"Una actividad de entrenamiento rutinaria y recurrente y no están vinculada a ningún acontecimiento mundial actual”, defiende el cuartel general de Bruselas.
El viceministro de Exteriores sostiene que todo es fruto de la "retórica" atómica de Occidente, que intenta presentar la situación como de riesgo inminente.
El paso de Putin tiene su haz y su envés, puede enfurecer la guerra o pararla, acabar en ataque nuclear o en negociaciones, alterarlo todo o nada. La incertidumbre reina.
La UE no espera avances en la negociación esta semana, cuando todo iba viento en popa, y posiblemente ya no haya nada antes de las legislativas de EEUU de noviembre.
Teherán estudia la respuesta de EEUU a sus propuestas, mientras Lapid insiste en que el plan es “inaceptable” pues no evita que la república islámica sea un “estado nuclear”.
Tras el pacto de 2015 que dio paz al mundo, regulando las investigaciones atómicas de Teherán, Trump se salió en 2018 y desde entonces el desencuentro es permanente.
Tras 16 meses de negociaciones, la UE considera “razonable” la respuesta de Teherán a su propuesta, a la espera de la evaluación que hagan Washington y Londres.
Trump se salió porque Teherán lo "incumplía" y "patrocinaba el terrorismo" y el régimen de los ayatolás ha ido incrementando sus investigaciones como respuesta.