Todo lo que desvelan los emails de Epstein: un as en la manga para hundir a Trump
El pederasta se presentaba como alguien muy cercano al presidente pero que quería aprovechar información potencialmente perjudicial sobre él y sus negocios. "Yo sé lo corrupto que es", se lee en uno de ellos.

En campaña electoral -tiempo de promesas donde los haya-, Donald Trump garantizó a los electores de Estados Unidos que, si lo devolvían a la Presidencia, iba a poner luz de quirófano sobre el caso de Jeffrey Epstein, el financiero pedófilo amigo de los poderosos. Denunciaba el republicano que sus adversarios, los demócratas, habían ocultado información bajo la alfombra en los cuatro años de mandato de Joe Biden porque había nombres de los suyos implicados en la trama de abusos a menores.
Ahora, sin embargo, es presidente de EEUU y se esconde. Ni expone lo que sabe la Administración ni facilita investigaciones en las Cámaras. Su Departamento de Justicia, como el que oye llover. Su amistad de más de una década con Epstein pesa y es mejor no mover nada, por lo que pueda pasar. Pero está pasando: tras los mensajes subidos de tono entre ambos desvelados por la prensa, ahora se han conocido unos emails aún más comprometedores, que constatan la presencia del magnate en propiedades del suicidado. Afirma que Trump "sabía de las chicas", literalmente.
"Los demócratas están tratando de sacar a relucir de nuevo el engaño de Jeffrey Epstein porque harán cualquier cosa para desviar la atención de lo mal que lo han hecho con el cierre del gobierno y tantos otros temas", ha defendido esta noche el mandatario en sus redes sociales.
Esta madrugada, medios como The New Tork Times o la CNN han ahondado en el detalle de estos mensajes, publicados por los demócratas del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, y lo que de ellos se extrae es que el pederasta sabía que tenía un as en la manga para hundir a Trump. La amistad truncada a mediados de los 2000 no le impedía recopilar material por si un día tenía que sacar provecho de ello. Al final, fue detenido en 2019 por cargos federales de tráfico sexual y se quitó la vida en agosto de ese año.
En más de 20.000 páginas de correos electrónicos y otros mensajes de Epstein, -plagados de errores ortográficos, por cierto- Epstein insulta a Trump e insinúa que posee información comprometedora sobre él. Los mensajes, que alternan chismes, críticas mordaces y maquinaciones, muestran básicamente a personas influyentes presionando Epstein para obtener información sobre Trump y al mismo Epstein presentándose como el conocedor máximo de su amigo, alguien con conocimientos íntimos y que era "el único capaz de derribarlo", cita el Times.
Los correos en cuestión datan al menos de 2011, cuando Trump era una estrella televisiva sus empresas iban mejor (aunque va de empresario de éxito, la bancarrota le es bien conocida), y ya coqueteaba con una candidatura presidencial. Epstein, por su parte, intentaba rehabilitar su imagen tras su condena y encarcelamiento por solicitar los servicios de una menor para prostitución en Florida. Escapó de la cárcel por un acuerdo. Los mensajes se mantienen hasta la primavera de 2019, cuando Trump era presidente (llegó al cargo en 2017) y Justicia estaba preparando un caso penal contra el que fuera su colega.
Los mensajes sugieren que Epstein o sus asesores creían tener información privilegiada y potencialmente perjudicial sobre las numerosas propiedades y negocios del mandatario. Algunos indican que el financiero pensaba que Trump sabía más sobre su conducta personal de lo que el presidente ha reconocido públicamente, porque siempre ha dicho que acabó con él por rencillas empresariales (Epstein le quitó algunos empleados) y porque no le gustaba su forma de actuar, pero que desconocía los abusos a niñas con problemas económicos, de familias desestructuradas o solitarias.
Las chicas
Los correos, el último lote de documentos relacionados con Epstein, se han obtenido de forma totalmente legal, como parte del patrimonio del fallecido, en respuesta a una citación judicial de un comité del Congreso, y ofrecen una visión clara de sus comunicaciones diarias con amigos y socios. Con ello se espera tener una visión mayor de su trama y, sí, claro que pueden surgir nombres de conocidos, no sólo de Trump.

En el caso del presidente, vienen a avivar la polémica en torno a la relación entre ambos, porque una parte importante de la base de apoyo de presidente cree que la mayor parte de los documentos, archivos de audio y vídeos relacionados con Epstein están en posesión del Buró Federal de Investigación (el famoso FBI) y del Departamento de Justicia. Solo una parte de esos papeles se ha publicado en pequeños lotes seleccionados y no es suficiente para unos conservadores, incluso seguidores de MAGA, que entienden que lo hecho por Epstein es aborrecible y hay que aclarar si su actual líder tuvo algo que ver con aquello.
