La vicepresidenta demócrata, que estaba remontando una legislatura de sombras, ha recibido un chute de energía insólito al situarse como favorita para suceder a Joe Biden como aspirante a la Casa Blanca. Sería la primer mujer presidenta si vence.
"Está tratando de perpetrar un robo de 91,5 millones de dólares del dinero sobrante de la campaña", dice el republicano, que denuncia la "mayor violación en la historia de la Ley de Campaña Electoral Federal de 1971".
Las encuestas, sistemáticamente y desde hace al menos dos años, siempre han dado al republicano como vencedor en las elecciones de noviembre mientras el candidato demócrata ha sido Joe Biden.
La directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, ha reconocido la "responsabilidad completa" del organismo en una comparecencia ante la Cámara de Representantes.
Los sondeos muestran que la demócrata, de ser confirmada candidata a la Casa Blanca, podría tener un mejor desempeño que Joe Biden, aunque el republicano sigue liderando todas las encuestas.
El demócrata tomó un país dividido y sumido en la pandemia, que por el camino fue sumando Ucrania, Gaza y sus consecuencias económicas. Le queda trabajo por hacer, pero ha ido avanzando sin armar mucho ruido. Y sin especial reconocimiento.
La renuncia de Joe Biden a su reelección, el último capítulo de una campaña que en las últimas semanas ha empezado a dar cada vez más giros llenos de sorpresas.
Desde el 27 de junio y el cara a cara en la CNN, todo ha ido cuesta abajo: la cumbre de la OTAN no frenó el derrape, con nuevas confusiones del presidente, y se fueron acumulando las críticas de pesos pesados. No quedaba sino irse.
El expresidente de Estados Unidos y candidato republicano ha asegurado que "Joe Biden ha sido el peor presidente de la historia de Estados Unidos, con diferencia".
Desde el desastroso debate ante Trump y hasta el empujón final de Obama, el demócrata ha vivido semanas de enorme desgaste. Primero dijo que se iría si dios lo decidía, luego se abrió a la opinión de los médicos. Al final, da un paso al costado.
El republicano ha pasado por todo esta semana: de un intento de asesinato a su proclamación, apoteósica, como candidato republicano a la Casa Blanca. Había debate sobre si la sangre llevaría a una transformación política. La respuesta es no.
Ha acusado al partido demócrata de intentar "anular los resultados de las primarias de su propio partido para eliminar al corrupto Joe Biden de la papeleta".
El ex presidente de los Estados Unidos se presenta ante los suyos con un tono conciliador tras el atentado de Pensilvania pero, acto seguido, recupera los temas estrella que lo llevaron a la Casa Blanca: la emigración irregular, China y Joe Biden.
Terry Gene Bollea, más conocido por el nombre de Hulk Hogan, anuncia en la Convención Republicana su respaldo al expresidente y candidato a la Casa Blanca.