Un año de la guerra que ha cambiado el mundo, en 24 momentos

Un año de la guerra que ha cambiado el mundo, en 24 momentos 

De la orden de Putin para iniciar la "operación militar especial" a su último baño de masas con casi todo en contra. Batallas, diplomacia, crisis energética, inflación... el conflicto lo ha tocado todo.

Fue la noche que cambió el mundo tal cual lo conocíamos. Pasaban las 3:00 de la madrugada en España cuando Putin despejaba todas las incógnitas: en un discurso a la nación daba orden de iniciar una "operación militar especial" para "liberar" el Donbás. Eufemismo salvaje de lo que fue: el comienzo de la invasión de Ucrania. 

Un año después son tantas las dudas sobre la maniobra de Putin como las certezas de que ha conseguido transformar buena parte del orden mundial. Pero no del modo que él hubiera deseado. Aislado en la práctica totalidad del tablero geopolítico mundial —salvo el calculado acercamiento chino— el líder postsoviético ha visto cómo Occidente se ha unido en torno a Ucrania y a su presidente, Volodimir Zelenski, a los que ha brindado un constante apoyo militar, económico y diplomático. 

Transcurridos 365 días desde aquel mensaje los planes siguen sin salirle a Putin, con unos pocos territorios dominados, sonadas derrotas como la del abandono de Jersón y batallas sin final previsible en el Donbás a la espera de lo que todos los analistas llaman la "gran ofensiva rusa", cuyo futuro reclamo lleva copando titulares desde hace meses

A horas del 24 de febrero, toca volver la vista atrás a (algunos de) los 24 momentos más representativos de un conflicto con implicaciones militares, económicas, energéticas, sociales y hasta culturales. Nada ha escapado a la invasión:

1. Putin y su "operación militar especial"

Todos los informes, estudios, análisis lo daban por seguro. Y en la madrugada del 24 de febrero, ocurrió: Putin lanzó su "operación militar especial" para "liberar" y "desnazificar" Ucrania. Una concatenación de eufemismos para evitar el prohibido término "invasión", anatema para la cada vez menos prensa libre en el país.

Ni pretendía desnazificar Ucrania, pese a que lo repita constantemente, ni se limitó al Donbás, como se vio ya en las primeras horas. Desde aquel jueves, las tropas rusas se desplegaron por el este, el sur (Crimea, anexionada ilegalmente) y el norte (desde territorio bielorruso), en dirección a múltiples puntos, entre ellos Kiev.

2. Zelenski, "objetivo ruso número 1" 

La capital era el principal punto de conquista y, en ella, Volodimir Zelenski se convirtió en el "objetivo número 1", como confesaba el por entonces semidesconocido líder ucraniano para muchos. 

Posteriormente contaría que recibió ofertas de varios países para abandonar Ucrania ante el peligro de muerte que corría, extremo que rechazó para permanecer con su equipo. Junto a él se grabó varios vídeos por las calles capitalinas, con una vestimenta 'verde mimeta' militar que ya no abandonaría hasta el tiempo presente.

“Estamos aquí. Estamos en Kiev. Estamos defendiendo Ucrania”, explicaba en un brevísimo vídeo con el que el exactor empezó a construir su imagen de héroe nacional.

3. El mundo reacciona: un año de sanciones contra Putin y Rusia

Ha sido otro de los términos de este año de guerra: "sanciones". Un vocablo formulado en todas las lenguas y lanzado desde Bruselas, desde Londres, desde Washington... Hasta desde la Suiza siempre neutral. 

Ya con anterioridad al comienzo de la invasión, la UE y EEUU anunciaron sus primeras medidas restrictivas contra el régimen, en un intento de frenar las ansias expansionistas de Putin y tras reconocer este la independencia de las separatistas regiones de Donetsk y Lugansk. 

Una vez este dio el paso, se desató una cadena de medidas que lo ha tocado CASI todo: economías privadas de los altos cargos y personalidades, banca, industria, exportaciones, materias primas y energías claves, como el carbón y el petróleo. La situación ha sido tal que hasta el Kremlin, experto en callar cualquier debilidad propia, ha tenido que reconocer el daño sufrido por los 'golpes' internacionales a sus productos.

A estas horas, la UE trabaja en el décimo paquete de sanciones con un tema en el aire. Ni hay ni parece que habrá en un futuro acuerdo para restringir el gas ruso, elemento aún fundamental en el suministro mundial.

4. La gran ofensiva (y el fiasco) sobre Kiev: la 'serpiente de guerra' de 64 kilómetros que nunca llegó a destino

Tomada Kiev, depuesto Zelenski, Ucrania caería en efecto dominó. Eran los planes de la plana mayor del Ejército ruso y para ello recurrieron a todo su arsenal militar, tan interminable en lo numérico como poco vanguardista en lo tecnológico. En su grandilocuencia estuvo buena parte de su fracaso inicial. Entre constantes bombardeos aéreos, que se repetirían meses después, el intento de conquista por tierra resultó un desastre.

Con Kiev como meta, Putin desplegó un interminable convoy de 64 kilómetros entre blindados, carros, artillería, tropas y todo tipo de armamento. Una 'serpiente de guerra' que amenazaba con destrozar todo cuanto atravesara, pero la realidad, de nuevo, fue radicalmente distinta: atrapada entre emboscadas y un terreno desconocido, esa serpiente fue menguando hasta la nada. Una sangría de bajas a kilómetros de una ciudad, Kiev, que jamás llegó a cruzar. 

Otra de las cuentas pendientes del Kremlin en su campaña ucraniana, que justo un mes después de arrancar pasó a una segunda fase para centrarse 'solo' en el Donbás ante la falta de avances.

5. El drama sin fin de los refugiados

Es una tragedia que no responde a un único momento. La oleada masiva de millones de migrantes ucranianos en los primeros compases de la guerra colapsó Europa, pero el drama continúa, con buena parte del pueblo ucraniano sin poder volver a sus casas.

Según ACNUR, más de ocho millones de personas han abandonado el país en estos 365 días; de ellos, 5,2 lo hicieron solo en los primeros dos meses. Un desafío para todo el continente, pero especialmente para Polonia, principal receptor en aquellos tiempos por ser la gran frontera al este. Ante una situación no vivida en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, la UE reaccionó activando una directiva para permitir la acogida de los refugiados ucranianos, a los que se les concedían derechos de residencia y trabajo de forma temporal. 

Estabilizados los frentes sobre el Donbás, buena parte de ellos han podido volver a la zona oeste de Ucrania, pero aún son millones los ucranianos obligados a vivir fuera de su tierra.

6. Las negociaciones de paz: de Bielorrusia a Turquía

Fue una mínima esperanza entre el incesante fuego cruzado de las primeras horas de guerra. Al cuarto día de conflicto las dos partes acordaron iniciar conversaciones de paz. El escenario elegido, la poco neutral Bielorrusia, en Gomel, muy cerca de la frontera con Ucrania. De aquella temprana cita no salió más compromiso que el de seguir negociando, que no era poco. 

En posteriores citas, en Bielorrusia, en Turquía o por videoconferencia, los bandos avanzaron algo más, aunque no demasiado. Fruto de la diplomacia se lograron algunos alto el fuego temporales para evacuar a los civiles de la asediada Mariúpol, aunque las bombas rusas rompieron esos temporales armisticios. Mucho tiempo después, ya con Turquía de mediador y con la ONU como testigo, Kiev y Moscú lograron pactar el desbloqueo del grano ucraniano, nutriente fundamental para el sustento de buena parte del tercer mundo, muy dependiente de estas exportaciones. 

La diplomacia, que llegó a celebrar un encuentro entre ministros de Exteriores como cita de mayor nivel, sigue esperando un Zelenski-Putin que, a estas horas, no parece probable en el corto plazo.

7. El "infierno" de Mariúpol: meses de asedio y crímenes de guerra

En Bielorrusia se habló mucho de la extrema situación de Mariúpol, ciudad relevante del sudeste ucraniano por ser puerto y muy cercana a la frontera rusa. Durante meses, esta se convirtió en el sinónimo más recurrente de la palabra "infierno", como contaban los que resistían el asedio y el constante bombardeo ruso.

