Así intimida Rusia a Europa: de guerras híbridas y provocaciones peligrosas
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Así intimida Rusia a Europa: de guerras híbridas y provocaciones peligrosas

Las violaciones del espacio aéreo en el este o el misterio de los drones que han cerrado aeropuertos en Dinamarca y Noruega acrecientan la angustia. Rusia se desmarca, mientras la OTAN y la CE se debaten entre las palabras y las acciones. 

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y una cortina de código informático.Jaap Arriens / NurPhoto via Getty Images

La invasión rusa de Ucrania camina hacia su cuarto año, las negociaciones de paz impulsadas por Estados Unidos están en punto muerto, Rusia ahonda en sus conquistas sobre el terreno y llega el frío, con el doble riesgo de que todo se ralentice y la energía se convierta de nuevo en la diana predilecta de los de Vladimir Putin. Los ucranianos temen otra vez un tiempo de escasez, sobre la muerte y la destrucción permanentes.

Ese es el escenario de fondo sobre el que en estas semanas han saltado las alarmas por varios incidentes que evidencian que estamos ante un conflicto volátil y que, por su cercanía al corazón de Europa y de la OTAN, puede prender en otros territorios en cualquier momento. Drones y cazas violando el espacio aéreo de al menos seis países europeos (Polonia, Rumanía, Finlandia, Estonia, Letonia y Lituania) y dudas sobre si la mano de Moscú está también tras los UAV que, de forma "profesional y sistemática", han molestado en Dinamarca y Noruega, obligando a cerrar varios de sus aeropuertos

Tanto la OTAN como la Comisión Europea (CE) se debaten entre dar una respuesta dura o una blanda, términos que en Bruselas, según a quién se le pregunte, se tornan en "justa" o en "prudente". Los ánimos están muy caldeados porque se ve que el Kremlin "está poniendo a prueba a Occidente en todos los campos", en palabras de la presidenta comunitaria, Ursula von der Leyen. "Es una guerra híbrida que está librando contra las democracias de la UE. Es decisión de la OTAN, pero yo digo muy claro: no toquéis nuestro territorio", avisó esta semana en una entrevista en la CNN. La opción derribar cazas y drones rusos que violen el espacio aéreo de los países miembros de la OTAN "está sobre la mesa", añade. 

"Rusia no debe tener ninguna duda: la OTAN y los Aliados emplearán, de conformidad con el derecho internacional, todas las herramientas militares y no militares necesarias para defendernos y disuadir todas las amenazas desde todas las direcciones. Continuaremos respondiendo en la forma, el momento y el ámbito que elijamos. Nuestro compromiso con el Artículo 5 es inquebrantable", dice en la misma línea el secretario general de la Alianza, Mark Rutte, aludiendo a la cláusula del uno para todos, que dice que si se ataca a un estado miembro se ataca a toda la OTAN y es toda la OTAN la que sale al auxilio del agredido. 

Más aún: el ministro de Exteriores de Polonia, Radek Sikorski, dijo esta semana en el Consejo de Seguridad de la ONU: "Están advertidos. No vengan luego a lloriquear". Las espadas están de verdad en alto. 

Soldados y bomberos polacos trabajan en una casa alcanzada por un dron ruso, el 10 de septiembre de 2025, en Wyryki-Wola.Kacper Pempel / Reuters

Más refinada e intensa

El régimen de Putin ha dedicado más de una década a perfeccionar su estrategia de guerra híbrida. No es algo nuevo, pero sí más refinado e intenso. Muchas de las tácticas que se emplean actualmente contra los países de la UE se desarrollaron durante la fase inicial de la guerra rusa en Ucrania, no de esta, sino a partir de 2014, cuando el Euromaidán, la ayuda a los prorrusos del Donbás y la anexión unilateral de Crimea. Desde el inicio de la invasión a gran escala, en febrero de 2022, esa guerra híbrida ha entrado en una nueva fase, según confirman informes de diversas inteligencias occidentales.