Los aspectos básicos de su relación se conocen desde hace tiempo. Trump y Epstein fueron amigos en las décadas de 1980 y 1990 y asistían juntos a eventos sociales en Nueva York o Florida. Una de las exnovias de Epstein acusó a Trump de haberla manoseado, una acusación que el republicano ha negado. Trump ha declarado que rompió relaciones con Epstein después de que sus asociados reclutaran a adolescentes de su finca Mar-a-Lago. Una de ellas resultó ser Virginia Giuffre, la mujer que señaló por abusos al expríncipe Andrés de Reino Unido y que se suicidó en abril de este año.
Sin embargo, los nuevos correos electrónicos van más allá de esa visión y demuestran que Epstein seguía de cerca las decisiones empresariales y la trayectoria política de Trump. Por ejemplo, en abril de 2011, escribió a su antigua socia y pareja, Ghislaine Maxwell, que posteriormente fue condenada por ayudar a orquestar la red de tráfico sexual, y le decía que Trump era "el perro que no ha ladrado". La joven Giuffre había hecho públicas en aquellos días sus experiencias con él pederasta, declarando a un tabloide británico que había abusado de ella y la había traficado con otros hombres; fue cuando entregó la famosa foto con Andrés y Maxwell. En un correo electrónico, Epstein dice que chica había pasado horas en su casa con él (se refiere a Trump), pero que nunca lo había mencionado. Giuffre declaró en 2016 que el Sr. Trump nunca tuvo relaciones sexuales con ella ni siquiera la insinuó.
En 2012, Epstein envió un correo electrónico a uno de sus abogados, Reid Weingarten, sugiriéndole que contratara a alguien para investigar las finanzas de rump, incluyendo la hipoteca de Mar-a-Lago y un préstamo de 30 millones de dólares que, según él, Trump había recibido. Y cuando la campaña presidencial trumpista cobró fuerza, en diciembre de 2015, Epstein le preguntó a Landon Thomas Jr., entonces reportero del New York Times: "¿Te gustaría tener fotos de Donald con chicas en bikini en mi cocina?". Muy explícito todo. No está claro si Epstein, de verdad, poseía dichas fotos. Thomas dice ahora a su antiguo medio que nunca se le entregaron ni las llegó a ver, si es que existen.
Epstein también le contó, abunda, que una vez Trump estaba tan concentrado observando a mujeres jóvenes en una piscina que se golpeó con una puerta, dejando la marca de su nariz en el cristal.
"El tonto", "el demente"
Unos meses después, en marzo de 2016, Epstein se preparaba para la publicación de su libro Filthy Rich, que detallaba las acusaciones en su contra. El periodista Michael Wolff, quien mantenía una larga relación con él, le dijo que debía ofrecer una versión alternativa del libro. "Creo que Trump ofrece una oportunidad ideal", escribió Wolff. "Es una oportunidad para que la historia se centre en algo más que en ti", añade. No está claro si Epstein respondió al mensaje y siguió el consejo. Un par de meses después, Wolff anunció a Epstein que iba a entrevistar a Trump, justamente. "¿Alguna pregunta que creas que debería hacerle?", escribió. Epstein respondió con una lista de preguntas "provocadoras", incluyendo información sobre la aerolínea Trump Shuttle, la quiebra de un casino y sus deudas. "Si no, puedes hacer preguntas fáciles", escribió con ironía.
En los nuevos papeles se ve que Epstein insultó repetidamente a Trump, a quien ya no tenía en estima, tras su abandono. En un correo de enero de 2018 dirigido también a Wolff, se refirió al presidente como "Donald el tonto" y "Donald el demente", afirmando que sus finanzas eran "un fraude".
Más tarde ese año, Epstein intercambió correos electrónicos con Lawrence H. Summers, exsecretario del Tesoro y expresidente de la Universidad de Harvard, con Trump como objeto. Estaba claramente obsesionado con él. En esta comunicación, dijo que estaba "al borde de la locura". "La fortaleza del presidente es notable. Está bajo una presión constante. Espero que alguien cercano a él sea acusado, pero no estoy seguro; de lo contrario, la presión de lo desconocido lo obligará a hacer locuras", añadió.