Sin descanso, Rusia decretó un acoso y derribo contra este puerto fundamental para dominar toda la zona. Putin incluso dio una orden muy concreta: cerrar los accesos y que "no entrase ni una mosca", con la localidad casi conquistada. Sin acceso a suministros básicos durante meses y con ataques indiscriminados contra la población civil, incluido el bombardeo contra el teatro que servía de refugio a cientos, el balance de destrucción es incalculable aún hoy. 

El epílogo de la toma de Mariúpol, primera gran victoria rusa tras casi tres meses, fue la batalla en la acería de Azovstal, defendida hasta el límite por las fuerzas ucranianas y el ultraderechista Batallón Azov.

8. Los otros crímenes de guerra: Bucha, Irpin, Borodyanka...

El horror, la cara más salvaje de la de por sí siempre salvaje guerra, se han hecho constantes en varios puntos de la geografía ucraniana. Además de Mariúpol, Bucha, Irpin o Borodyanka han sido los principales focos de los crímenes de guerra que la comunidad internacional quiere investigar. Esta es una de las reclamaciones globales de Zelenski y su equipo, la declaración de Rusia como "estado terrorista", una terminología que solo Biden ha llegado a cruzar, mientras la UE se limita a conceptos más diplomáticos.

A medida que los soldados rusos retrocedían de las posiciones ocupadas, los hallazgos han sido desoladores: fosas comunes con centenares de cuerpos, cadáveres abandonados en las calles, familias asesinadas en sus propios hogares... Imágenes que quien las ha vivido no las puede olvidar, como reconocía este 23 de febrero Pedro Sánchez desde Kiev.

9. La amenaza nuclear como comodín de Putin

Era un miedo lejano, solo presente en la hemeroteca y la afamada serie de HBO. Pero en este nuevo mundo también se articula la amenaza nuclear, con una fuerza renovada no vista en décadas. Convertido en un comodín de Putin, la posibilidad de 'apretar el botón nuclear' aparece con regularidad en sus discursos. Ya dio pistas de sus intenciones en las primeras horas de guerra, movilizando a sus Fuerzas de Disuasión Estratégica.

Lanzada la guerra, pronto Moscú fue a por las dos grandes centrales nucleares del país: Zaporiyia, la más grande de toda Europa, y Chernóbil. En una ofensiva sin miramientos, las tropas invasoras han atacado ambos puntos, llegando a registrarse incidentes dentro de las dos plantas, por fortuna, leves. Un desastre nuclear tendría unas consecuencias difícilmente calculables..

Zaporiyia aún permanece bajo control de tropas rusas, mientras desde el Kremlin se maneja un discurso calculadamente ambiguo sobre la posibilidad de alguna acción nuclear de efecto limitado.  

10. La OTAN se hace fuerte en Madrid con dos nuevos aliados

La guerra ha obligado a recuperar conceptos que sonaban arcaicos como el de 'bloques' o, sencillamente, 'Occidente'. Y ese Occidente reunió a sus fuerzas vivas en una cumbre histórica de la OTAN en Madrid. A finales de junio, los aliados evidenciaron su total sintonía, en una suerte de 'Segunda Guerra Fría' contra Rusia, que en su objetivo de dividirles logró justamente lo contrario: unirles. 

A los 30 que ya forman parte del bloque y a dos más que quieren ser parte. Suecia y Finlandia recibieron en la capital española el primer visto bueno de todos los miembros (también Turquía) para su futura membresía, pese a las repetidas amenazas de Putin y su entorno. Eso sí, el camino aún es largo.

Éxito total. Para España, que saldó con sobresaliente la organización de esta cita, y para la OTAN, que vivió una cumpre "histórica" que sienta las bases de una alianza renovada.

11. Ucrania inicia su camino oficial hacia la entrada en la UE

El frente OTAN por un lado; la baza de la UE, por otro. Resignado Zelenski a aceptar que Ucrania nunca será país de la alianza atlántica, centró sus objetivos diplomáticos en el otro bloque de referencia. Desde que arrancó la guerra, puso el foco en Bruselas, con el objetivo de lograr una futura membresía ucraniana. 

El camino, iniciado oficialmente el 23 de junio, con la aceptación formal de la solicitud (junto a la de Moldavia), está lleno de buenas palabras, pero también de hitos por cumplir. Aún está lejos el día en el que Kiev sea capital comunitaria, si bien se han acercado mucho las posturas.

