Israel aprueba un proyecto de ley que le definirá como "estado judío"

Israel aprueba un proyecto de ley que le definirá como "estado judío"

REUTERS

El Gobierno israelí aprobó este domingo un controvertido proyecto de ley para declarar Israel un "Estado judío" pese a la opinión de expertos juristas, que advierten de que socava los principios democráticos y amenaza los derechos de las minorías árabes.

Uno de los más críticos con la decisión, aprobada gracias a la fuerza de los elementos ultranacionalistas de la coalición que dirige Benjamin Netanyahu, ha sido el fiscal general del Estado, Yehuda Weinstein, para quien la nueva propuesta de ley supone "un ataque a la naturaleza democrática de Israel".

La ley introduce "un cambio tangible en los principios básicos de la ley constitucional que quedaron fijados en la declaración de independencia (de 1948) y en las leyes básicas del Parlamento, y tiene la capacidad de trivializar el carácter democrático" del Estado, advirtió Weinstein días atrás.

¿SUPEDITADA LA IGUALDA SOCIAL?

Weinstein y otros expertos temen que la nueva redacción legal suponga que la igualdad social y política de la que disfrutan en la actualidad todos los ciudadanos de Israel, "sin importar su raza, religión y género", quede supeditada al albedrío de los legisladores.

En la nueva ley, la fórmula "la igualdad total social y política -que nunca se ha logrado- ha sido reemplazada por derechos individuales para todos los ciudadanos de acuerdo a cualquier ley", criticaba hoy el analista Aeyal Gross en el diario progresista "Haaretz".

"La redacción es vaga, limitando los derechos personales a (la fórmula) de acuerdo a cualquier ley, y hace que esa cláusula sea en efecto inútil cuando la ley en sí misma es discriminatoria. Además, derechos personales no incluyen derechos colectivos, como el derecho a la lengua y a la cultura", subrayaba.

En la misma línea, Daniel Friedmann, columnista del diario conservador Yediot Aharonot, advertía de que la ley es, asimismo, inoportuna y contraproducente dado el clima de tensión que se vive, en particular en Jerusalén, escenario desde hace un mes de ataques mortales de palestinos, agresiones racistas de colonos y ultranacionalistas a ciudadanos árabes y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.

"SOLO PUEDE CAUSAR DAÑO"

"En la volátil situación en la que vivimos hoy, esta propuesta de ley solo puede causar daño y empeorar nuestra relación con las minorías, algo muy posible incluso si la ley es suavizada y modificada", escribió.

Pero no solo le han llovido críticas desde la judicatura o los medios; la propia coalición de gobierno ha carecido de consenso, con los partidos de centroderecha -Hatnuá y Yesh Atid- en contra.

La más hostil ha sido la ministra de Justicia, Tzipi Livni, quien ya trató de detener el recorrido del proyecto la semana pasada al suspender su discusión en el comité correspondiente, decisión que forzó a Netanyahu a elevar la cuestión al Consejo de Ministros.

Quince ministros -los miembros de los partidos ultranacionalistas que registraron la propuesta más el Likud del primer ministro- votaron a favor y siete en contra.

NETANYAHU: "LA LEY ES FUNDAMENTAL"

"La ley es esencial para afianzar el carácter de Israel como Estado del pueblo judío frente a los retos que se nos plantean desde la comunidad internacional y a nivel interno, que ponen en tela de juicio este hecho", argumentó hoy Netanyahu.

Para el jefe del Gobierno, la ley -a la que se le augura una muerte lenta en el Tribunal Constitucional- no elevará "el carácter judío" por encima de su "carácter democrático", como temen muchos, ya que en su opinión "ambos son equiparables y los dos deben ser tenidos en cuenta igualmente".

Una idea que parece estar en contradicción con el espíritu de la redacción más dura aceptada hoy, y que el primer ministro estaría dispuesto a suavizar con una versión propia antes de la votación definitiva.

Entonces, ¿por qué forzar ahora esta polémica aprobación en el Consejo de Ministros?, se preguntan analistas y comentarias.

La primera razón -conjeturan-, es para poner obstáculos al proceso de paz y enviar una señal a Europa en un momento en el que la diplomacia parece soplar en contra de Israel con el reconocimiento del Estado palestino en gobiernos y parlamentos de la UE.

Durante el último y fallido proceso de diálogo, Netanyahu rescató una exigencia que los palestinos no están dispuestos a aceptar: la Autoridad Nacional Palestina ya ha reconocido el Estado de Israel, pero se niega a reconocer la naturaleza "judía" de ese Estado, donde un 20 por ciento de la población son árabes.

La segunda razón, por cálculos electoralistas, ante las primarias que celebrará el Likud y la cada vez más verosímil posibilidad de que se rompa la coalición de gobierno y se convoquen nuevas elecciones.

Cuando en 1980 su predecesor Menachen Begin aceptó la ley de "unificación de Jerusalén" por razones similares, el resultado fue negativo para Israel: todos los países trasladaron sus embajadas y abandonaron la Ciudad Santa, recordó hoy Friedmann.

  5c8b15282400006b054cce82

Ve a nuestra portada

  5c8b152922000031001a3bd9

Síguenos en Facebook

  5c8b15292300005300e7876c

Síguenos en Twitter

MOSTRAR BIOGRAFíA

Soy subdirector en El HuffPost España. Junto a todo el equipo, trato de que el medio conserve la esencia que le caracteriza desde su fundación: escuchar a la gente, no importa desde donde nos lea, apostando siempre por nuevos formatos y por el contenido que demanda la calle, tratado siempre con la máxima rigurosidad.

 

Sobre qué temas escribo

Me centro en virales, cultura digital y tendencias sociales, con especial atención a cómo ciertos fenómenos aparentemente ligeros abren la puerta a debates más profundos. Por ejemplo, el reportaje con el que se dio a conocer Alfredo Corell: “La charla de un profesor de universidad que puso en pie a todo un auditorio”. En aquella época, Corell era un desconocido para el gran público, pero a partir de ese artículo, que tuvo cientos de miles de lectores, su popularidad fue creciendo hasta convertirse en uno de los científicos más respetados de España, con galardones como el I Premio CSIC-Fundación BBVA de Comunicación Científica.

 

Mi trayectoria

Nací en Valladolid, estudié Periodismo en la Universidad de esa misma ciudad y fui becario en 'El Día de Valladolid'. Luego dejé mi tierra para cursar el Máster de Periodismo de la Universidad Autónoma de Madrid y trabajé un año en 'El País' antes de entrar a formar parte en 2012 del equipo de 'El HuffPost España'. Aquí he sido redactor de hard news, responsable de fin de semana, jefe de la sección de virales y, ahora, subdirector. Entre medias, durante un año fui jefe de redes sociales y multidistribución de contenidos en 'Los40'.

 

Una de mis aficiones es escribir ficción y he sido finalista en dos concursos literarios: el I Concurso de Microrrelatos 5’ y el Premio Internacional de Microtextos Garzón Céspedes.

 


 

Cómo contactar conmigo: