EEUU endurece sus sanciones contra Rusia: objetivo, el petróleo que financia la guerra en Ucrania
La Casa Blanca intenta recomponer el control de la narrativa mientras Rusia, tras la cancelación de la cumbre con Putin en Hungría, exhibe su músculo nuclear.

Donald Trump ha querido demostrar este miércoles que sigue llevando el volante de la política internacional y de las negociaciones para poner fin a la guerra en Ucrania. Un día después de cancelar la cumbre con el presidente ruso, Vladímir Putin, en Hungría, que su Gobierno había anunciado días antes, la Administración de Estados Unidos ha endurecido las sanciones contra Rusia con un objetivo, dañar el motor económico que alimenta toda la maquinaria bélica de Moscú: el sector petrolero ruso. La Casa Blanca alega una "falta de compromiso" con la paz, mientras el Kremlin responde con nuevas maniobras nucleares y una nueva demostración de fuerza que devuelve al tablero la política del miedo.
Las nuevas medidas de Washington se dirigen contra el núcleo económico del Kremlin: Rosneft y Lukoil, las dos mayores petroleras del país, junto a más de una treintena de sus filiales. El Departamento del Tesoro prohíbe a empresas y ciudadanos estadounidenses realizar cualquier transacción con ellas, bloquea todos sus activos bajo jurisdicción norteamericana y excluye a las compañías del sistema financiero del país. En la práctica, el castigo corta el acceso de Rusia a una parte crucial de la financiación internacional y dificulta el comercio de su crudo en los mercados globales.
Rosneft, de propiedad estatal, produce cerca del 6 % del petróleo mundial y casi la mitad del de Rusia, mientras que junto a Lukoil exportan más de tres millones de barriles diarios. Según el Tesoro, las sanciones se amplían también a las filiales controladas de manera directa o indirecta, lo que multiplica su alcance y golpea la red comercial que sostiene los ingresos energéticos de Moscú.
Solo después de detallar el paquete, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, explicó la motivación política. “Ahora es el momento de detener la matanza y de un alto el fuego inmediato. Ante la negativa del presidente Putin a poner fin a esta guerra sin sentido, el Tesoro está sancionando a las dos mayores compañías petroleras rusas que financian la maquinaria bélica del Kremlin”, afirmó en un comunicado.
Según el responsable económico, la medida busca “mermar la capacidad del Kremlin para sostener la guerra” y forzar a Rusia a volver a la mesa de negociación. Bessent advirtió de que su departamento “tomará más medidas si es necesario” y animó a los aliados de Estados Unidos a “unirse a estas sanciones y hacerlas cumplir”.