Además del indudable respaldo militar, económico y diplomático de la UE a Ucrania, los Veintisiete han aplaudido las reformas judiciales, anticorrupción y democráticas del país. Tampoco han faltado las fotos: Zelenski en Bruselas y Von der Leyen y Michel en Kiev. Abrazos, elogios y... paciencia, como inciden los líderes comunitarios. 

12. El comienzo de la contraofensiva ucraniana

Con una petición: "silencio". Así comenzó a finales de agosto la larga y exitosa campaña de contraofensiva ucraniana sobre los territorios inicialmente conquistados por Rusia. Mediante una estrategia de sigilo mediático, cuando no con calculados falsos anuncios para despistar al enemigo, las tropas nacionales fueron recuperando decenas de localidades en un momento crítico para Moscú, obligado a renovar su cúpula militar para intentar frenar (sin éxito) su retroceso. 

Sin cálculos oficiales más que grosso modo, Ucrania presume de haber recuperado hasta un 54% de todo el espacio que inicialmente llegó a ocupar Rusia, algo más de 6.000 kilómetros, si bien la contienda se ha igualado en los últimos meses, a la espera de qué pasará tras la esperada efemérides de este 24 de febrero.

13. Los referéndums ilegales y las anexiones sin reconocimiento en Jersón, Donetsk, Lugansk y Zaporiyia

Alertado por el exitoso avance ucraniano en sus primeras semanas de iniciativa militar, en septiembre, Vladimir Putin convocó cuatro referéndums de adhesión en los territorios por entonces ocupados de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón. Las consultas, celebradas bajo el férreo control de rusos y prorrusos y con la mayor parte de la población local exiliada no encontró sino el rechazo generalizado de la comunidad internacional. 

Los soldados fueron casa por casa, obligando a votar", explicaba entonces una voz local de Jersón a El HuffPost".

El resultado, para sorpresa de absolutamente nadie, fue abrumadoramente favorable para los intereses del Kremlin, que tardó horas en anunciar la incorporación formal de las cuatro provincias a las 'fronteras' rusas, sin que ningún otro país lo aceptase.

14. Putin llama a filas a 300.000 rusos a la desesperada

A primera hora del miércoles 21 de septiembre, Putin hacia oficial lo que todos esperaban: una "movilización parcial" de 300.000 reservistas para incorporarlos a la carrera al frente de Ucrania. Por entonces, la contraofensiva nacional ya estaba rompiendo las endebles líneas rusas y el mandatario, con un gesto notablemente contrariado, optó por tirar del gran activo de su ejército, su enorme número de integrantes.

Tampoco aquí los planes salieron como esperaba. El operativo, montado de urgencia, estuvo plagado de protestas sociales y fallos de la administración. Rusia llamó a muchos más que los 300.000 anunciados, una gran mayoría pertenecientes a las minorías raciales y en numerosos casos, personas que estaban excluidas según las bases del decreto.

El descontento social fue inmenso. Se sucedieron las protestas en las calles, las denuncias públicas... y la mano dura del régimen para controlar las revueltas. El Kremlin, acorralado, acabó por pedir perdón por los "errores" y achacarlos a la urgencia militar. Meses después no deja de sonar la posibilidad de otra movilización, por ahora paralizada.

15. La crisis de suministros y el nuevo orden mundial (energético)

La cascada de sanciones internacionales acabó por tocar uno de los grandes sustentos rusos, su suministro energético a Europa y al resto del mundo. Aunque solo parcialmente, al atacar el carbón y el crudo de Moscú, el Kremlin reaccionó rompiendo sus lazos energéticos con la UE. 

Después de semanas de tensión, el punto álgido se vivió con el gasoducto Nord Stream, que conecta Rusia con la UE a través de Alemania. Una avería convenientemente explotada desde Moscú, fue el detonante para que Moscú diese orden de cortarle el grifo a Europa hasta que levante sus sanciones. La UE, que se movió con anterioridad, ha superado buena parte de su antigua dependencia sin intención de dar marcha atrás a sus medidas.

