Adiós a los divorcios: Corea del Norte paga un viaje a la puerta del infierno a los que rompan el matrimonio
Los ciudadanos que decidan romper su matrimonio serán enviados a campos de trabajo forzado por un periodo de entre uno y seis meses.
El gobierno de Corea del Norte ha adoptado una nueva medida con el objetivo de intentar frenar el aumento de divorcios en su país: los ciudadanos que decidan romper su matrimonio serán enviados a campos de trabajo forzado por un periodo que puede variar entre uno y seis meses. Esta decisión pretende frenar el aumento del número de separaciones, impulsadas principalmente por las dificultades económicas y sociales.
El régimen de Kim Jong-Un, que mantiene un control absoluto sobre el país, enfrenta una grave crisis alimentaria y una economía debilitada, exacerbada por el aislamiento internacional y las secuelas de la pandemia de COVID-19. A pesar de los intentos del gobierno por mantener el control, las separaciones entre parejas, especialmente de personas entre 30 y 40 años, han aumentado en los últimos años debido a la crisis económica.
En respuesta a esta situación, las autoridades norcoreanas han decidido reformar la legislación para que, en caso de divorcio, ambos cónyuges deban obtener la validación de un tribunal. Sin embargo, lo más llamativo de la nueva política es que aquellos que decidan separarse serán enviados a campos de trabajo forzado, donde se les impondrá un castigo por lo que se considera un "crimen" contra la unidad familiar.
Según testimonios recogidos por Radio Free Asia, las mujeres, que en su mayoría son las que inician los procesos de divorcio, suelen recibir castigos más severos que los hombres, y en algunos casos, las separaciones derivan en situaciones de violencia doméstica.
