Si pudiera volver a esos días, esas semanas o esos meses anteriores a la muerte de Patrick, lo único que sé que haría con certeza es llamarle por teléfono. Le diría que no sólo le quiero porque es mi deber como hermano. Le quiero porque se lo merece. Merece luchar la pena por él.
¿Son rigurosas las series de televisión cuando abordan temas médicos? Profesionales de la medicina analizan series como Breaking Bad, Homeland o The Big Bang Theory en un libro de descarga gratuita publicado por la Fundación Dr. Antoni Esteve. Estas son sus conclusiones.
Trazamos un plan para que en dos años estuviera limpia. Fuimos ingenuos; tardamos casi doce años en ver el final del túnel. Nuestras esperanzas crecieron y cayeron en picado tantas veces que perdí la cuenta. La vida de mi hija siempre estuvo marcada por la adicción.
No hay tema en nuestra cultura que esté tan dominado por los mitos y las equivocaciones como las drogas. Nos da miedo hablar de ellas. Nos sentimos tentados de decir las típicas frases de siempre: "Hay que decir que no" y sus demás variantes.
Las drogas han destruido muchas vidas, pero las malas políticas han destruido muchas más. Todos queremos proteger a nuestras familias del peligro potencial de las drogas. Pero si nuestros hijos desarrollaran un problema de drogadicción, seguro que querríamos que cuidaran de ellos como pacientes que necesitan tratamiento, y no que fueran catalogados como delincuentes.
La heroína tiene como rehén a la persona que era antes. Antes era más alegre, me reía más. Trato de recordar el momento en el que mi mundo empezó a girar a su alrededor. Ahora está presente en casi todas mis conversaciones y, cuando no se habla de ella abiertamente, está en las miradas de entendimiento, en los exasperados suspiros o en las caras de compasión.
Hace tiempo conseguí salir de una rutina de 10 dosis de heroína al día. Pero ahora hay un monstruo suelto por el país y tenemos que acabar con el tabú: no más censura, ni gente que afirme "yo me hago cargo" o "mi hijo no necesita algo así". La suerte está contra los que se meten la primera dosis. Y la educación es el único camino para la victoria.
Hay adultos como yo en tu entorno que se nos hemos criado con unos padres adictos y, seguramente, no lo sabes. No sabemos qué es normal y a menudo nos comportamos de una forma chocante, o somos irritables o inseguros o frágiles o todo a la vez. No pretendemos ser así. Aquí tienes una lista de cosas que deberías saber de nosotros para entendernos mejor y, tal vez, ayudarnos a lidiar con nosotros mismos.
Según estimaciones de la ONU, alrededor del siete por ciento de la población mundial usa drogas al menos de forma esporádica. El número de muertes relacionadas con las drogas es aproximadamente diez veces superior al causado por el terrorismo. En Europa se producen cada año más de dieciséis mil muertes relacionadas con las drogas, principalmente por el consumo de opiáceos.
Los resultados de un estudio recientemente publicado que había analizado a 3765 personas de 17 a 30 años de edad en Australia y Nueva Zelanda demostraron que las personas que fuman marihuana todos los días y comenzaron antes de los 17 años de edad tienen 60% menos probabilidades de terminar la escuela secundaria.
Durante todo un siglo nos han contado una historia sobre la adicción que se da por hecho y nadie cuestiona. Sin embargo, hace tres años comencé un largo viaje para descubrir lo que realmente impulsaba la guerra contra las drogas y comprendí que casi todo lo que nos han contado es falso; hay una historia diferente a punto de ser contada, si es que estamos dispuestos a escucharla.
Según un estudio, las personas que abusan de la marihuana o que consumen Cannabis por un largo período de tiempo dañarían el sistema de dopamina en el cerebro y, por ende, se vería afectada la posibilidad de sentir, precisamente, el efecto que buscan fumando un porro: el placer.