Capítulo aparte merecen los acontecimientos en relación al Nord Stream sobre aguas del Báltico. A finales de septiembre, tanto el 1 como el 2, ambos fuera de servicio, sufrieron un sabotaje a la altura de Dinamarca que les ha causado una avería irreparable. Las investigaciones posteriores confirmaron lo que se sospechaba, el accidente fue provocado, pero también aquí los reproches son cruzados.

16. El ataque al puente de Crimea y la rabiosa respuesta de Putin

A comienzos de octubre, una maniobra de Ucrania pilló de sorpresa al enemigo: un camión cisterna incendiado, junto a la explosión de varios tanques de combustible hundieron el puente que unía el territorio ruso con la península ocupada de Crimea desde 2014. Un golpe al amor propio de Vladimir Putin horas después de su 70 cumpleaños.

La respuesta del mandamás fue inmediata y colérica: un primer ataque sobre Zaporiyia con cerca de 20 muertos fue la antesala de una oleada de bombardeos sobre una decena de ciudades alejadas del frente. 

Los objetivos, las infraestructuras críticas e instalaciones civiles para dañar la resistencia nacional en la antesala de la llegada del frío, un patrón que se repetiría de forma recurrente.

17. Jersón, paradigma del fracaso ruso: asedio, abandono y reconquista ucraniana

Uno de los cuatro territorios anexionados de forma unilateral fue el epicentro de las informaciones durante octubre y noviembre. Jersón se convirtió en el gran objetivo (y la gran victoria) de Ucrania en el sur del país, consiguiendo rodear a las tropas pro-Moscú hasta forzar su abandono.

En su salida a toda prisa, las autoridades prorrusas forzaron una evacuación civil hacia frontera rusa, un éxodo traumático y errático, de cuyos problemas dieron testimonio diferentes voces en El HuffPost. 

Por entonces, este enclave cercano a Crimea era ya casi una ciudad fantasma, tras innumerables matanzas a civiles y el desabastecimiento total. Aún así, allí sobreviven como pueden varios miles de vecinos, que volvieron a salir a las calles y celebraron con banderas la llegada de los militares ucranianos. Un día de fiesta al que seguirían constantes ataque rusos. Tres meses después, Jersón sigue siendo blanco de los misiles invasores, causando más muertes en la diezmada población. 

18. Zelenski sale de casa: su gira por EEUU y Europa

Durante más de diez meses, Volodimir Zelenski no pisó otro suelo que no fuera el ucraniano. Pese a la presión inicial sobre él y los rumores de su salida del país, el presidente europeo ha agigantado su figura permaneciendo en casa. Con la guerra en otra fase mucho más estabilizada, antes de Navidad llegó la noticia: viajaría a EEUU.

No es casual que su primera salida fuese a la Casa Blanca, principal potencia occidental. Allí, junto a Biden, compartió secretos, algún regalo y nuevos compromisos de más ayuda y una futura "paz justa", antes de un aplaudidísimo discurso ante las dos cámaras del país. 

El gesto lo repetiría semanas después en Londres, París o Bruselas, incluyendo su intervención, esta vez presencial, ante el Parlamento Europeo. Allí sonó el himno de Ucrania, la antesala de lo que todo apunta que será la futura membresía ucraniana.

19. Ucrania golpea al ejército ruso por Nochevieja 

Puede entenderse como una más entre las constantes acciones de combate, pero el mazazo infligido por Ucrania a las tropas rusas en Nochevieja acrecentó el descontento social contra Putin.

Una cadena de mensajes telefónicos de los soldados rusos situados en Donetsk para felicitar el año a sus familias permitió a la inteligencia ucraniana geolocalizar su posición y ordenar un bombardeo del que Moscú no quiere dar datos en detalle. Apenas reconoce 89 bajas, mientras Kiev habla de alrededor de medio millar. Lo que sigue creciendo es la rabia de los familiares de los caídos, más caldo de cultivo contra el ya no tan indiscutido líder ruso.

20. La "tregua por Navidad" de Putin

Muy pocas son las figuras que pueden tratar con autoridad al eterno líder. Si hay alguien, ese es el no menos poderoso patriarca Kirill, cabeza de la Iglesia Ortodoxa, la mayoritaria en Rusia. De su sermón previo a la Navidad ortodoxa, el 6 de enero, llegó el anuncio de Putin de decretar una tregua temporal de 36 horas para que sus soldados y ciudadanos en Ucrania pudiesen acudir a los oficios religiosos.

Ucrania jamás se creyó lo que calificaba como "tregua trampa" para ganar tiempo y reorganizar sus dañadas tropas. De hecho, las bombas siguieron cayendo, desde una y otra dirección de origen. La enésima prueba fallida de la diplomacia, con un efecto nulo en el devenir del conflicto.

21. Líneas rojas cruzadas: sí a los tanques, no (por ahora) a los cazas

Parecía imposible, pero llegó el acuerdo occidental para responder a la petición más grave de Ucrania hasta el momento: los tanques occidentales de última generación. Metidos en 2023, a Kiev ya no le basta con munición o misiles; necesita carros de combate para desplegar en el frente, habida cuenta del vetusto parque móvil heredado de la época soviética.

Alemania, propietaria de los Leopard-2 que pueblan Europa, se negó en un principio. La presión de los socios europeos y, especialmente de EEUU, acabó por cambiar el panorama: fumata blanca. Eso sí, el asunto va para largo. Tanto Alemania, como EEUU, España u otros países mandarán sus carros, pero dentro de un tiempo, entre actualizaciones del equipamiento y la necesaria instrucción a los soldados ucranianos.

Solventada esta disputa diplomática, Ucrania ha ido más allá. Zelenski pide ahora cazas de la OTAN, una "línea roja" que los socios aún no se atreven a abrir.

22. La batalla por Bajmut, nuevo epicentro del conflicto

Desplazados los frentes de las grandes ciudades del centro, sur y este del país, el eje de los últimos meses ha sido Bajmut, una localidad de apenas 73.000 personas pero crucial por su ubicación cercana a Sloviansk o Kramatorsk, feudos ucranianos en el Donbás.

Allí, en una batalla "cruenta" metro a metro, las tropas mercenarias rusas del Grupo Wagner lograron conquistar las cercanas poblaciones de Soledar y Vuhledar, dos victorias "más morales que importantes", a ojos de los analistas. De hecho, la victoria de los mercenarios se le ha vuelto un  problema a Putin, que ve cómo sus hasta ahora fieles mercenarios comienzan a sublevarse, mientras Bajmut continúa en disputa.

23. La visita sorpresa de Biden a Kiev 

Biden quería sorprender al mundo y lo consiguió. Su aparición estelar en la mañana del lunes 21 junto a Zelenski por las calles de Kiev ha sido el espaldarazo más evidente en los días previos al aniversario. A través de un operativo secreto, del que sí tuvo conocimiento el Kremlin, el presidente de EEUU voló de madrugada hasta Polonia y, una vez en el país OTAN, se desplazó durante 10 horas en tren hasta la capital ucraniana.

Todo, para mostrar "compromiso", como coincidieron en reconocer tanto Ucrania como la Casa Blanca. La visita no fue meramente fotográfica. Desde Kiev, Biden anunció el enésimo paquete de ayuda militar, de 500 millones de dólares. Con la promesa de los nuevos blindados Abrams M-1 (no así los cazas que Zelenski pide sin suerte), el líder de EEUU fue claro: su apoyo a Ucrania es "inquebrantable" y durará el tiempo "que haga falt

24. Putin y su doble baño de masas

En 24 horas, el presidente se lució ante sus parlamentarios y sus fieles, en dos celebrados discursos de carácter puramente propagandísticos y nacionalistas. Primero, ante la Duma, aseguró que "Rusia es invencible en el campo de batalla" y adelantó la congelación del acuerdo antinuclear que él mismo firmó con EEUU, apoyándose en el supuesto interés de Occidente de "destruir" su país.

El martes, se vistió de 'estrella del rock' como protagonista de un macroconcierto/mitin desde el monumental estadio olímpico Luzhniki. Frente a 200.000 fieles, llamó a la "unidad" del país, sabedor de las críticas que le rodean, no todas públicas, e insistió en la victoria rusa sobre la Ucrania "nazi". Vuelta al discurso de salida un año antes.

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es