forma notable la economía rusa, que muchos expertos consideran al borde del colapso, debido a la falta de recursos para financiar la guerra.
Sin embargo, a medida que comienzan las negociaciones de paz y se descongela la relación entre Rusia y EEUU, algunos analistas vaticinan que numerosas compañías pueden reanudar sus actividades en territorio ruso a partir del segundo trimestre de 2025, aunque el Kremlin asegura que no van a recibir una cálida bienvenida.
"No estamos esperando a nadie con los brazos abiertos. Habrá que pagar un precio por las decisiones pasadas", afirmó el jueves Anton Alikhanov, ministro de Industria y Comercio de Rusia, en declaraciones recogidas por Express.
Por su parte, Denis Manturov, primer viceprimer ministro de Rusia, aseveró que la prioridad del Kremlin era apoyar a las empresas nacionales y de la Unión Económica Euroasiática. "Vamos a liberar para nuestro mercado lo que a nosotros nos interesa", dijo.
¿Es conveniente regresar a Rusia?
Si bien el regreso de empresas a Rusia podría parecer atractivo, diversos analistas del ámbito occidental señalan que las barreras siguen siendo considerables. La corrupción, la falta de un marco legal seguro y el riesgo para la seguridad del personal extranjero son solo algunos de los factores que dificultan una posible vuelta a la normalidad.
Edward Verona, miembro senior del Centro Eurasia del Atlantic Council, comentó que "asumir otra oportunidad con Rusia podría parecer atractivo". "Al fin y al cabo, en el mundo de los negocios la memoria puede ser corta", asegura. Sin embargo, advierte que los buenos acuerdos financieros pueden no ser suficientes para superar las dudas sobre la seguridad y el estado de derecho que persisten en el país.
