El estremecedor relato del capitán de un barco que ha salvado a más de mil migrantes en el Mediterráneo

El estremecedor relato del capitán de un barco que ha salvado a más de mil migrantes en el Mediterráneo

Carmelo Cuzzolino, encargado de la seguridad de una plataforma petrolera libia, pasó dos días con estas personas desesperadas. "Nos tuvimos que encerrar", narra.

Un grupo de migrantes saludan a bordo del barco humanitario 'Vos Prudence' de Médicos Sin Fronteras a su llegada a Nápoles (Italia), el pasado domingo.CESARE ABBATE / EFE

El capitán Carmelo Cuzzolino, encargado de la seguridad de una plataforma petrolera libia, pasó dos días con más de mil migrantes desesperados a bordo. Una dramática situación que probablemente se pueda repetir.

"Hace 30 años que soy capitán aquí y he visto pasar a muchos migrantes... pero esto ¡es la primera vez!", explica este marino italiano de 60 años, entrevistado por teléfono cuando el lunes su barco se disponía a zarpar de Palermo, en la isla italiana de Sicilia.

El Vos Thalassa, un gran remolcador rojo de 60 metros de eslora, parece el hermano gemelo del Vos Prudence, fletado por la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) para socorrer a migrantes frente a las costas de Libia y que el domingo llevó cerca de 1.500 migrantes hasta Nápoles.

Pero su trabajo consiste en patrullar en torno a una plataforma petrolera libia situada a 70 millas náuticas de ese país.

El viernes por la tarde, su tripulación vio una embarcación de migrantes que agitaban una bandera blanca. Advirtió a los guardacostas italianos en Roma, que le pidieron que los subieran a bordo.

Hacia las 15.00 horas, Roma les anunciaba que dos lanchas rápidas de los guardacostas llegaban para llevarse a los migrantes.

Pero ocurrió todo lo contrario: con el paso de las horas fueron apareciendo más embarcaciones cargadas de migrantes, que las lanchas iban a rescatar para dejarlos después sobre la gran cubierta del Vos Thalassa antes de salir de nuevo para otra operación de socorro.

"A las doce y media de la noche, tenía 1.042 personas a bordo, entre ellas unas 50 mujeres, 15 niños y siete cadáveres que llegaron ya en sacos herméticos", explica el comandante.

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  Una mujer y su hijo, al desembarcar en Nápoles asistidos por Médicos Sin Fronteras.EFE

Un navío militar italiano salió hacia allí para recuperar a los migrantes. Pero cuando llegó al lugar ya estaba lleno: el lunes desembarcó a 929 migrantes en Catane, además de 10 cadáveres, incluido el de una madre de dos niños de cinco y tres años.

En total, más de 10.000 migrantes fueron socorridos frente a las costas de Libia la semana pasada, de los cuales 3.400 solo el viernes. Y como no había otros navíos disponible, el Vos Thalassa tuvo que poner rumbo a Sicilia.

Las condiciones a bordo eran infernales: sin agua, sin víveres, sin mantas, los migrantes se pusieron nerviosos y algunos se volvieron agresivos. Frente a ellos, una tripulación de solo 14 hombres.

"Nos tuvimos que encerrar en el interior", explica el capitán. La tripulación sólo dejaba entrar a las mujeres y los niños para utilizar los aseos.

No podemos hacer esto... Salvar vidas en alta mar, poner a 150 personas a salvo, darles de comer y ocuparnos de ellos mientras alguien viene a buscarlas, sí, por supuesto. Pero ir acumulándolos en el barco durante 48 horas, es poner en peligro la vida de todo el mundo. El barco, la tripulación, los migrantes

El sábado hacia medio día, un navío de los guardacostas, también cargado de migrantes, les llevó botellas de agua y comida. Pero, aunque estos vívires podían calmar los ánimos, su distribución resultaba peligrosa.

"Cuando vieron la comida, se lanzaron sobre nosotros. Les decíamos que organizasen colas pero no lo entendían", recuerda Cuzzolino.

El Vos Thalassa finalmente atracó el domingo por la tarde en Palermo, el puerto designado por las autoridades italianas.

Tampoco hubiese podido hacerlo antes debido a la cumbre del G7 que se celebraba el viernes y sábado en Taormina, también Sicilia: durante su duración, se supendió el desembarco de migrantes en la isla.

La evacuación de los migrantes a bordo del Vos Thalassa duró hasta las 03.00 horas, tras lo cual la tripulación tuvo que trabajar durante horas para limpiar y desinfectar la cubierta.

"No podemos hacer esto... Salvar vidas en alta mar, poner a 150 personas a salvo, darles de comer y ocuparnos de ellos mientras alguien viene a buscarlas, sí, por supuesto", dice el capitán. "Pero ir acumulándolos en el barco durante 48 horas, es poner en peligro la vida de todo el mundo. El barco, la tripulación, los migrantes", insiste.

El capitán sabe sin embargo que con la llegada del buen tiempo, verá a más migrantes en torno a su plataforma. Y que si los barcos militares o humanitarios ya están llenos, Roma le volverá a pedir ayuda.

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