La pasada noche, la Cámara de los Comunes se rebeló contra el primer ministro británico, Boris Johnson. Por decirlo claramente, el conservador quiso bloquear la Cámara para que no interfiriera en sus planes (parando un Brexit que a él no le guste o presentando una moción de censura, por ejemplo) y por culpa de su prepotencia ha salido escaldado: ahora el Parlamento se ha hecho con el control de la agenda parlamentaria y comenzará a tramitar este miércoles una ley que bloquee la posibilidad de salir de la Unión Europea (UE) sin haber firmado antes un acuerdo con Bruselas, lo contrario de un Brexit a las bravas o duro.
Si se promulga dicha ley, esta normativa obligaría al actual primer ministro a retrasar la salida de la UE hasta el 31 de enero, próxima cita del Consejo Europeo, en el caso de que el 19 de octubre el Parlamento no haya aprobado un acuerdo de salida. Esto podría llevar a un nuevo debate, a una renegociación con Bruselas o a una eventual cancelación del proceso.
Johnson, que ya no cuenta ni con una mayoría tory en la cámara porque varios de sus diputados cruzaron de acera (o de bancada, literalmente) para decirle que no compartían sus políticas, se queda con pocas opciones, como no sea la convocatoria de elecciones para tratar de reconquistar la mayoría perdida.
Corbyn and his surrender bill would mean years of uncertainty and delay. I am determined to lead this country forward and take Britain out of the EU on October 31st 🇬🇧
Para poder llamar a los británicos las urnas, el premier necesita el respaldo de dos tercios de los diputados. Y de momento, el Partido Laborista, primero de la oposición, ya ha avanzado que es favorable a unos comicios, siempre y cuando la legislación contra el Brexit duro haya quedado aprobada.
Así que eso, ahora, no es lo inmediato. Lo que va a pasar a partir de hoy mismo, miércoles, es que comenzará a debatir esa ley para que el Parlamento tome las riendas del proceso de divorcio con Europa. Se hará por un procedimiento de urgencia, porque el tiempo apremia: el 31 de octubre es la fecha tope para la desconexión de Londres respecto de Bruselas, la última prórroga de un proceso que tenía que haber acabado en marzo.
Una dura derrota
Anoche, Johnson perdió su primera votación parlamentaria por una diferencia de 27 votos, de entre los cuales 21 corresponden a diputados conservadores, o sea, de los suyos, que se alinearon con la oposición, a pesar de que habían sido amenazados con la expulsión del grupo parlamentario. Un paso que recuerda cómo hace meses otros miembros de la derecha, como él mismo, le hicieron también una encerrona tras otra a la entonces primera ministra, Theresa May, dimitida a la postre.
Se espera que una mayoría similar dé luz verde este miércoles en los Comunes a la ley, que pasaría entonces a la Cámara de los Lores, donde su tramitación podría demorarse varios días. No se descarta que se convoque una sesión especial el viernes, 6 de septiembre, para pisar el acelerador. La legislación debería estar lista para recibir el asentimiento de la jefa de Estado, Isabel II, paso indispensable para que entre en vigor.
La prisa viene de la fecha tope para el Brexit, la de final de octubre, y también de la orden dada por Johnson de clausurar el palacio de Westminster a mediados de la próxima semana (entre el 9 y el 12) y no reanudar las sesiones hasta el 14 de octubre. Tres días después de esa fecha, el primer ministro confía en asistir a una cumbre de líderes comunitarios en la que querría cerrar un nuevo acuerdo de salida de la UE, con mayores concesiones de las que logró su antecesora en el cargo, May.
Johnson insiste en que ese es su objetivo principal, pero recalca que está dispuesto a romper los lazos con el bloque comunitario en la fecha prevista, el 31 de octubre, en cualquier caso, aunque no haya llegado a un acuerdo para entonces. Los diputados de la oposición, por contra, proponen que haya otra prórroga, hasta el 31 de enero de 2020, si no se llega a un acuerdo pactado de salida.
¿Lograrán los diputados un Brexit sensato -dentro de la locura que supone esta ruptura-? ¿Habrá elecciones? ¿Votará masivamente la ciudadanía a Johnson, como auguran las encuestas, o esta crisis en el seno de su propio partido le hará perder fuerza? ¿Tendrá que aliarse con el partido del Brexit, radical donde los haya? Nos quedan semanas intensas por delante...
¿Es legal la suspensión del Parlamento?
Por si todo esto fuera poco, colea otra cuestión jurídica: el Tribunal de Sesiones de Edimburgo ha anunciado que este miércoles dictaminará si considera legal o o no la controvertida decisión del primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, de suspender temporalmente el Parlamento hasta pocos días antes del Brexit.
Tras una sesión que se ha alargado casi seis horas, el juez Lord Raymond Doherty ha indicado que sopesará los argumentos expuestos por las dos partes y decidirá si la medida cumple con la ley o bien, como piden los demandantes, se trata de un acto “anticonstitucional” que supera las potestades del jefe del Ejecutivo.
El abogado que representa a los más de 70 firmantes de la demanda, Aidan O’Neill, ha sostenido que “el cierre del Parlamento se relaciona con un Brexit sin acuerdo, no con una nueva agenda. Es silenciar y desarmar a la oposición. Eso es inconstitucional, es un abuso de poder”.
