Zaporiyia en la diana: Kiev y Moscú se acusan de preparar ataques de bandera falsa

Zaporiyia en la diana: Kiev y Moscú se acusan de preparar ataques de bandera falsa

Ucrania denuncia que los rusos han abandonado la planta, salvo el personal esencial, y teme que sea porque prepara un golpe del que responsabilizarles.

La central nuclear de Zaporiyia, en Ucrania, está en la diana de las preocupaciones. Afectada por los ataques rusos, ahora podría ser objeto de una operación de falsa bandera, esto es, una acción hostil orquestada por sus propios autores, de manera que no parezcan los responsables de ella, operaciones encubiertas que buscan atribuir a otras personas la autoría de la agresión para iniciar un conflicto mayor.

Las acusaciones sobre esta estrategia son mutuas y los rumores no dejan de crecer. Ucrania acusa a Rusia no sólo de usar la planta como escudo, sino también de atacarla, mientras Moscú también ha asegurado que se trata de ataques de falsa bandera de Ucrania, preparando el terreno.

El Ministerio de Defensa ruso afirmó que el ejército ucraniano estaba preparando un “ataque terrorista” en el extenso complejo de la planta de energía Zaporizhzhia en el río Dnipro, lo que llevó a la agencia de inteligencia militar ucraniana a responder que la advertencia rusa era de hecho un pretexto para que Moscú organizara una “provocación” de algún tipo allí el viernes. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que los ataques de Ucrania a la planta están “cargados de consecuencias catastróficas para vastos territorios, para toda Europa”.

Las fuerzas invasoras rusas tomaron el control de la planta, la central nuclear más grande de Europa, a principios de marzo y la pusieron bajo el control de Rosatom, la compañía nuclear estatal rusa. Pero han mantenido al personal ucraniano allí, muchos de ellos a la fuerza, afirma Ucrania, para operarlo. El jueves, la agencia de inteligencia ucraniana dijo que los ingenieros de Rosatom habían abandonado la planta “urgentemente” y que solo se permitiría el acceso a la planta el viernes al “personal operativo”.

Aunque aseguran que no han sido ellos quienes han atacado las instalaciones, Ucrania sí ha devuelto algunos ataques con precisión, pero muy cerca de la planta. The New York Times cita como ejemplo el pasado 22 de julio, cuando la agencia de inteligencia militar de Ucrania informó que había atacado una instalación antiaérea y un lanzacohetes Grad con un dron kamikaze, causando la muerte de algunos soldados rusos en un campamento a apenas 150 metros de un reactor.

Según un reporte del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), los bombardeos del pasado 5 de agosto sobre la planta provocaron varias explosiones cerca de la pizarra eléctrica, generando un corte de energía que hizo que una unidad del reactor quedara desconectada de la red y, por tanto, que se activara su sistema de protección de emergencia, echando a andar sus generadores para garantizar el suministro eléctrico.

El OIEA ha pedido el fin inmediato de cualquier acción militar cerca de la planta, advirtiendo de un “riesgo muy real de desastre nuclear”.

También hubo ataques en una estación de nitrógeno-oxígeno. Los bomberos consiguieron extinguir el incendio, pero según el OIEA sería necesario poder evaluar los daños y las reparaciones pertinentes.

Desde el OIEA advierten que la situación actual de la planta es “muy alarmante” y el propio gobierno ucraniano aseveró que la planta “se acerca a lo crítico”.

La central nuclear de Zaporiyia fue construida en la década de 1980, todavía bajo el dominio de la Unión Soviética. Tiene seis reactores de agua ligera que la ubican entre las 10 plantas nucleares más potentes del mundo y provee más del 20% de toda la energía que consume Ucrania.

Tomada por los rusos en los primeros días de la guerra, la planta de Zaporiya, en la ciudad de Enerhodar, a orillas del río Dnieper, sigue siendo operada por técnicos ucranianos. Según acusaciones de Ucrania, inicialmente los rusos no permitían el relevo a los trabajadores ucranianos, que estuvieron sometidos a un gran estrés y largos turnos de trabajo sin rotación. En estos momentos no está claro cuántos de ellos siguen trabajando en el lugar, pero se estima que la operación de la planta está a cargo de más de 10,000 civiles ucranianos.

Estados Unidos apoyó esta pasada madrugada la petición de Ucrania de desmilitarizar la central nuclear de Zaporiyia y permitir la visita de una misión internacional a la zona. “Junto con nuestros aliados, hacemos un llamamiento a Rusia para que cese todas las operaciones militares cerca de las centrales nucleares ucranianas y que devuelva el control de Zaporiyia a Ucrania”, dijo en una rueda de prensa el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.

Asimismo, urgió a que OIEA tenga acceso a dicha central nuclear “lo antes posible” y aplaudió al Gobierno ucraniano por su “compromiso con la seguridad” frente a los ejercicios “temerarios” de Rusia.

“Reiteramos nuestro llamamiento para una zona desmilitarizada en los alrededores de Zaporiyia, ya que Rusia sigue realizando operaciones. Es el colmo de la irresponsabilidad”, insistió.

Asimismo, pidió a Rusia que sea un país “responsable” y que se siente con Estados Unidos para comenzar a negociar un nuevo tratado que sustituya al Nuevo Start, un acuerdo que limita la actividad nuclear de ambos países y que expirará en 2026.

Rusia y Ucrania abogaron este jueves por el envío de una misión internacional a la central ucraniana de Zaporiyia, en medio de nuevas acusaciones sobre ataques a la mayor planta nuclear de Europa, a la vez que discreparon sobre la necesidad de desmilitarizar la zona.

“Las propuestas de desmilitarizar una zona en torno a la central nuclear de Zaporiyia son inaceptables”, dijo Iván Necháev, portavoz ruso de Exteriores.

Por su parte, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, pidió en una reunión con el secretario general de la ONU, António Guterres, que la organización garantice la desmilitarización de la planta nuclear para evitar que allí se produzca una catástrofe.