Muchos de los mensajes que se refieren a Trump son más banales. El personal de Epstein discutió, por ejemplo, si la llegada del neoyorquino al aeropuerto de Palm Beach (Florida), obstaculizaría los movimientos del avión privado de Epstein. Amigos y asesores enviaban con frecuencia al financiero enlaces a artículos periodísticos sobre el ascenso político del Trump, sus políticas y las investigaciones sobre su Administración y aliados. Su círculo, además, lo acribillaba a preguntas sobre las posibles implicaciones de la presidencia de Trump para la geopolítica y los mercados financieros. Como si aún fuera un asesor fiable, dados sus conocimientos. “Trump está asustando a los mercados, no a China”, escribió en agosto de 2015 a un conocido no identificado.
A finales de 2018, las autoridades estrechaban el cerco sobre el Sr. Epstein. Una serie de artículos The Miami Herald reveló que el secretario de Trabajo de Trump había aprobado el acuerdo de culpabilidad de Epstein en 2008. Estas informaciones impulsaron al Departamento de Justicia a abrir una amplia investigación penal contra él, la más seria. En diciembre de ese año, Epstein intercambiaba mensajes de texto con un conocido no identificado, quien escribió: "¡Lo único que intentan es acabar con Trump y están haciendo todo lo posible para lograrlo!". "Es increíble", respondió Epstein, "porque yo soy el único capaz de acabar con él".
Al mes siguiente, Epstein le escribió a Wolff de nuevo, otra vez sobre Trump y Mar-a-Lago. "Trump dijo que me pidió que renunciara, aunque nunca fui miembro", escribió Epstein. "Por supuesto que sabía lo de las chicas, ya que le pidió a Ghislaine que parara". El 13 de junio de 2019, aproximadamente tres semanas antes de que agentes del FBI arrestaran a Epstein al bajar de un avión privado en Nueva Jersey, su contable de toda la vida, Richard Kahn, le comunicó por correo que acababa de revisar la declaración financiera federal de Trump. El técnico calificó el formulario como "100 páginas de tonterías" e identificó nueve "hallazgos interesantes" sobre las deudas, los ingresos y la fundación benéfica del republicano. No está claro por qué estaba investigando sus finanzas. Durante los meses anteriores, el contable había enviado a Epstein numerosos correos electrónicos con enlaces a artículos sobre temas como las investigaciones que Trump enfrentaba por la injerencia rusa en las elecciones de 2016.
En otras ocasiones, Epstein preguntó a conocidos si tenían información sobre los abogados que representaban a Trump. No está claro el motivo de esta pregunta, reconoce la CNN.
De 2018, hay otro suculento correo, que el financiero envía a Kathryn Ruemmler, que fue asesora de la Casa Blanca durante la presidencia de Barack Obama: "Sé lo corrupto que es Donald", escribe sobre los posibles escándalos que podrían salir a la luz sobre Trump. El contexto de esta conversación es que Michael Cohen, antiguo hombre de confianza, se declarara culpable de delitos federales relacionados con la financiación de la campaña presidencial que perdió Hillary Clinton. Como parte de un acuerdo de cooperación con la fiscalía, Cohen implicó a Trump en un esquema de sobornos de 2016 que involucraba pagos a la actriz porno Stormy Daniels para encubrir una supuesta relación extramarital, que Trump niega. En 2023, el entonces candidato republicano acabó condenado a 34 delitos en ese caso. Es, desde entonces, el primer mandatario condenado en la historia del país.

"Nada que ver conmigo"
Trump aparte, el hasta ahora príncipe Andrés de Reino Unido es otro de los protagonistas de estos emails. El rey Carlos III decidió el mes pasado apartarlo de la vida pública y de sus obligaciones como miembro de la familia real y ahora se sabe que, en un mensaje de 2011, el duque de York responde en un correo electrónico que le reenvía Maxwell a través de Epstein.
¿La razón? El diario británico Mail on Sunday le ha pedido al financiero una réplica a las acusaciones de abuso sexual que están a punto de publicar sus reporteros. Andrés contesta: "¡Hola! ¿Qué es todo esto? ¡No sé nada de esto! Por favor, dilo. Esto no tiene NADA que ver conmigo. No puedo soportarlo más".
El 6 de marzo de 2011, el citado medio publicó un artículo con una fotografía del príncipe Andrés y Guiffre, la chica que denunció que abusaron de ella cuando apenas tenía 14 años. El duque de York mantiene que nunca cometió ningún delito.
En las memorias póstumas de Giuffre, recién publicadas, esta describe las tres ocasiones en que las que la obligaron a ser esclava sexual del príncipe, a quien define como un hombre “muy consciente de sus privilegios”, que estaba convencido de que “tenía un derecho por nacimiento” a tener relaciones con ella.
