El aterrador asesor de Seguridad Nacional que Trump ha nombrado para negociar con Corea del Norte

El aterrador asesor de Seguridad Nacional que Trump ha nombrado para negociar con Corea del Norte

Es partidario de los ataques preventivos, detesta a la ONU, alimentó la Guerra de Irak...

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha reemplazado a su asesor de Seguridad Nacional, Herbert Raymond McMaster, por el exembajador ante las Naciones Unidas John Bolton.

"Me complace anunciar que, a partir del 9 de abril, el @AmbJohnBolton será mi nuevo Asesor de Seguridad Nacional. Estoy muy agradecido por el servicio del General H.R. McMaster que ha hecho un trabajo excelente y que siempre será mi amigo", ha revelado en Twitter.

Aunque Trump no se ha referido a las razones de la marcha de McMaster, el diario The New York Times asegura, citando fuentes de la Casa Blanca, que el militar ha presentado su renuncia, que se hará efectiva en las próximas semanas.

"Después de 34 años de servicio a nuestra nación, solicito el retiro del ejército de EEUU efectivo este verano, después del cual dejaré el servicio público. A lo largo de mi carrera, ha sido mi mayor privilegio servir junto a militares extraordinarios y civiles dedicados", ha dicho McMaster en un comunicado.

McMaster ha agradecido a Trump la oportunidad de haber trabajado en su Gobierno y "la amistad y el apoyo" de los miembros del Consejo de Seguridad Nacional con los que ha compartido su tarea.

Según fuentes de la Casa Blanca citadas por el 'NYT', ha presentado su renuncia.

El teniente general, considerado uno de los principales 'intelectuales' de las Fuerzas Armadas y con una sólida experiencia sobre el terreno en Irak y Afganistán, formó parte del círculo más cercano a Trump pero poco a poco ha ido perdiendo ascendencia sobre el magnate.

Con un doctorado en Historia por la Universidad de Carolina del Norte y formado en la Academia Militar de West Point, McMaster llegó a la Casa Blanca en febrero de 2017 para sustituir al general Michael Flynn, que dimitió en una de las primeras crisis del Gobierno de Trump por la presunta injerencia rusa.

El condecorado teniente general no tuvo problemas en enfrentarse al mandatario. Trump, que se había quejado en privado de su carácter "áspero y condescendiente", avanza así en su intención de completar un nuevo equipo antes de las conversaciones con Corea del Norte.

Lo sustituye un ultraderechista muy polémico

John Bolton, el sustituto de McMaster, es un 'halcón' militarista que ha llamado recientemente a declarar la guerra a Corea del Norte e Irán, y fue uno de los promotores del falso argumento sobre las armas de destrucción masiva que llevó a la invasión de Irak en 2003.

Bolton, de 69 años, es una figura tan polémica en Washington que en 2006 tuvo que abandonar su cargo de embajador estadounidense ante la ONU después de 14 meses debido a la negativa del Senado a confirmarle definitivamente para ocupar el puesto.

Este comentarista frecuente en la cadena de televisión favorita de Trump, Fox News, ha logrado ponerse al frente del Consejo de Seguridad Nacional, el órgano de la Casa Blanca encargado de centralizar la política exterior y de seguridad de EEUU y de asesorar al presidente al respecto.

Prefiere "la libertad sobre la democracia"

Nacido en Baltimore (Maryland) en 1948, Bolton se doctoró en Derecho por la Universidad de Yale en 1974 y se alistó en la Guardia Nacional, pero no fue a la guerra de Vietnam y se le atribuye la cita de que "no quería perder la vida en el arrozal de ningún país asiático".

Casado y con una hija, Bolton ocupó un alto cargo en el Departamento de Justicia bajo el Gobierno de Ronald Reagan y en el de Estado bajo el de George H. W. Bush, y pasó por los centros conservadores Instituto Manhattan y American Enterprise Institute.

Aunque muchos le tachan de neoconservador, Bolton se describe como un "libertario" que prefiere "la libertad sobre la democracia" y que, finalmente, ha logrado esquivar al Congreso y situarse justo a la derecha del presidente.

Este ha sido su comentario sobre su nuevo cargo: "Es un honor. Acepto con humildad la oferta del presidente Trump. EEUU se enfrenta actualmente a problemas de diversa índole y tengo ganas de trabajar con el presidente y su equipo de líderes para atajar esos desafíos tan complejos con la intención de hacer nuestro país más seguro dentro y más fuerte hacia fuera".

