El Salvador celebra elecciones y Bukele se prepara para arrasar

El Salvador celebra elecciones y Bukele se prepara para arrasar 

El actual presidente, Nayib Bukele, busca la reelección para un segundo mandato consecutivo y figura como gran favorito.

Fotografía aérea de un mural alusivo al presidente Nayib Bukele en un edificio multifamiliar, hoy en San Salvador.EFE/Vladimir Chicas

Los centros de votación han abierto este domingo sus puertas en El Salvador para la celebración de las elecciones presidenciales y legislativas, en las que el actual presidente, Nayib Bukele, busca la reelección para un segundo mandato consecutivo y figura como gran favorito.

Hay un total de 1.595 centros organizados en diferentes partes del país y en los cuales han sido desplegados unos 24.000 agentes de la Policía Nacional y más de 3.000 observadores nacionales y extranjeros. Estaba previsto que los lugares comenzaran a recibir a los votantes a las 07.00 hora local (13.00 GMT), pero en algunos centros la apertura se retrasó varios minutos.

De acuerdo con autoridades de la Policía y del Tribunal Supremo Electoral (TSE), no se registran percances y se espera que la jornada electoral, con una duración de 10 horas, se desarrolle con tranquilidad. La presidenta del TSE, Dora Martínez, aseguró durante una cadena nacional de radio y televisión que "institucionalmente estamos listos, con todas las condiciones necesarias para recibir al electorado".

Los más de 5,5 millones de salvadoreños convocados a votar deben elegir a su próximo presidente entre una terna de seis partidos políticos, entre ellos el oficialista Nuevas Ideas (NI), de Bukele, quien busca una reelección que según las encuestas obtendría.

A pesar de que son seis los artículos de la Constitución que prohíben la reelección inmediata, una reinterpretación que hicieron de la misma los jueces del Tribunal Supremo de Justicia que quedaron tras una purga que supuso la salida de cinco de ellos en mayo de 2021, sirvió a las autoridades electorales para aprobar su candidatura, en la que también repite como vicepresidente Félix Ulloa.

Los magistrados establecieron que bastaba con que el presidente podía ser reelegido si técnicamente no ostentaba el cargo, para ello debía solicitar a una Asamblea que controla una licencia durante los seis meses previos al arranque formal del siguiente mandato, que no arranca hasta el 1 de junio de 2024.

Conscientes de que será casi imposible evitar que Bukele salga elegido este domingo, la oposición confía al menos en discutirle la mayoría en el Congreso y frenar el control que tiene del Estado -gracias al cual logró presentar esta nueva candidatura- y evitar así que pueda preparar un posible tercer mandato.

"El dictador más 'cool'"

Bukele será reelegido presidente de El Salvador con una mayoría aplastante, si se cumplen las encuestas. Hace dos años, cuando comenzaron las primeras críticas sobre sus maneras de gobernar, respondió con ironía y se definió como el "dictador más cool del mundo", un título que ostentó sobre todo en redes sociales, una herramienta fundamental para entender su meteórica popularidad.

A pesar de que han sido varias las organizaciones internacionales de Derechos Humanos que han cuestionado sus métodos para luchar contra la violencia en su país, han sido gracias a ellos que este domingo vencerá en las elecciones. Sus planes han calado de tal forma que ya son muchos los que piden que se extrapolen a una región donde la violencia y el crimen organizado es un mal endémico desde hace décadas.

De acuerdo con las cifras que ha facilita el Gobierno salvadoreño, se han reducido drásticamente los homicidios -según estas es el país de América con menos asesinatos solo por detrás de Canadá- y al menos 74.000 personas han sido detenidas por sospechas de vínculos con las pandillas, con las que el mismo Bukele negoció en 2019 cuando llegó a la Presidencia.

Sin embargo, en marzo de 2022, cuando la Mara Salvatrucha asesinó en apenas 24 horas a más de 80 personas, Bukele impuso un estado de excepción que sigue aún vigente y que suspende algunos derechos constitucionales, como el de expresión, reunión y organización, lo que ha mermado un poco más aún a una débil oposición que podría ver como el populista Nuevas Ideas se convierte en partido hegemónico.

Una oposición al borde de desaparecer

Los candidatos de la oposición cerraron el sábado pasado sus campañas electorales. Entre ellos están el exdiputado Manuel Flores, del izquierdista Frente Martí para la Liberación Nacional (FMLN), y el empresario afincado en Estados Unidos Joel Sánchez, de la conservadora Alianza Republicana Nacionalista (Arena), quienes juntos lograrían un testimonial 6% de los votos.

Ambas formaciones dominaron por completo la vida política del país tras la guerra civil (1980-1992), hasta que en 2019 irrumpió Bukele, que se ha beneficiado también de la inoperancia de una oposición en entredicho tras décadas de crisis de seguridad, económicas y desconfianza por los numerosos casos de corrupción.

El declive de Arena y el FMLN, a los cuales se les reprocha una supuesta falta de compromiso para renovarse internamente, se hizo más patente en las elecciones municipales y legislativas de 2021, en las que el partido de Bukele se estrenaba en la Asamblea ocupando 56 de los 84 escaños de entonces.

El alcance de Bukele es tal que se espera que Nuevas Ideas devore a quienes fueron sus aliados en esta legislatura -Gran Alianza por la Unidad (GANA), el Partido de Concertación Nacional (PCN) y los democristianos del PDC-, para quienes estas elecciones, según las encuestas, supondrán su salida del Parlamento.

Además del presidente, los salvadoreños con derecho a voto están llamados también a elegir la conformación de la Asamblea Nacional, que en estas elecciones pasará a tener 60 en vez de 80 escaños, tras una reforma electoral que limita aún más el alcance de respuesta de la oposición.