El campo de este municipio de Murcia con una florida estampa en marzo que merece la pena verla

Con la llegada de la primavera, los campos despiertan de su letargo invernal para transformarse en un llamativo manto de colores. El buen tiempo característico de esta época del año da lugar a diferentes floraciones que se han convertido en todo un atractivo turístico que llena de vida cada rincón de la naturaleza. Según el Club de España en Floración, en el país se pueden dar hasta 12 tipos de floración distinta, y muchas de ellas se encuentran en la Región de Murcia.

En pleno mes de marzo, el municipio de Cieza se viste de gala con uno de sus espectáculos naturales más bellos que cautiva tanto a locales como visitantes: la conocida Floración de Cieza. Este fenómeno natural, que tiene lugar cada año los meses de febrero y marzo, llena los extensos campos de la localidad de tonalidades vibrantes, convirtiéndolos en el escenario perfecto para disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor.

Son un total de 13.000 hectáreas de frutales de hueso las que comienzan a florecer con la llegada de la primavera en este municipio murciano. Las millones de flores de melocotones, paraguayos, ciruelas, albaricoques, nectarinas y almendros crean un paisaje único en el mundo. Esta floración atrajo el año pasado a sesenta mil visitantes cautivados por la combinación de colores llamativos. 

Una explosión de colores

Durante estas fechas, los extensos campos de la localidad perteneciente a la comarca de la Vega Alta del Segura se llenan de amapolas, girasoles y otras especies autóctonas que, al florecer, regalan un paisaje digno de postal. Por ello, la primavera de Cieza se ha convertido en toda una atracción turística y desde hace algunos años se organizan eventos relacionados con la floración como rutas de senderismo o concursos de fotografía.

En las miles de hectáreas de plantación se entremezclan numerosos colores que no dejan indiferente a nadie. Según el consistorio, destacan en su mayoría las tonalidades de fucsia de las flores de la multitud de variedades de melocotones, paraguayos y nectarinas que se mezclan con las blancas de ciruelas, albaricoques y almendras, así como con las hojas verdes de los árboles ya florecidos. 

El espectáculo de la floración nunca es igual, ya que los agricultores plantan árboles de una u otra variedad, además de que las condiciones climatológicas de cada año pueden influir en los distintos paisajes del municipio. Lo que sí está claro es que, en una actualidad donde el ritmo de vida suele ser acelerado, Cieza se presenta como el refugio perfecto para valorar el patrimonio natural que nos regala la primavera.