Unos estudiantes tropiezan con los posibles restos del barco español con más fortuna destruido hace 300 años
El descubrimiento fue casual. Dos estudiantes buceaban en el río Cape Fear cuando la turbidez redujo la visibilidad.

Un equipo de arqueólogos marinos y estudiantes de posgrado de la Universidad de Carolina del Este podría haber localizado fragmentos del buque La Fortuna, un navío privado español que participó en ataques contra barcos británicos en el siglo XVIII y que explotó tras ser repelido por fuerzas coloniales.
El hallazgo se produjo durante una campaña de estudios marítimos en Brunswick Town, una antigua ciudad colonial británica situada a 12 millas al sur de Wilmington. Allí identificaron restos de cuatro naufragios, incluido un conjunto de 40 piezas de madera que podrían pertenecer a La Fortuna.
El descubrimiento fue casual. Dos estudiantes buceaban en el río Cape Fear cuando la turbidez redujo la visibilidad. “Encontré varios marcos de madera que apenas sobresalían del barro arcilloso, con evidencia de entablado apenas visible en la superficie”, relató Cory van Hees. “No entendía lo que veía en ese momento, pero sabía que debía informar a la facultad sobre la estructura de madera”.
Las pruebas indican que la madera es de ciprés de Monterrey o ciprés mexicano, especies presentes en el sur de California y Centroamérica, lo que sugiere su origen en colonias españolas. El lugar del hallazgo está cerca de donde, en 1985, se recuperó un cañón que también podría proceder del navío.
En septiembre de 1748, La Fortuna participó en un asalto al puerto británico de Brunswick. La tripulación desembarcó para atacar por tierra, pero fue repelida por una milicia local. En la retirada al barco, un polvorín habría explotado, causando la muerte del capitán, oficiales y gran parte de la tripulación. Parte del botín recuperado se destinó a la construcción de las iglesias de San Felipe en Brunswick y San Jaime en Wilmington.
Además de La Fortuna, el equipo documentó otros tres yacimientos: un posible relleno costero junto a un muelle colonial, una barcaza empleada para transporte en la época y un cuarto pecio aún sin identificar. “Estamos sumamente entusiasmados con estos importantes sitios, ya que cada uno nos ayudará a comprender mejor el papel de BTFA como una de las primeras ciudades portuarias coloniales del estado”, declaró el arqueólogo e historiador Jason Raupp.