Por ejemplo, diversos altos funcionarios europeos informaron a la agencia Associated Press en julio que el riesgo de lesiones graves o muerte está aumentando en toda Europa, ante las acusaciones de que Rusia está reclutando a saboteadores sin formación a través de internet para provocar incendios cerca de viviendas y negocios, colocar explosivos y fabricar bombas. Todo a pequeña escala, pero todo dañino. Según sus informes, Rusia se ha visto obligada a recurrir cada vez más a aficionados, ya que cientos de espías de Moscú han sido expulsados de países europeos en los últimos años, en medio de las crecientes tensiones entre Rusia y Occidente. Lo mismo que ha hecho en Ucrania, engatusando hasta a adolescentes

Actualmente, Rusia está acusada de cometer diversos actos de agresión cada vez más ambiciosos dentro de la Unión. En Polonia, por ejemplo,destaca un incendio masivo que destruyó más de 1.400 tiendas y locales en un centro comercial de Varsovia, un caso que se ha vinculado a la inteligencia rusa, lo que provocó el cierre del consulado ruso en Cracovia en mayo de 2025. 

Otro ejemplo más: este verano, un tribunal de Reino Unido condenó a tres hombres por su participación en un ataque incendiario vinculado al Kremlin contra un almacén londinense que almacenaba ayuda y equipo con destino a Kiev. Durante el juicio, los acusados confirmaron que la nave era sólo uno de los múltiples objetivos identificados por sus agentes. La nueva estrategia de seguridad nacional de Londres, publicada en junio, destaca precisamente un aumento de la actividad hostil en territorio británico por parte de países como Rusia e Irán, que hace extensiva al viejo continente. 

Sus expertos detallan actos de sabotaje, ciberataques y otras formas de interferencia democrática -las elecciones de este domingo en Moldavia pueden ser el último gran ejemplo-, que a menudo se aprovechan de lagunas legales y son difíciles de atribuir a las autoridades correspondientes, por lo que Rusia se desentiende, lo niega o denuncia que es una caza de brujas sin pruebas. Con todo ello, se pone en peligro a los ciudadanos, resalta el texto, y se amenaza la infraestructura nacional crítica y la prosperidad de Reino Unido y de todo Occidente. Los autores sugieren que esta tendencia continuará en los próximos años, a medida que se persigan los intereses de Moscú con mayor firmeza. Pero es que ceder, como avisa el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, "es perder". Enorme dilema. 

El consenso entre los Gobiernos europeos y sus servicios de inteligencia es creciente a la hora de indicar que Rusia, en particular, está intensificando esas actividades clandestinas en la región, lo que exige una mayor preparación y respuesta gubernamental. En eso sí hay consenso. El Royal United Services Institute (RUSI), el centro de estudios de defensa y seguridad más antiguo del mundo, ha elaborado un informe en el que pone números a esa luz roja: ha documentado más de 200 incidentes de presunta guerra híbrida rusa en Europa entre 2014 y 2024, incluyendo actos de sabotaje, desinformación y ataques electromagnéticos como la interferencias de GPS. La mayoría de los incidentes (el 86%) han tenido lugar desde principios de 2022 -cuando comenzó la "operación militar especial"- y los eventos registrados en 2024 se sextuplicaron en comparación con el año anterior.

"La elección de objetivos por parte de Rusia también ha evolucionado. Además de los ataques incendiarios contra depósitos de municiones, Moscú ha aumentado sus ataques contra los sectores energético y aeronáutico, cortando cables eléctricos submarinos y colocando artefactos incendiarios en el transporte aéreo de mercancías. El número de países europeos atacados por la guerra híbrida rusa también ha aumentado. Este mismo informe muestra que un promedio de 20 países fueron atacados anualmente entre 2022 y 2024, frente a solo tres al año en los tres años anteriores", señala uno de sus autores, Matt Ince, investigador especializado en crimen organizado y policía.

Tropas rusas y bielorrusas participan en el ejercicio militar Zapad en la región de Brest, Bielorrusia, el 14 de septiembre de 2021.Anadolu Agency via Getty Images

Las dianas

Los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania), Finlandia, Alemania, Noruega, Polonia, pero también el Reino Unido han seguido siendo los principales objetivos en lo que va de año, probablemente debido a su continuo apoyo a Kiev. En el primer semestre de 2025, indica el RUSI, las presuntas operaciones rusas incluyeron la vigilancia de infraestructuras submarinas frente a las costas británicas, la distribución de cartas de reclutamiento militar falsas a ucranianos residentes en Polonia y la destrucción de un sistema de suministro de agua en la isla sueca de Gotland.

