Tres municipios de Málaga se suman este verano a una tendencia que se extiende ya en la costa española para evitar los espacios ocupados y sin gente en la arena.
Este pólipo -que no medusa- está aguando la fiesta a los bañistas en el Cantábrico sobre todo, donde hasta han tenido que cerrar playas por su capacidad urticante.
La posibilidad de sufrir un ataque de un tiburón en el planeta es de una entre cuatro millones, esto es, algo bastante remoto, constata un informe de la CNN.
En la playa de las Catedrales, en Ribadeo (Lugo), es necesaria una autorización previa para entrar desde el sábado 1 de julio hasta el 30 de septiembre.