Los 4 problemas a valorar si compras una televisión gigante

Los 4 problemas a valorar si compras una televisión gigante

Además del elevado precio.

Un salón con una televisión de grandes dimensiones.Getty Images

"Caballo grande, ande o no ande" dice el refrán. Y eso piensa mucha gente a la hora de elegir un televisor. Pero, cuanto más grande y más pulgadas, más inconvenientes surgen.

4 inconvenientes de las televisiones gigantes

El primer problema que puede surgir después de comprar una televisión gigante es la instalación. Al tener una pantalla enorme, pesa mucho más que cualquier televisión. De hecho, pueden llegar fácilmente a los 70 o 75 kilos, así que puede complicarse.

Pero no solo eso, sino que el soporte en el que se coloque este televisor debe ser resistente. Si no se tiene en cuenta este factor, el mueble podría romperse y el gasto sería mucho mayor.

El segundo inconveniente es el calor, ya que un dispositivo de grandes emisiones emite mucho más. Y si se conecta en verano, en plena ola de calor, ni el aire acondicionado podrá paliar esta situación.

También hay que tener en cuenta el sonido. Los fabricantes suelen intentar por todos los medios que sus televisores cuenten con la mejor calidad posible de audio  de vídeo, pero cuanto más grande es la pantalla más difícil es conseguirlo.

El sonido puede rebotar en la parte trasera y generar eco. Además, dependiendo del tamaño de la sala en la que se coloque, el sonido puede ser peor también.

Y, por último, una televisión muy grande puede causar fatiga visual. Para tratar de evitarlo, lo preferible es alejarse lo máximo posible de ella, pero no siempre se puede. 

Para un televisor de 49 pulgadas se recomienda situarse a una distancia de 1,881 metros. Así que si hablamos de una pantalla de 100 pulgadas, la distancia tendría que ser de 3,83 metros. Y esto es complicado si no se ubica en una estancia muy amplia.