Cree firmemente en los ataques como estrategia preventiva

El rasgo físico más distintivo de Bolton, su gran bigote blanco, es el que retrasó supuestamente su entrada en el Gobierno de Trump: según varios informes de prensa, al presidente no le gusta el vello facial, y ese fue un factor importante a la hora de descartarlo como posible secretario de Estado.

Detrás del bigote se encuentra un ideólogo ultraconservador, un vehemente defensor del "interés nacional" de Estados Unidos que ve con recelo los tratados multilaterales y la ley internacional y que respalda sin ambages los ataques militares como estrategia preventiva.

"Es perfectamente legítimo que Estados Unidos ataque primero para responder a la 'necesidad' que presentan las armas nucleares de Corea del Norte", defendió Bolton en un artículo publicado hace dos semanas en el Wall Street Journal. En 2015, utilizó un argumento similar sobre Irán, al escribir en el NYT que "solo una acción militar" podía evitar que los iraníes obtuvieran un arma atómica.

Ésa será la voz que aconseje a Trump en la preparación de su próxima reunión con el líder norcoreano, Kim Jong-un, y también en la decisión que debe tomar antes de mediados de mayo sobre si se retira del acuerdo nuclear con Irán, un pacto que Bolton ha dicho que "no tiene sentido salvar".

Se opone a la Corte Penal Internacional y ataca a la ONU

El nuevo asesor de Trump es un conocido crítico de la Corte Penal Internacional y de Naciones Unidas, y en 1994 dijo que "no pasaría nada" si desaparecieran diez pisos del edificio de la ONU en Nueva York.

Eso no evitó que trabajara en ese inmueble durante más de un año cuando el expresidente Bush le nombró embajador ante la ONU en agosto de 2005, aprovechando un receso en el Senado, que se había negado a confirmarle para el cargo. En diciembre de 2006 tuvo que dimitir porque se agotaba el plazo en el que podía ocupar el puesto de forma interina y el Senado no parecía dispuesto a darle luz verde.

La oposición demócrata bloqueó su nominación debido a su supuesta intimidación de subordinados durante su paso por el Departamento de Estado y a sus presuntos intentos de ignorar o suprimir información de inteligencia con la que no estaba de acuerdo.

Se inventó que Cuba posee armas biológicas

En 2001, Bolton se convirtió en subsecretario de Estado para el control de armas, una posición que cobró peso en la antesala de la invasión de Irak porque la justificación de Bush para atacar se centró en la falsa posesión de armas químicas y biológicas por parte del régimen de Sadam Huseín.

"Estamos seguros de que Sadam Huseín ha escondido armas de destrucción masiva", dijo Bolton en un discurso en 2002. Abrazó la teoría del "eje del mal" de Corea del Norte, Irán e Irak y presionó al Departamento de Estado y la CIA para despedir a quienes no estuvieran de acuerdo.

También fue protagonista de una larga disputa con las agencias de inteligencia estadounidenses por su acusación pública de que Cuba contaba con un programa de armas biológicas.

El cambio se rumoreaba desde hacía semanas

Altos funcionarios de la Casa Blanca, bajo condición de anonimato, han indicado que la marcha de McMaster, cuya salida se rumoreaba desde hace semanas, se ha fraguado por acuerdo mutuo entre el general y el presidente.

"Los dos han estado discutiendo esto por un tiempo. La línea de tiempo se aceleró, ya que ambos sentían que era importante tener un nuevo equipo, en lugar de constante especulación. Esto no ha estado relacionado con ningún momento o incidente", han asegurado las fuentes del NYT.

"El presidente pidió al general McMaster que permanezca en activo hasta mediados de abril para garantizar una transición sin problemas, y el general McMaster aceptó", han explicado.

La semana pasada, la Casa Blanca se apresuró a negar más cambios en el gabinete presidencial tras el despido fulminante del secretario de Estado, Rex Tillerson, y las alarmas suscitadas por la posible marcha de McMaster y el jefe de gabinete, John Kelly.

El adiós de McMaster supone la salida de uno de los últimos "moderados" de la Casa Blanca, tras la partida de Gary Cohn, hace unas semanas y del propio Tillerson. Y la entrada de un ultraderechista justo antes de la negociación más delicada de EEUU en años.

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