Una técnica en nutrición revela 5 meriendas con avena fáciles de digerir y muy nutritivas
Esta experta resalta que la clave está en escoger una forma de tomar este ingrediente que te siente bien, te sacie y encaje en tu ritmo de vida.
La avena es uno de esos alimentos que aparece en todas partes, pero no siempre se consume de la forma que mejor sienta. "Muchas personas notan que la avena cruda les resulta pesada, provoca hinchazón o simplemente no les apetece", cuenta la técnica superior en Nutrición y Dietética Ana Luzón. "La buena noticia es que no hace falta comerla cruda para aprovechar sus beneficios. De hecho, cocinada o bien hidratada suele ser más digestiva y agradable".
Y, a continuación, Luzón explica "cinco ideas de meriendas con avena, con pocos ingredientes y pensadas para la vida real". "La primera es overnight oats (es decir, avena reposada). Es Ideal si no quieres cocinar". Necesitas copos de avena, leche o yogur y fruta al gusto. "Al dejarla reposar varias horas en la nevera, la avena se hidrata, se ablanda y suele sentar mejor. Si necesitas que la merienda sea más saciante, puedes añadir una cucharada de proteína en polvo al mezclarla", recomienda esta técnica en dietética.
La segunda son unas gachas de avena (porridge): "Es una opción clásica y reconfortante. Necesitas avena, leche o una bebida vegetal y canela o cacao puro. Al cocinar la avena, su digestión suele ser más fácil. Aquí también se puede añadir proteína en polvo una vez retirada del fuego, removiendo bien para mejorar la textura y el aporte proteico", añade esta experta.
Su tercera propuesta es la avena horneada, que es "perfecta para preparar con antelación", destaca. Para prepararla hace falta avena, huevo o yogur y fruta troceada. Luzón explica que "se hornea como un bizcocho sencillo y se puede cortar en porciones". "Es una merienda muy práctica para llevar y se puede enriquecer con proteína en polvo mezclada en la masa", añade.
Otra buena opción son las galletas caseras de avena, una alternativa cómoda y fácil de tener a mano. Los ingredientes son la avena, plátano maduro o compota de manzana y, como opción, se le puede echar canela, cacao o frutos secos, dice Luzón. "Al ir horneada, la avena resulta más digestiva. También aquí es posible añadir un poco de proteína en polvo si se busca una merienda más completa", propone.
Y su quinta propuesta es una crema de avena cocida con fruta. Se trata de una alternativa suave, que lleva avena bien cocida, leche y fruta triturada. Esta técnica en dietética resalta que "es ideal para personas con digestiones sensibles o para días de más cansancio". Además, añade, "puede enriquecerse fácilmente con proteína en polvo, bien integrada al final".
En conclusión, esta experta dice que "la clave está en cómo te sienta, si te sacia y si encaja con tu ritmo de vida". "Porque comer bien no es seguir modas, es adaptar los alimentos para que te cuiden de verdad", recuerda Ana Luzón.