También el mar Báltico se ha convertido en un foco clave de la ofensiva híbrida del Kremlin, con Moscú acusado de utilizar su flota paralela (en la sombra) de buques para llevar a cabo operaciones de sabotaje contra cables submarinos. En agosto, las autoridades finlandesas acusaron al capitán de un petrolero, que se cree forma parte de la flota paralela rusa, de arrastrar un ancla por el lecho marino del Golfo de Finlandia y cortar hasta cinco cables submarinos, causando daños por decenas de millones de euros. Lo que ahora asusta en el este por ser violaciones puramente militares es, en el norte y oeste de Europa, casi una costumbre desde que comenzó la guerra ucraniana. No hay más que ver la prensa local

Además de las operaciones submarinas, se apunta a que Moscú ha intervenido en interferencias de GPS en la región del Báltico como parte de los esfuerzos para perturbar la aviación civil. En mayo de 2025, funcionarios del Servicio de Inteligencia y Seguridad de Defensa de Letonia publicaron un informe que indicaba que el Kremlin podría estar utilizando agentes que se hacen pasar por turistas para espiar y llevar a cabo operaciones de sabotaje en el Báltico y en toda Europa. "La experiencia ucraniana demuestra la capacidad de adaptación de los servicios especiales rusos", advertía el documento. La vecina Lituania también ha acusado a Rusia de estar detrás de varios atentados incendiarios recientes.

Rusia, que ha fiado su economía a la industria de guerra y el comercio con sus amigos (China, India o Irán), ha avanzado también notablemente en la producción de drones, tanto en número como en calidad, que está empleando en este otro tipo de contienda. El dron kamikaze más común utilizado por el ejército ruso se basa en el modelo iraní Shahed, pero las versiones recientes son significativamente más grandes, rápidas y explosivas. Cuando los manda en enjambre (hasta 800 en una noche), hace mucho daño. También ha implementado sistemas de navegación y control mejorados, lo que hace que la generación actual de drones bombarderos sea mucho más letal que sus predecesores. Eso suma más miedo en caso de incidente o líneas cruzadas. 

Ince expone que Rusia puede estar ya incluso en una nueva fase, intentando desplegar en secreto tecnologías de geoingeniería solar para apoyar esa guerra en la zona gris, una serie de métodos para enfriar la Tierra aumentando la cantidad de luz solar que se refleja de vuelta hacia el espacio y en los que se confía en la lucha contra el cambio climático, en la que están trabajando también otros países (Australia, China, India o EEUU). "Podrían ser utilizadas por actores hostiles para favorecer sus intereses", avisa. Es aún un mundo poco explorado, nada legislado. Una incógnita y una selva.

Agresiones aparte, está la asertividad al alza de Putin. Justo la entrada de aviones no tripulados al espacio polaco se produjo horas antes de que Rusia y Bielorrusia realizaran ejercicios militares a gran escala, una demostración de fuerza cerca del flanco oriental de la OTAN. Los ejercicios, llamados Zapad-2025, formaban parte de una iniciativa más amplia para poner a prueba las reacciones políticas y militares de la Alianza, a la vez que sembraban el miedo y la incertidumbre entre la población europea. 

Con o sin incidente de drones, ya de por sí eran suficientemente amedrentadoras porque, aunque se anunciaron como defensivos, la presencia de tropas rusas cerca de la frontera bielorrusa con la OTAN y la UE inevitablemente generó comparaciones con la invasión de Ucrania en 2022. Aquella fue precedida por ejercicios militares rusos en el país satélite de la Federación y, de hecho, tropas rusas entraron a Ucrania desde su territorio, un pasillo valiosísimo. Más allá de esa mera presencia, las maniobras en sí preocuparon porque incluyeron un simulacro de ataque nuclear y se entrenaron con drones y sistemas robóticos.

Mientras eso llega, lo cierto es que la oleada actual de agresiones no tiene precedente, ni por escala ni por profundidad. 

