Un país europeo propone una iniciativa radical para el mar Báltico que ya ha provocado la respuesta rusa
Se busca que el ejército de Estonia tenga derecho a utilizar la fuerza para proteger infraestructuras importantes, como puertos y barcos, si existe una amenaza que no puede contrarrestarse por otros medios.

El Parlamento estonio, el Riigikogu, ha empezado a estudiar una iniciativa que, de implementarse, daría al Ejército del país el derecho a utilizar la fuerza para mejorar la seguridad marítima en el mar Báltico.
Según la emisora pública ERR, un proyecto de ley aprobado ya por el Comité de Defensa de Estonia expone que las fuerzas de defensa nacionales, con la reforma, tendrían derecho a utilizar la fuerza para proteger infraestructuras importantes, como puertos y barcos, si existe una amenaza que no puede contrarrestarse por otros medios.
La ley propuesta se aplicaría tanto a las aguas territoriales de Estonia como a la zona económica exclusiva del Mar Báltico. Por lo tanto, en la práctica, las Fuerzas de Defensa de Estonia pueden obtener el derecho a hundir buques comerciales si representan una amenaza para la seguridad nacional.
Kalev Stoicescu, presidente del Comité de Defensa del Riigikogu, comparó la situación con los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. Según dijo, hundir barcos no sería una opción por razones frívolas y no se haría, por ejemplo, debido a roturas de cables. Un ataque claro de la denominada guerra híbrida.
Sin embargo, según el político, la Armada de Estonia necesita nuevos barcos para llevar a cabo sus tareas.
Grandes noticias para Rusia
La noticia de la iniciativa del Riigikogu se ha extendido como un reguero de pólvora en los medios de propaganda estatales rusos y alineados con el Kremlin, según ha constatado el diario finlandés Iltalehti. Sobre los planes de Estonia informan, entre otros, Kommersant, que se centra en la economía, y Tass y Sputnik, agencias controladas plenamente por el Kremlin.
Recientemente se han producido varias roturas de cables en el mar Báltico, provocadas intencionadamente o accidentalmente por buques comerciales. El dedo acusador de muchos expertos y políticos apunta hacia Moscú y el Báltico ha pasado a estar en el foco de atención internacional debido a operaciones híbridas que se sospecha que lleva a cabo Rusia.
El incidente más reciente ocurrió en febrero, cuando se rompió el cable submarino C-lion1 entre Finlandia y Alemania.
Rusia ha negado categóricamente estar detrás de las sorprendentemente regulares violaciones de cables en el Mar Báltico.