El arma que genera una grave acusación contra Ucrania

El arma que genera una grave acusación contra Ucrania

Sus efectos podrían tardar décadas en desaparecer.

Un cañón de artillería ucraniano dispara sus proyectiles en el frente de Donetsk.Anadolu Agency via Getty Images

La organización Human Rights Watch (HRW), que vela por el respeto y contra las violaciones de los derechos humanos en todo el mundo ha señalado el uso de un arma prohibida por los tratados internacionales en la guerra de Ucrania. Este martes, sin embargo, el ejército ruso no es el objetivo de la denuncia, sino las fuerzas armadas ucranianas. En concreto, la ONG hace referencia al uso de minas antipersona de manera indiscriminada por parte de las tropas de Volodímir Zelensky. Estas mortíferos artefactos, señala HRW afectan tanto a los militares como a la población civil.

La organización insta a Ucrania a investigar el posible uso de este tipo de armas por parte de sus militares, que habrían sido desplegadas a miles en la zona oriental de la ciudad de izium durante el avance de los soldados de Moscú al principio del conflicto. HRW asegura haber documentado "numerosos casos" de proyectiles que llevaban minas antipersonales del tipo PFM, conocidas también como "minas mariposa" o "minas pétalo".

Habrían sido arrojadas sobre áreas ocupadas por Rusia o cerca de sus instalaciones militares. Ucrania es Estado firmante del Tratado sobre la Prohibición de Minas desde 1999, que prohíbe su uso. HRW sin embargo, también señala que estas armas también han sido usadas desde el lado ruso, aunque el país de Vladimir Putin no está adherido al Tratado, lo que a juicio de la ONG no lo exime de responsabilidad en el uso de estas armas ni justifica, por otra parte, que Ucrania también las utilice, expresó Steve Goose, director de la división de armas de HRW.

Esparcidas desde el cielo

La mayoría de minas antipersonales suelen ser colocadas manualmente. Sin embargo, las que se han documentado en Izium, las antes mencionadas PFM, solo funcionan cuando son esparcidas desde el cielo mediante el uso de aviones, misiles o proyectiles de artillería. 

Desde HRW reiteran que su uso supone una violación del derecho internacional humanitario, al ser un tipo de arma que no distingue entre civiles y soldados, al tiempo que dificultan el reparto de ayuda humanitaria, impiden el desarrollo de la agricultura y provocan el desplazamiento de la población hacia zonas más seguras.

La ONG llevó a cabo su investigación entre el 19 de septiembre y el 9 de octubre de 2022, días después de la ofensiva relámpago que expulsó a los rusos de la provincia de Járkov. Las entrevistas y testimonios recogidos, que superan los 100, confirman el uso de estas armas, y todas las personas que participaron afirmaron conocer a alguien que habia resultado herido o que habían sido advertidas de su presencia durante la ocupación rusa.

Al menos 11 civiles murieron por culpa de esta arma y otros 50 fueron atendidos, cerca de la mitad de las lesiones, además, involucraron la amputación del pie o la parte inferior de la pierna. Los desminadores ucranianos declararon a HRW que las minas "están por todos lados", y que las tareas para retirarlas todas podría llevar décadas.

Un tratado para destruirlas todas

El Tratado sobre la Prohibición de Minas, que data de 1997, y al que Ucrania se adhirió dos años después y ratificó en 2005, prohíbe por completo su uso y exige la destrucción de los arsenales existentes. En cualquier caso, se firme o no, el uso de este tipo de armas supone una violación del derecho humanitario internacional, debido a su naturaleza "intrínsecamente indiscriminada", expresan desde HRW. En la actualidad, 164 países se han sumado al acuerdo, entre ellos todos los socios de la Unión Europea y los estados miembros de la OTAN (salvo Estados Unidos).

Ucrania heredó su arsenal tras la disolución de la Unión soviética, y destruyó más de 3,4 millones de minas entre 1999 y 2020, incluidas las PFM. En 2021, según informaron sus autoridades, aún restaban 3,3 millones por desaparecer de la reserva. Su uso, sin embargo, también fue documentado por HRW en 2014 y 2015 en el este del país.

Kiev ha negado que haya utilizado este tipo de armas, y se ha limitado a declarar que cualquier tipo de irregularidad que se haya podido producir durante el conflicto será investigado cuando las hostilidades finalicen de manera permanente.