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Así sobrevive Maduro a la caza de Trump: cambios de cama y teléfono para despistar y ayuda de Cuba

Así sobrevive Maduro a la caza de Trump: cambios de cama y teléfono para despistar y ayuda de Cuba

El 'New York Times' explica que el presidente de Venezuela ha reforzado su seguridad personal, en medio de la creciente amenaza de una intervención militar estadounidense en el país.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, mira su teléefono durante una marcha por el Día del Estudiante, el 21 de noviembre de 2025, en el Palacio de Miraflores, en Caracas.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, mira su teléefono durante una marcha por el Día del Estudiante, el 21 de noviembre de 2025, en el Palacio de Miraflores, en Caracas.JESUS VARGAS / Getty Images

La posibilidad de derrocar a Nicolás Maduro es un tema constante en el debate mundial de las últimas semanas. Con la nueva política hacia Venezuela del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, caracterizada por una postura de máxima presión y la amenaza de acciones militares, la seguridad del mandatario chavista está bajo la lupa. Hoy, Maduro permanece en el poder, pero ¿y mañana? "Sabemos dónde viven los malos", dijo ayer el inquilino de la Casa Blanca. ¿Se refería a los narcotraficantes del Cartel de los Soles o a algo más

El diario norteamericano The New York Times -uno de los más premiados de EEUU, con 132 premios Pulitzer hasta 2021, más que cualquier otro medio- ha publicado este miércoles un análisis en el que desvela cómo el mandatario está tratando de dar esquinazo a la caza trumpista, en caso de que la emprenda. "La posible acción militar de EEUU ha enfrentado al presidente de Venezuela al desafío más grave de un mandato plagado de crisis", afirma.

El rotativo detalla que Maduro ha reforzado su seguridad personal, "incluido un cambio de camas", y se ha apoyado en Cuba, "un aliado clave". Lo afirma su reportero Anatoly Kurmanaev tras contactar con "múltiples personas cercanas al Gobierno venezolano". Habla el reportaje de "una atmósfera de tensión y preocupación cernida sobre el círculo íntimo del presidente", aunque, cuando se pulsa el ánimo, se explica que el sucesor de Hugo Chávez cree que aún mantiene el control y puede "superar la más reciente y grave amenaza a su Gobierno" desde hace más de una década

Los analistas internacionales, empezando por los norteamericanos, exponen estos días que Trump podría ordenar un ataque quirúrgico sobre Venezuela, que podría buscar puntos de almacenamiento de drogas, propiedad de los carteles, o pistas de aterrizaje y despegue de sus aviones y embarcaderos para sacar la mercancía por mar, pero también se baraja la posibilidad -más remota- de que lance una operación de precisión contra el presidente venezolano. Por ejemplo, con una incursión de fuerzas especiales. 

"Para reducir el riesgo de traición, Maduro también ha ampliado el papel de los guardaespaldas cubanos en su equipo de seguridad personal y ha incorporado más agentes de contraespionaje cubanos al ejército venezolano", abunda el texto.

Es lo que ha llevado a Maduro a "cambiar con frecuencia el lugar donde duerme y el teléfono celular". Unas "precauciones" que antes estaban, pero que se han intensificado desde septiembre. ¿Qué pasó entonces? Que Washington comenzó con sus ataques a naves supuestamente pertenecientes a narcos -de lo que no ha entregado ni una prueba, para enfado incluso de los moderados del Partido Republicano-, que han dejado ya al menos 83 muertos, "ejecuciones extrajudiciales", a juicio de la oposición demócrata. 

Pese a ello, Maduro mantiene su agenda pública y trata de lanzar una imagen de fiereza y de unidad. Su estampa es "despreocupada y relajada, presentándose en eventos públicos sin previo aviso, bailando y publicando vídeos propagandísticos en TikTok". En una de sus más recientes comparecencias en el Palacio de Miraflores, para juramentar nuevas organizaciones comunitarias, se vio, por ejemplo, una presencia masiva de ciudadanos con muñecos de SúperBigote, el superhéroe a lo Ken que se comercializa desde hace años. 

Un simpatizante del presidente venezolano, Nicolás Maduro, sostiene una figura de Super Bigote, el superhéroe inspirado en el mandatario, durante un acto en el Palacio de Miraflores, el 1 de diciembre de 2025.
Un simpatizante de Nicolás Maduro sostiene una figura de Super Bigote, el superhéroe inspirado en el mandatario, durante un acto en el Palacio de Miraflores, el 1 de diciembre de 2025.Leonardo Fernandez Viloria / Reuters

Por qué ahora es mayor el riesgo

El riesgo de que el presidente Trump ordene un ataque contra Maduro ha aumentado debido a una combinación de retórica intensificada, presión militar y la falta de una solución diplomática tras un ultimátum reciente, conocido esta semana. El riesgo de intervención es ahora mayor porque la Administración de EEUU ha acusado públicamente a Maduro de liderar el Cartel de los Soles, una supuesta organización narcotraficante, y ha designado a grupos criminales venezolanos bajo su manto como "organizaciones terroristas extranjeras". EEUU ha ofrecido una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca al arresto de Maduro porque entiende que él lidera, directamente, ese cartel. 

A pesar de una conversación telefónica entre Trump y Maduro, el 21 de noviembre de 2025, las conversaciones sobre una posible salida negociada de Maduro no llegaron a un acuerdo. Según los informes de la prensa norteamericana, el republicano le dio un ultimátum de una semana para que abandonara el poder, lo que no ocurrió. Entonces, ordenó unilateralmente el cierre del espacio aéreo de Venezuela; pese a que no tiene competencias para ello, ha asustado a las principales compañías aéreas. 

Trump ha hecho de la lucha contra el flujo de drogas y la migración ilegal hacia su país prioridades clave de su segundo mandato y, en el caso de América Latina, culpa a dirigentes como Maduro de ambos problemas. Una acción militar podría verse como una forma de cumplir estas promesas electorales, pese a que su popularidad está a la baja y puede que no tenga el pleno apoyo popular.