Rusia pone a punto sus misiles balísticos para batir los sistemas antiaéreos Patriot ucranianos
La mejora en los Iskander-M preocupa, entre otras cosas, por la falta de munición que llega de Occidente. EEUU no ha aprobado nuevas ayudas a Kiev.

Rusia ha lanzado contra Ucrania en las últimas horas cinco misiles balísticos Iskander-M y KN-23, un misil guiado Kh-59/69 y 88 drones, entre aparatos no tripulados de ataque Shahed e imitaciones de éstos, según informó la Fuerza Aérea ucraniana en su parte de anoche. Las defensas aéreas ucranianas pudieron neutralizar 71 de los drones de ataque de los de Vladimir Putin sobre varias regiones del este, el norte y el sur de Ucrania.
La Fuerza Aérea ucraniana registró impactos en ocho lugares distintos, según el parte, que no especifica las infraestructuras alcanzadas por los drones, los misiles o los fragmentos de éstos, todo en unos días en los que Rusia y Ucrania siguen intercambiando ataques contra sus respectivas retaguardias.
Kiev pide a sus socios occidentales que refuercen sus capacidades de defensa aérea ante el incremento de este tipo de ataques por parte de Rusia y, en paralelo, la falta de munición. Ahora se añade a eso la mejora que Moscú está introduciendo en los misiles balísticos Iskander para hacer frente a los sistemas antiaéreos Patriot ucranianos, cedidos por Estados Unidos.
Según publica la web especializada Zona Militar, ha sido el portavoz de la Fuerza Aérea de Ucrania, Yuriy Inhat, quien ha constatado este avance enemigo, aunque destacó, sin embargo, que dos tercios de los misiles lanzados por Moscú fueron interceptados por la red de defensa aérea del país.
Inhat manifestó en el último gran ataque sobre Kiev de hace cuatro días, que dejó 12 muertos y 50 heridos, fueron empleados dos tipos de misiles en el ataque: los mencionados Iskander y los misiles KN-23, de origen norcoreano, además de un amplio número de aviones no tripulados que habría superado todos los antecedentes previos. Se habrían detectado un total de nueve misiles lanzados hacia Kiev, siendo seis de ellos derribados por la defensa aérea ucraniana.
Dicho porcentaje de intercepción es "una cifra elevada", a juicio del portavoz, aunque el hecho de que Rusia modifique y potencie sus misiles balísticos es un tema de preocupación de cara al futuro, especialmente teniendo en cuenta el alto grado de exigencia al cuál se encuentran sometidos los Patriot y similares actualmente en servicio. Todavía no está claro cuántos interceptores es este tipo, diseñados en EEUU y claves para interceptar misiles balísticos rusos, quedan en las reservas de Ucrania, ya que la Administración Trump aún no ha aprobado ningún nuevo paquete de ayuda militar.
"Dos tercios es una cifra elevada. Pero sabemos que Rusia está mejorando sus armas balísticas. Complica [la interceptación de los misiles], pero no la imposibilita. Creo que nuestros socios ya están trabajando para mejorar las capacidades del sistema", dijo Inhat, sin más detalles.
Hablando en concreto sobre las mejoras rusas, Kiev apunta hacia la incorporación de un nuevo sistema de señuelos para engañar a los radares de las baterías terrestres, además del uso de trayectorias semi-balísticas para dificultar su interceptación. "Esto último implica (...) que el misil ruso no sigue una ruta fija predecible para el sistema de defensa aérea encargado de derribarlo, sino que realiza diferentes maniobras en el aire que dificultan los cálculos de intercepción realizados por el software integrado en los lanzadores", contextualiza Zona Militar.
El misil Iskander-M (también conocido como 9K720 Iskander) es un sistema móvil de misiles balísticos de corto alcance desarrollado y utilizado por el ejército ruso. Su nombre en la OTAN es SS-26 Stone. Es un misil de nueva generación que puede ser utilizado tanto para objetivos tácticos como para el transporte de cargas nucleares.