“Otro fracaso sería imperdonable”: señales de avance ante una emergencia constitucional

“Otro fracaso sería imperdonable”: señales de avance ante una emergencia constitucional

Sánchez y Feijóo han puesto los mimbres y Bolaños y Pons rematarán el trabajo: “Sería ridículo escenificar que van a por todas para que quede en nada”.

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, este lunes en Moncloa antes de su reunión para hablar del Poder Judicial.EFE

Crisis constitucional. Histórica, inédita. El presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ confirmó el domingo su pregonada renuncia por el continuado bloqueo en la renovación del Poder Judicial . En víspera del día de la Fiesta Nacional, cuando el rey Felipe se encuentra con todos los poderes del Estado. Un cisma que obligó a mover ficha al jefe del Gobierno. Su gabinete llamó al del PP para convocar al líder de la oposición a una reunión urgente, solo horas después del órdago final de Lesmes. Tras meses sin contacto y un aluvión de reproches mutuos, Sánchez y Feijóo se reencontraron con sus líneas rojas puestas encima de la mesa y se despidieron dándose una “última” oportunidad. Se inicia la negociación final.

Es un último intento. En realidad, el único acuerdo hecho público es que se retoman los contactos. Suficiente para que ambas partes esbozaran cierta satisfacción. Tras tres horas de reunión en Moncloa, el equipo de Feijóo salió de Moncloa trasladando una palabra: “Avances”. Antes, Sánchez hizo llamar a los dos negociadores, Félix Bolaños y Esteban González Pons, para que se unieran a la reunión. Una decisión, la de convocar a sus números dos, poco habitual que lanzaba el mensaje de que es ahora o nunca. “Hemos avanzando para abordar la renovación conjunta de CGPJ y TC con un nuevo marco que profundice en criterios de independencia”, escribió Feijóo en Twitter.

En realidad, el Gobierno no asumió ni tan siquiera eso, lo de que se profundizará en criterios de independencia, aunque evitó cerrarse en banda. Bolaños habló de “negociar en serio” para alcanzar una “solución rápida”, pero fue prudente y no entró en plazos. Además, dejó claro que de Unidas Podemos se encarga él, tras informar a Yolanda Díaz de la reunión. Escasos segundos después de su comparecencia, pero desde Génova 13, Pons esbozaba una sonrisa y también evitaba cualquier tipo de concreción. “Nos hemos dado una última oportunidad, todos los que hemos tenido una pareja y nos hemos dado una última oportunidad sabe de qué estamos hablando”, resumió. “Otro fracaso sería imperdonable”, según la constatación de ambas partes, al más alto nivel.

La interpretación unos escalones más abajo es que Sánchez y Feijóo han debido poner los mimbres —“hasta aquí hemos llegado”— y que ahora, de forma discreta, Bolaños y Pons rematarán el trabajo. “Sería ridículo escenificar que van a por todas para que luego quede en nada”, según un diputado. Algunas voces sugirieron que se ha podido avanzar en la fórmula que, con Casado en la presidencia del PP, planteó su entonces secretario general, Teodoro García Egea, a Bolaños: renovar los órganos pendientes y que sea el nuevo Consejo General del Poder Judicial el que proponga su propio modelo de elección. Si bien, públicamente, ambas partes mantuvieron sus máximas y no concretaron sobre la negociación.

A saber, tanto Sánchez como Feijóo coinciden en que la renovación debe hacerse en base a las reglas de juego actuales pero el gallego, como antes Casado, defiende que hay que cambiar el modelo de elección para reforzar en la independencia judicial. Esto es, que los jueces elijan a los jueces, en línea con lo dictado por la Comisión Europea. Este lunes, de cara a la galería, simplemente se pasó de la frialdad inicial de Sánchez y Feijóo en las escalinatas de Moncloa a las caras más sonrientes del ministro de Presidencia y el vicesecretario, encargados ahora de intentar llegar a un pacto sin que ninguna de las partes pierda el relato.

¿Qué “avance” se admite públicamente? Que ante un contexto de emergencia constitucional, el Gobierno y el PP han reabierto una vía de comunicación y que esperan alcanzar un acuerdo. Algo que tendría que ser lo habitual pero que hoy se ha convertido en extraordinario. Desde que Feijóo tomó las riendas del PP, su relación con Sánchez ha sido prácticamente nula, como ha contado El HuffPost. Un primer encuentro en abril, un cruce de mensajes y ya. El resto ha sido un sinfín de críticas cruzadas en esta larguísima campaña electoral que concluirá con las elecciones generales, a finales del próximo año.

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Corresponsal político de El HuffPost.