La terraza de Madrid donde podrás disfrutar de un chiringuito muy palaciego
Combina la elegancia de su diseño con una rica oferta culinaria.
En pleno corazón de Madrid, cuando el verano está en su apogeo y las temperaturas amenazan con dispararse, las terrazas de la capital se convierten en el lugar de reunión por excelencia. En los últimos años sin duda hay un chiringuito que ha llamado la atención de todos: Bocanegra. Un destino esencial que combina una oferta gastronómica única con unas vistas panorámicas inigualables.
Este restaurante se encuentra en el emblemático Palacio del Marqués Casa de Riera, más concretamente en el jardín situado frente al Círculo de Bellas Artes. Esto permite disfrutar a los clientes de uno de los rincones secretos con más encanto de la capital, el cual solo se podía observar a través de una verja antes de la inauguración de este chiringuito palaciego.
El espacio está repartido en dos terrazas: una aclimatada en el interior y otra exterior que ocupa toda la explanada frente al palacio. Con un césped artificial y una decoración playera con butacas y mesas de mimbre, este rincón de Madrid está llamando la atención no solo de los turistas que nos visitan en verano, sino también de aquellos residentes locales que buscan un espacio elegante donde tomar algo.
Una experiencia única en la capital
Bocanegra tiene un ambiente sofisticado que combina la elegancia de su diseño con una oferta culinaria que está dando mucho de qué hablar. En su carta se pueden observar numerosos platos para compartir, como berenjenas en tempura con miel de caña o croquetas de jamón ibérico o boletus, así como hamburguesas y sándwiches.
No obstante, para aquellos con un paladar más exquisito, esta terraza también ofrece platos típicos de cocina mediterránea que conllevan una mayor elaboración, como ceviche de corvina, tartar de salmón y mango o atún marinado en teriyaki y sésamo. Completando la carta se encuentra la extensa selección de cócteles, donde destaca el ‘BocaNegra’, una bebida que combina vodka negro, zumo de naranja y sirope de azúcar.
Los platos vienen acompañados del mejor ambiente posible. De fondo suena música pop, indie y electrónica del momento, siempre adaptándose a los gustos de los consumidores. Además de las sillas, el recinto cuenta con numerosos pufs distribuidos por el suelo y varios toldos en la parte superior para proteger del abrasante sol de verano. Cuando llega la noche se iluminan las bombillas dispuestas en las guirnaldas para aportar una atmósfera íntima que invita a cualquiera a quedarse.
