Un viejo compañero de Putin deja al desnudo a Rusia

Un viejo compañero de Putin deja al desnudo a Rusia

A lo mejor la fuerza de Moscú en su invasión de Ucrania no es tan aplastante como dice el Kremlin... 

Yuri Baluyevsky, en una imagen de archivo.AP

Yuri Baluyevsky, jefe del Estado Mayor ruso entre 2004 y 2007 bajo el gobierno de Vladimir Putin, niega la mayor: su país no es más fuerte que los estados de la OTAN que están ayudando a Ucrania en su guerra de invasión, no tiene mejores medios ni más modernos ni más efectivos. 

Su discurso contradice la lectura que se hace desde el Kremlin de la evolución de la contienda y de su poderío sobre el terreno en e país vecino, donde se calcula que invade el 20% del territorio, 

El pasado 2 de febrero, en un foto celebrado en Moscú, Putin dijo que, a diferencia de las armas de la era soviética durante el enfrentamiento de la Guerra Fría con el bloque atlantista, ahora sus "armas más recientes" son "claramente superiores a todas las demás". "Es un hecho evidente", afirmó, informó la agencia estatal de noticias RIA Novosti. 

No lo es tanto para Baluyevsky. En el prólogo de un libro de artículos científico-militares titulado Algoritmos de fuego y acero, sostiene el militar que los desarrolladores rusos de sistemas de artillería están a día de hoy "desafortunadamente en modo de ponerse al día". Según el texto, "la superioridad cualitativa de la artillería de la OTAN se hace evidente gracias a la transición a cañones de 155 mm con un cañón de calibre 52 y, en el futuro, a calibres 58-60, y al desarrollo de proyectiles de largo alcance de 155 mm", detalla.

Sus palabras se han conocido a través de un extracto de sus comentarios citado por la publicación rusa Army Standard, que está vinculada al canal militar estatal Zvezda, y el medio independiente en ruso Agentstvo. La revista norteamericana Newsweek se ha hecho eco de ellas. 

A su entender, el conflicto en Ucrania ha puesto de manifiesto que existe un retraso "significativo" en sus sistemas internos de artillería y misiles, cuyo rearme Moscú debe priorizar en los próximos años, aconseja. Igualmente, reflexiona sobre uno de los detalles que más asombran al mundo en la resistencia ucraniana: la capacidad de su defensa aérea, antes incluso de recibir ayuda de Occidente. Kiev derrotó inesperadamente a la aviación militar, que no sólo no puede operar en el territorio de su enemigo sino también en el suyo propio, detalla. 

"La tarea de suprimir eficazmente las defensas aéreas enemigas resultó prácticamente irresoluble", escribe, concluyendo que se necesitaban reconocimiento, interferencia, interferencias aéreas y aviones de combate especiales para destruir las defensas aéreas.

Esta radiografía de situación se conoce cuando en la televisión rusa se habla con alegría de atacar una ciudad de un estado OTAN como es Berlín y cuando se multiplican las amenazas del Kremlin ante la celebración del mayor ejercicio de la historia de la Alianza.