Las pretensiones

Maksym Beznosiuk, especialista en política estratégica y especializado en  la estrategia militar e híbrida de Rusia, escribe en el Atlantic Council de Washington que todas estas acciones, en un suma y sigue imparable, reflejan que "Moscú busca intensificar su confrontación con el mundo democrático". "Se ha visto alentada por sus esfuerzos por reducir el apoyo a Ucrania y limitar el papel de Estados Unidos en la seguridad europea", tras la vuelta de Trump a la Casa Blanca y "ahora parece decidida a explotar las crecientes divisiones dentro del bando occidental e intimidar a Europa con amenazas veladas de posibles bombardeos con drones".

En esta etapa, dice, "parece que Rusia busca evaluar la preparación de la OTAN para defenderse y es improbable que esté preparando ataques a gran escala". Sin embargo, "no hay tiempo que perder", recomienda. Los países europeos "no pueden esperar" a que Rusia avance aún más para abordar las "urgentes preocupaciones de seguridad planteadas por la diplomacia de drones del Kremlin". "Deben tomar en serio la amenaza de los drones rusos", recomienda. 

"Putin se ha sentido claramente alentado por los esfuerzos de Trump por reducir la participación de Estados Unidos en la seguridad transatlántica y se siente envalentonado para intensificar su propia guerra híbrida contra Europa", denuncia. Por ahora, eso sí, "parece estar centrado en sondear las respuestas de Europa y fomentar la inseguridad en todo el continente", porque más división y duda, para él, es una victoria. "De cara al futuro, su objetivo estratégico es dividir la alianza euroatlántica y reducir al mínimo el apoyo a Ucrania. Si lo logra, la amenaza para Europa alcanzará un nuevo nivel y el coste de frenar a Rusia no hará más que aumentar", añade, en consonancia con la lectura expansionista que hace Zelenski.

Comparten esa visión Bart van den Berg y Erik Stijnman, expertos del Clingendael, el Instituto Neerlandés de Relaciones Internacionales de Países Bajos. En su análisis entienden que la andanada rusa entra en su "cálculo estratégico de ampliar fronteras y poner a prueba las defensas aliadas", más la "unidad y determinación de la OTAN a lo largo del tiempo, erosionando deliberadamente las normas internacionales establecidas". La "confusión" como elemento "clásico" del comportamiento ruso. 

Van al detalle y explican que, por encima de la presión, puede haber intereses particulares de Rusia en sus incursiones: sondeo y recopiliación de Inteligencia; detectar o evaluar los activos y capacidades de la OTAN; lograr información de la red de sensores de los países agredidos, el proceso de respuesta y el tiempo de reacción, y evaluar "la postura, el perfil y la mentalidad de los responsables de la toma de decisiones" en la Alianza. Ante esta tesitura, Putin fuerza a la OTAN a que decida si castigar o amedrentarse, si pelear o ceder. Pero es que ya antes de tomar una decisión, dicen, el debate en sí ya puede mostrar la "falta de unidad" de los aliados, de lo que se regocijan en el Kremlin. 

Van den Berg (especialista en Seguridad y Defensa) y Stijnman (teniente coronel) avisan ante la repetición de estos episodios, porque pueden crear una "nueva normalidad" que puede "erosionar la vigilancia" o hacer "que un ataque real pueda considerarse un falso negativo". Que viene el lobo, en versión militar. Si insiste en esa línea Rusia, también puede darse el caso de que la OTAN tenga que desplegar "activos adicionales" en el este, "aumentando la vulnerabilidad" de otras zonas. 

Ni 'Juego de Tronos' ni "¡Vladimir, alto!"

Como primera respuesta a esta crisis, la Comisión Europea ha activado un nuevo paquete de sanciones para Rusia, y van 19. Según anunció el pasado 19 de septiembre, ahora se incluyen restricciones a bancos o plataformas de criptomonedas (primera vez). También se va a perseguir a 118 embarcaciones de la flota fantasma. Lo más notable es que el plan prevé una eliminación acelerada de las importaciones de combustibles fósiles rusos por parte de la UE, que el año pasado ascendieron a unos 21.900 millones de euros. En primavera, Bruselas había establecido una hoja de ruta ambiciosa para eliminar todas estas compras para finales de 2027 como muy tarde. 

