Muere Silvio Berlusconi, símbolo del poder en Italia durante 30 años

Muere Silvio Berlusconi, símbolo del poder en Italia durante 30 años

El político y empresario, tres veces primer ministro del país, ha fallecido a los 86 años, según avanza 'Il Corriere della Sera'.

Silvio Berlusconi, en una imagen de archivo.GETTY IMAGES

Silvio Berlusconi tenía planeada su muerte desde hace 30 años, cuando comenzó a construir un gran mausoleo de cien toneladas de mármol en su mansión de Arcore (Lombardía), como si de un papa barroco se tratara. El político y empresario italiano, tres veces primer ministro del país, ha fallecido este lunes a los 86 años, según avanza Il Corriere della Sera.

Berlusconi ha fallecido en el hospital San Raffaele de Milán a causa de la leucemia que padecía desde hace tiempo. El mismo centro sanitario por el que ya había pasado en distintas ocasiones. El exmandatario italiano había sido ingresado el pasado viernes, tres semanas después de recibir el alta, pues había pasado 44 días ingresado por una pulmonía agravada por una leucemia que padecía desde hacía tiempo.

Con el fallecimiento de Berlusconi se cierra un convulso periodo de la historia italiana y se despide una figura que ha sido el gran símbolo del poder en el país durante más de 30 años. Ni su avanzada edad ni la inhabilitación por fraude fiscal, que lo alejó del Senado en 2013, impidieron que el incombustible político se retirara.

El del Senado fue el último escaño que ocupó Il Cavaliere, ya que regresó a la cámara tras las presidenciales de 2022, donde formó parte de la coalición de Giorgia Meloni y Matteo Salvini. Antes se había presentado a las europeas de 2019 para “salvar Europa del populismo”. Precisamente él, que creó escuela y dejó un legado populista palpable a día de hoy tanto dentro como fuera de su país. Todo lo que hizo en su día Trump en la Casa Blanca ya lo hizo en su día Berlusconi, excepto incitar un asalto violento.

Desde que fundó su partido, Forza Italia, y se presentó a las elecciones por primera vez en 1994, Berlusconi llevó la espectacularización de la política a su máximo esplendor. Con su actitud de bufón, sus frases machistas y sus idas y venidas con la justicia camufló la parálisis de sus tres mandatos, en los que no fue capaz de tramitar reformas sustanciales para modernizar el país. Sobre él siempre planeará la duda de si entro en política para evitar rendir cuentas ante los tribunales.

Una misteriosa fortuna y el salto a la política

El magnate nació el 26 de septiembre de 1936 en Milán en una familia de clase media. Su padre trabajaba en la Banca Rasini, un nombre que de primeras puede no decir nada, pero era el banco que utilizaban los grandes capos de la mafia como Totó Riina para gestionar su dinero. Berlusconi también tenía cuentas corrientes en este banco y las utilizó para financiar sus primeros negocios inmobiliarios.

El que fuera presidente del Consejo Europeo comenzó a ganar dinero rápido, con unos cuantos pelotazos inmobiliarios como Milano 2, un complejo residencial a las afueras de la capital lombarda que era como una mini ciudad. Después vendrían las compras de varios canales de televisión locales que fueron el germen de lo que es ahora el grupo Mediaset. Cómo consiguió tanto dinero para invertir en sus primeros negocios sigue siendo un misterio, aunque él siempre insistió en que fue gracias a los ahorros que le dejó su padre. El rompecabezas de su entramado empresarial y sus supuestos lazos con la mafia ha sido objeto de una decena de libros.

La sombra de las relaciones de Berlusconi con organizaciones fraudulentas siempre ha estado presente. Empezando por la figura de Marcello Dell’Utri, cofundador de Forza Italia y asesor de máxima confianza del empresario desde los años 70, condenado por asociación mafiosa. El nombre de Berlusconi también apareció en la lista de miembros de la P2 (Propaganda Due), una logia masónica que sacó a la luz el banquero mafioso Michele Sindona y que es uno de los mayores escándalos de la República Italiana.

El tres veces primer ministro de Italia era cercano al Partido Socialista de Bettino Craxi, que fue jefe del Gobierno del país y que terminó condenado por corrupción y financiación ilegal en el proceso Manos Limpias, aunque se fugó no enfrentarse a las penas de cárcel. La investigación reveló una enorme red de sobornos en la que estaban presentes todos los partidos políticos del país y poderosos grupos empresariales. Los italianos estaban indignados y desencantados con la política y entonces llegó Berlusconi, con un discurso televisado en el que se erigía como salvador del país y decidía “saltar al campo” en enero de 1994. Su carisma y su éxito como empresario hicieron el resto y terminó ganando las elecciones.

