Mirando la hora, como Tamames

Mirando la hora, como Tamames

Sánchez exhibe su unión con Yolanda Díaz y pide comparar bloques. Algunos diputados concluyen: “Qué aburrimiento”. 

Ramón Tamames, en el Congreso, durante la moción de censura.Europa Press via Getty Images

Ramón Tamames miraba en su reloj CASIO la hora desde su escaño prestado. Santiago Abascal, el primero en subir a la tribuna de oradores, y Pedro Sánchez llevaban ya más de dos horas de duelo dialéctico. Parecía exigir su momento, intervenir sin demora, tras semanas a vueltas con la moción de censura. Pero sus palabras no provocaron ningún terremoto informativo, más aún después de que se filtrara el boceto de su intervención. Ni tan siquiera un temblor. “Qué aburrimiento”, escribía un diputado, al ser preguntado por cómo estaba viendo el momento. “De otro tiempo”. Algunas de sus señorías acababan marchándose a mitad de mañana, a charlar al patio de la Cámara, a su despacho o a la cafetería.

La moción de censura fue un fracaso incluso antes de que se vote este miércoles pese a que la liturgia fue la de los grandes momentos parlamentarios. Desde primera hora, una nube de periodistas cubría las principales entradas a palacio y los pasillos eran un hervidero. Pero, ya en el hemiciclo, prácticamente no hubo sorpresas. Todos se ciñeron al guión... y de ahí la zozobra de algunos de los oyentes. “Esto no es una moción, pero tampoco llegar a ser un debate sobre el estado de la nación. La gente alucinará con que perdamos el tiempo con esto”, según el resumen de otro parlamentario del PP, en conversación informal con este diario.

“Esto no es una moción, pero tampoco llegar a ser un debate sobre el estado de la nación. La gente alucinará con que perdamos el tiempo con esto”, dicen en el PP

Todos, al menos públicamente, reivindicaron que su estrategia fue la más efectista ante “el espectáculo”. Sánchez aprovechó el foco para hacer tándem con Yolanda Díaz frente a Unidas Podemos y sacó pecho de gestión. Hay dos bloques, y según el presidente el suyo es mejor que el que ya han materializado en Castilla y León el PP y Vox, y que podría reproducirse en otras comunidades autónomas tras las elecciones de finales de mayo. Ese fue el mensaje fuerza de Sánchez, que pretende reproducir de aquí a las urnas. “Lamento que contribuya a blanquear un partido que rechaza la igualdad”, fue lo más que le dijo a Tamames, que se negó a aplaudir a Abascal tras sus intervenciones.

Con la evolución del pleno, en el PP se reafirmaron en que su líder hizo bien en ni tan siquiera aparecer por el pleno. Alberto Núñez Feijóo se fue a la embajada de Suecia y el miércoles estará en Bruselas. Como si nada relevante estuviera ocurriendo en las Cortes Generales. Y la consigna de los suyos también fue la ya sabida con anterioridad, y contada por este diario: “Como se intuía, la moción nos ha ofrecido un debate de dos partidos, Vox y PSOE, contra el PP, cosa que nos afianza cada día más como la alternativa que necesitan los españoles”, según fuentes oficiales.

Feijóo quiso huir de la “pinza” Sánchez-Abascal y puso tierra de por medio. Si bien, fuentes del partido reconocen que habrá “momentos de incomodidad” a la hora de afrontar los acuerdos post electorales. “Entre las autonómicas y locales y las generales, tendremos que tomar decisiones”, en palabras de un alto cargo del PP. Génova siempre ha dicho que allí donde puedan gobernar, gobernarán, aunque tengan que pactar con Vox. “Esto nuestro electorado lo tiene bastante asumido, lo da por descontado. Es Feijóo quien lo tiene que asumir”, en voz de uno de esos líderes territoriales que hace números, de cara a las elecciones.

“Tremendo, impropio del Congreso. Muy interesante en lo mediático pero poco gratificante en lo parlamentario, en lo político”

Sea como fuere, en Génova no creen que la moción les vaya a pasar excesiva factura. De hecho, están convencidos que es Vox el gran perjudicado, con una maniobra parlamentaria que “ni sus votantes entienden”. “Devalúa a la nueva política frente a los partidos clásicos. La percepción general es que ha sido un bochorno, como también han destacado los analistas de las televisiones y las radios. Esto nos sitúa como la verdadera alternativa”, en opinión de otro diputado popular. Una lectura errada para Abascal, que volvió a tender la mano al líder gallego: “Borrón y cuenta nueva. Votemos juntos y entendámonos mañana”.

Tantas horas de pleno dieron para algunos momentos destacados. Los chascarrillos de Tamames provocaron la carcajada de algunos diputados. Aunque la mayoría no cambió de opinión con el transcurso de las horas: “Qué pérdida de tiempo”, se escuchó en parlamentarios de distinto signo político. “Tremendo, impropio del Congreso. Muy interesante en lo mediático pero poco gratificante en lo parlamentario, en lo político”, según el diagnóstico de un veterano de la Cámara, ya alejado de la primera línea. Y remata: “Tamames ha tenido sus momentos, pero aquí hemos asistido a un debate electoral. Uno más. A ver qué dice el miércoles el PP”.