Se busca así debilitar la economía rusa y reducir su financiación de la guerra en Ucrania. "Privar a Moscú de los fondos para librar una guerra es esencial para poner fin a este conflicto", en palabras de la jefa de la diplomacia comunitaria, Kaja Kallas. 

Fundamentalmente, Beznosiuk recomienda, en el caso de los drones, "aprender de la inigualable experiencia de Ucrania en la defensa contra ataques a gran escala". Sólo Kiev, destaca, posee los conocimientos técnicos para desarrollar defensas aéreas estratificadas, con sistemas de misiles terrestres, artilleros móviles, aviones de combate, aviones de hélice, helicópteros y una flota de drones interceptores en rápida expansión. Tienen también, por experiencia, consejos prácticos sobre interferencias eficaces y otras estrategias de guerra electrónica. "Estas lecciones convierten a Ucrania en un socio indispensable para Europa en materia de seguridad".

Los Estados miembros de la OTAN deben, igualmente, "establecer colectivamente reglas de combate realistas e inequívocas para las incursiones transfronterizas con drones y aviones de combate, que ofrezcan la máxima claridad a todos los países, incluida Rusia". La iniciativa Eastern Sentry de la Alianza a lo largo de la frontera de la OTAN con Rusia -que el analista califica de "algo improvisada"- "debería ampliarse y otorgarse estatus permanente, con Ucrania plenamente integrada como socio estratégico". Europa también "debería priorizar la producción de tecnologías antidrones rentables e invertir en empresas ucranianas del sector de defensa que ya producen elementos clave como drones interceptores y herramientas de guerra electrónica".

Si se quiere garantizar la protección de la población civil ante posibles ataques por aire, hay que revisar en todo el continente los refugios antiaéreos existentes. En muchos casos, será necesario realizar obras de renovación integrales. "Al abordar este problema ahora, en lugar de esperar a la próxima escalada rusa, los Gobiernos pueden evitar el pánico y demostrar que la situación de seguridad está bajo control", defiende.

La presidenta de la CE, Von der Leyen, está moviendo a sus asesores para pedir a los socios una "importante expansión" de capacidades militares compartidas en el bloque europeo, mucho más allá de financiar costes de nuevos proyectos, informa POLITICO. Quiere presentar su propuesta en la cumbre de la semana que viene en Copenhague (Dinamarca). 

El militar Stijnman detalla que estas incursiones "subrayan la necesidad de un sistema de defensa aérea estratificado de la OTAN que combine activos de alta gama como los F-35 y los Patriots con sistemas más asequibles, como los cañones antiaéreos autopropulsados (AAA), que utilizan cañones en lugar de costosos misiles para contrarrestar amenazas de menor nivel". Sin embargo, estos sistemas son "escasos y tienen un alcance limitado". Para ser eficaz, este sistema de defensa aérea estratificado "debe integrar capacidades de guerra electrónica (por ejemplo, interferencia de comunicaciones con drones), sistemas de radar y detección, y tecnologías emergentes contra drones (por ejemplo, drones interceptores y láseres)". Puede ser un punto por el que empezar. 

La OTAN y Europa tienen el "desafío" de aumentar esos medios porque tampoco es sostenible parar drones que a Rusia le valen 10.000 euros con misiles millonarios. Y tiene que hacerlo rápido. Desafío sobre desafíos, porque también tiene que encontrar el "tono" de su respuesta y una unidad en la misma, dice. También entiende que es fundamental la cooperación con Ucrania y el aprendizaje de sus lecciones en estos años. 

La realidad es un estado que no es de guerra pero tampoco de paz, que se puede inflamar y ante el que hay que encontrar la respuesta justa. Que no sea ni una matanza al estilo de Juego de Tronos ni un simple "¡Vladimir, alto!", bromea el neerlandés. Va a ser difícil, costoso y agotador, por eso pide a las naciones habilidades y creatividad. Mucha cabeza. 

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Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.

 

Sobre qué temas escribo

Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.

 

También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.

 

Mi trayectoria

Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.

 

En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo. 

 

Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí  'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.

 

 


 

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