Años en el poder marcados por los escándalos

Su primer gobierno duró poco. Sus socios en el parlamento, la Lega de Umberto Bossi, retiraron su apoyo y forzaron su dimisión. Berlusconi pasó entonces a liderar la oposición hasta 2001, año en el que volvió a ganar las elecciones liderando una coalición de centro-derecha.

La gran carta de presentación del empresario para esa legislatura era el Contrato con los italianos, un paquete de medidas que presentó en prime-time y que causó buena impresión. Durante esos años de gobierno dio rienda suelta a todas sus ideas y a declaraciones controvertidas. Condenó los atentados del 11-S cargando contra los países árabes y declarando “la superioridad de nuestra civilización”, se vanaglorió de usar “su arte de playboy” con la presidenta finesa Tarja Halonen y posó en la foto oficial de un congreso en Cáceres poniéndole los cuernos a Josep Piqué.

Todavía fue más sonada la respuesta al eurodiputado Martin Schulz cuando este criticó sus políticas. “Conozco a un productor que está haciendo una película sobre campos de concentración nazis. Le sugiero el papel de kapó (preso designado con la labor de supervisa), sería usted perfecto”, espetó el político indignando a los allí presentes y al pueblo alemán.

Durante los cinco años que se mantuvo en el poder utilizó los medios de comunicación a su antojo, contando con tres canales del grupo Mediaset, y tuvo unos cuantos tira y afloja con la RAI, llegando a irse del plató durante una entrevista en la campaña electoral de 2006.

Berlusconi perdió esas elecciones, volvió a la oposición y en 2008 regresó al frente del Gobierno. Tramitó algunas leyes polémicas, como el acuerdo que firmó con Gaddafi por el que Italia pagaría cinco mil millones a Libia como compensación por la ocupación militar, mientras que el país africano ayudaba a combatir la inmigración ilegal y favorecer a las empresas italianas.

Pero la que se llevó la fama fue la Ley Alfano, que lleva el nombre del ministro de Justicia del gobierno. El texto garantizaba inmunidad al Presidente de la República, el Primer Ministro y el los presidentes del Senado y la Cámara de diputados. La ley se mantuvo en vigor desde 2008 hasta 2009, cuando fue declarada anticonstitucional. Algo que ya sucedió con el proyecto anterior de esta ley, que se presentó en 2004, y que estaba diseñaba para que Berlusconi evitara sus cuentas pendientes con la justicia.

Su caída en desgracia

Con una asfixiante crisis económica y la prima de riesgo disparada, su periplo como primer ministro terminó en noviembre de 2011, cuando presentó su dimisión tras aprobar los presupuestos para 2012 en los que incluía las recomendaciones de la Unión Europea. A la salida del Quirinale una multitud lo celebraba por todo lo alto y lo despedía con gritos de mafioso y bufón. Años después acusó a los lideres europeos como Merkel o Sarkozy de presionarlo, defendiendo que él prefirió dimitir a vender su país al fondo monetario internacional.

Después llegó la inhabilitación por fraude fiscal que parecía que enterraría su carrera política. Berlusconi cumplió su servicio comunitario en una residencia de ancianos. A pesar de este revés judicial para Il Cavaliere, fue absuelto del Caso Ruby, que lo juzgaba por abuso de poder e incitación a la prostitución de menores. Un carpetazo de la justicia a las macro fiestas del bunga-bunga en las que el político reunía a decenas de prostitutas en mansiones. En los últimos años, ha intentado esquivar repetidamente a la justicia que lo ha puesto contra las cuerdas con nuevos procesos en torno a la trama Ruby.

Con las presidenciales de 2022, Berlusconi volvió a ser decisivo en la coalición de derechas presidida por la ultra Giorgia Meloni, que logró formar gobierno sin problemas con el magnate en un segundo plano. El político volvió al Senado después de inabilitación y presidió su partido, Forza Italia, hasta el final, intentando seguir marcando el paso en el siempre cambiante tablero político italiano. Terminó siendo más intención que resultado, pero sus formas siguen presentes a día de hoy. La sombra del caimán es alargada.