Este 29 de noviembre, Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, es distinto: hay 69.000 muertos en la franja a manos de Israel y se han borrado buena parte de los prejuicios sobre su batalla. Ha costado, pero no debe tener vuelta atrás.
Echar a millones de migrantes sin papeles fue el mayor reclamo de Trump y no le está importando arrollar los derechos humanos para lucirse. A las acusaciones de violencia policial se suman incluso desapariciones de personas sin antecedentes.
La Fiscalía de Milán está investigando una denuncia sobre ciudadanos italianos que a cambio de dinero se convertían en francotiradores por unos días para poder disparar a una población civil que vio sucumbir 11.000 vidas bajo el fuego dictado tras la mira telescópica. Los niños salían más caros.
La exjefa jurídica del Ejército israelí ha confesado que dio a conocer las imágenes de cómo unos soldados sodomizan con un objeto punzante a un recluso palestino. Ha sido suspendida, ha pasado horas desaparecida y ahora está detenida.
Los dos informadores, actualmente en prisión por denunciar la pérdida de libertades en sus países, se han impuesto en la votación a los trabajadores humanitarios y reporteros de Gaza y a los jóvenes que se levantaron contra la corrupción en Serbia.
Un malagueño se enrola en una ONG para montar una canalización de agua hasta un pueblo: les ahorra tres kilómetros de caminata, sobre todo a los niños. Todo un ejemplo a seguir.
La resolución de la Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU sobre los crímenes en Gaza marca un punto de inflexión, con implicaciones también para el resto de países.
"Ayer, 18 barcos zarparon de Catania, Italia. Decenas más partirán de Túnez y Grecia hoy y mañana, y toda la flota pronto convergerá en aguas internacionales para continuar su viaje", explican los organizadores. Ya han sufrido dos ataques.
Además, el informe, elaborado por un comité de la ONU, denuncia que los niños sufren "estrés psicológico, depresión, ataques de pánico, llanto continuo y trauma" y que muchas veces la falta de atención médica adecuada ha llevado a practicar amputaciones de extremidades sin anestesia.
El apoyo de la escritora Sally Rooney, que puede acabar con su procesamiento, o la detención del guionista Paul Laverty, llevan a primer plano la persecución de Londres a la organización. Multitud de juristas denuncian los excesos para silenciar su voz.
La organización HRW desvela en un informe la "participación directa" de Washington en la ofensiva contra Gaza y concluye que las transferencias de armas a Tel Aviv es un "acto internacionalmente ilícito".
La Franja sufre el hambre extrema provocada por meses de bloqueo israelí a la entrada de suministros. La ONU ya ha declarado, por primera vez en Oriente Medio, la existencia de una hambruna en Gaza y las zonas colindantes.
"En los casi 54 años de operaciones de MSF, rara vez hemos visto tales niveles de violencia sistemática contra civiles desarmados (...). Los sitios de distribución de la GHF que se disfrazan de 'ayuda' se han transformado en un laboratorio de crueldad".
Bélgica ha sido denunciada por no hacer lo suficiente para prevenir o paliar la situación en la franja palestina. Es el último ejemplo de cómo la sociedad civil se moviliza y pide cuentas a sus gobernantes, cuando los muertos llegan a 60.000.
Francia, Reino Unido y Canadá son los primeros países del G7 que tratarán a la ANP como un igual. Los dos primeros, también en el Consejo de Seguridad de la ONU. Pesan, influyen y arrastran. Toda una impugnación política contra Netanyahu.
La vicepresidenta de la Comisión Europea lamenta la desunión comunitaria que impide presionar más a Israel y confiesa que ha pedido sanciones a Von der Leyen.
Las balas y bombardeos se suman a la amenaza del hambre y la desnutrición en la población gazatí, especialmente de aquellos sectores más vulnerables como son los niños y mayores. Mientras tanto, Israel aprovecha los puntos de reparto de ayuda para seguir asesinando.
En los últimos meses han aparecido también publicaciones pagadas en Facebook ofreciendo trabajo como conductor de excavadora para la franja, una especie de externalización de la operación.