Las cosas de Boris Johnson
Manejando una grúa durante una visita a las obras de un puerto en Blackpool
Efectivamente, dentro de un caza de las fuerzas aéreas británicas (RAF)
Podría ser una foto más, pero se trata de una visita al centro de control donde se estaba construyendo una central nuclear
Quizás no era la mejor forma de posar durante su visita a la India.
En su visita a la India aprovechó para saludar a una deidad
Si hace falta pinta él las líneas del campo de juego, como en esta visita al césped del Bury FC
A los mandos de un brazo robótico, echando una mano durante una visita a un centro de FP de Burnley
Johnson, haciendo algo extraño con las manos durante una conexión en directo con el presidente ucraniana, Volodímir Zelenski
Johnson disfrutando de los cuadros del Museo de Prado antes de la cena de líderes por la Cumbre de la OTAN en Madrid
Están todos contados, Boris. Y conocemos el catálogo del British Museum
'¿El parecido es razonable?'. Fuera bromas, es un retrato de la reina de Inglaterra.
Y sí, el retrato lo hizo él.
No estamos seguros de si está preguntando si lo tienen en un tamaño más grande, pero este es un momento de su visita a una fábrica militar en Belfast
¡No, por favor! Decidnos que eso está descargado.
Ojalá supiésemos qué le ha dicho este niño de una escuela de Kent a Boris Johnson
Johnson, en la misma visita a la escuela de Kent, pero tras 'pasar de curso'
Una auténtica rareza en su carrera política, en esta imagen está dimitiendo
Johnson en una fotografía tomada el 13 de noviembre de 2020, durante la pandemia, en lo que aseguró que era una "reunión de trabajo"
Johnson, ayudando a un estudiante de fontanería de un centro de Blackpool con las medidas de un tubo
Johnson, en el mismo centro educativo, pero esta vez poniendo su granito de arena para terminar un muro
A punto de embarcar hacia Kiev para visitar al presidente ucraniano, justo después de que saliese publicado el informe del 'partygate'
Vale, en esta no sale Johnson, pero esta es la cara del gato Larry (la mascota de Downing Street) el mismo día en que Boris dimitió
Johnson, a punto de cortar un pepino recogido de una granja de Cornwall por él mismo. Y bajo la atenta mirada de preocupación de su acompañante.
Johnson, visiblemente satisfecho por la producción británica de brécol.
Johnson, durante una visita a una escuela de Kigali (Ruanda) y, al parecer, es el único que no sabe la respuesta a la pregunta.
Las mil caras (y gestos) de Boris Johnson. Un personaje popular y populista que ha dejado no pocas imágenes 'sui géneris'. Y es que jugando a la cuerda con traje, corbata y zapatos la cosa pintaba fea.
Johnson, ¿dejándole paso? al canciller federal alemán Olaf Scholz en un paseo durante la última reunión del G7
Johnson, nada agobiado por la presencia de periodistas antes de aterrizar en Madrid para asistir a la Cumbre de la OTAN 2022
No solo se le ve practicando deportes, también (hace que) trabaja, como en esta imagen.
Un poco de "running" con bermudas de playa. Peligrosa mezcla.
En su etapa de alcalde de Londres se implicó mucho en promocionar deportes como el rugby de cara a los Juegos Olímpicos. Quizá demasiado. Pobre niño...
Pero en un plano más "serio", fue uno de los grandes referentes de la campaña por el "Sí al Brexit". Por supuesto, su campaña fue "a lo Boris Johnson".
En cualquier lugar y con cualquier objeto: a la salida del bus promocional para el "Vote Leave" contra la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea.
No sabemos si es fan de Pink Floyd, pero aquí hizo un guiño a su "Another brick in the wall".
Otro momento deportivo; ahora toca cricket.
Y con la vuvuzela, que tan popular se ha hecho en los últimos mundiales de fútbol.
Si tenía que mojarse por un tema, lo hacía. Literalmente.
Otro momento rugbístico en una sesión de "entrenamiento" grupal.
Un gesto de extraña explicación en plena comparecencia.
Su look con ese flequillo despeinado a veces le ha jugado malas pasadas.
Indefinible.
¿Un remake de "Los gemelos golpean dos veces"?
Si es lo que parece, el voleibol paralímpico no se le da muy allá.
Rugby, voleibol, atletismo... y un poco de tenis, como en este partido benéfico en Queen's.
Cuando estaba a un paso de ser el primer ministro británico, parecía haberse vuelto más "formalito". Aunque con Boris nunca se sabe.
Cuando estaba a un paso de ser el primer ministro británico, parecía haberse vuelto más "formalito". Aunque con Boris nunca se sabe.
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Visitó la India y esta foto era absolutamente inevitable
Las mil caras (y gestos) de Boris Johnson. Un personaje popular y populista que ha dejado no pocas imágenes 'sui géneris'. Y es que jugando a la cuerda con traje, corbata y zapatos la cosa pintaba fea.
En su etapa de alcalde de Londres se implicó mucho en promocionar deportes como el rugby de cara a los Juegos Olímpicos. Quizá demasiado. Pobre niño...
Pero en un plano más "serio", fue uno de los grandes referentes de la campaña por el "Sí al Brexit". Por supuesto, su campaña fue "a lo Boris Johnson".
En cualquier lugar y con cualquier objeto: a la salida del bus promocional para el "Vote Leave" contra la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea.