Hillary Clinton quiere demostrar que no es ni fría, ni distante, ni calculadora, sino que es alguien que tiene sentido del humor y que también saber divertirse.

La directora de comunicaciones de su campaña, Jennifer Palmieri, ya había manifestado abiertamente que quiere "humanizar" su candidatura y de ahí que Clinton se haya atrevido a aparecer, por sorpresa, en el programa de comedia Saturday Night Live para relanzar su nominación con algo de humor.

Así, en dicho espacio televisado, Clinton apareció caracterizada como un barman que atendía a la la actriz Kate McKinnon, que hacía a su vez de la aspirante demócrata. Ambas se sumergen en un espontáneo diálogo que le sirve a Clinton para reconocer errores, reforzar los mensajes de su campaña e incluso para hablar sobre su vida familiar.

"Tengo una nieta de un año de edad”, señala la actriz McKinnon en su papel de Clinton. "Me llama Señora Presidenta". En otro momento de la actuación, las dos bromean sobre las posibilidades de Clinton de presidir EEUU: “Desearía que usted pudiese ser presidenta”, le dice McKinnon, a lo que la verdadera Clinton responde: “Yo también.”

Pero si hay un momento que ha gustado y ha dado la vuelta al mundo, ese ha sido cuando en la conversación se menciona a Donald Trump. Entonces la Hillary barman no lo duda: imita su tono de voz e incluso la postura de su cuerpo y afirma: "Trump, ese hombre que va como diciendo a todos ¡ey!, sois unos perdedores". En ese momento la se centra en imaginar si Trump ganará la carrera republicana. "Tiene que ganar y yo soy la única que puede acabar con él", dice la Clinton de McKinnon: "Lo destruiré y enmarcaré su melena en el Despacho Oval", bromea.

Es un gesto más que refleja cómo Clinton está tratando de refrescar su imagen y, de paso, de superar al que, de momento, es su gran rival: Donald Trump.