EEUU bombardea instalaciones nucleares de Irán: cuáles son y por qué importan tanto
Trump ha ordenado golpear en el corazón del programa nuclear de Teheŕán, donde se produce, se enriquece y se guarda en uranio enriquecido. Los ayatolás siempre han defendido que le dan un uso meramente civil, pero Tel Aviv teme un arma.

El Organismo de la Energía Atómica de Irán confirmó en la madrugada del domingo varios ataques de Estados Unidos contra sus instalaciones nucleares en Isfahán, Natanz y Fordow. Sin embargo, afirmó que esta "industria nacional" continuará "con los esfuerzos de miles de sus científicos y la motivación de sus expertos revolucionarios". Aún no se conoce el alcance de los daños causados por la andanada estadounidense, inédita y que abre todas las incógnitas posibles en Oriente Medio.
La organización dijo en un comunicado, publicado por la agencia iraní Tasnim que, "tras los brutales ataques del enemigo sionista en los últimos días, al amanecer de hoy, las instalaciones nucleares del país en Fordó, Natanz e Isfahán fueron atacadas por los enemigos de Irán, en un acto brutal que contradice las leyes internacionales, especialmente el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP)", documento del que la República Islámica ha amenazado justamente con desvincularse al iniciarse, la semana pasada, los ataques de Israel que han acabado implicando a su socio norteamericano. Insiste en que el uso que dan a sus avances es sólo civil, no militar.
Estados Unidos ha entrado, así, de manera abrupta en la guerra de Israel contra Irán con el bombardeo a las tres principales instalaciones del programa nuclear iraní, mientras que el presidente Donald Trump amenazó al régimen de Teherán con más ataques si "la paz no llega rápido". De igual forma, el mandatario estadounidense dio a escoger a Irán entre "paz o tragedia" tras el bombardeo, e insistió en la capacidad de Washington para atacar nuevos objetivos si "la paz no llega rápido".
Trump calificó los ataques de "muy exitosos" y detalló que Estados Unidos había atacado los sitios de Natanz, Isfahán o Fordow, siendo este último el más importante.
Aquí te contamos todo lo que debe saber sobre los sitios nucleares iraníes mencionados por Trump y su importancia para el programa nuclear de los ayatolás.
Instalación de enriquecimiento de Natanz
La instalación nuclear iraní de Natanz, situada aproximadamente a 220 kilómetros al sureste de Teherán, es el principal centro de enriquecimiento del país y ha sufrido anteriormente ataques aéreos israelíes. El centro consta de dos instalaciones: la principal planta de enriquecimiento de combustible y la piloto.
En uno de los sitios, el uranio había sido enriquecido a niveles de hasta 60%, lo que es un estado ligeramente radiactivo, muy lejos del grado armamentístico (90%), antes de que Israel destruyera la sección de la instalación sobre la superficie, según informó el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Otra parte se encuentra bajo tierra, en la meseta central de Irán, para defenderse de posibles ataques aéreos.
Según la organización sin fines de lucro Iniciativa contra la Amenaza Nuclear, la instalación se utiliza para construir centrifugadoras para el enriquecimiento de uranio. Cuenta con seis edificios sobre el suelo y tres instalaciones subterráneas. Dos de estos edificios subterráneos tienen capacidad para 50.000 centrifugadoras. En octubre de 2022, Irán había instalado 4.000 centrifugadoras avanzadas en instalaciones de enriquecimiento en todo el país, un aumento del 44% respecto a dos meses antes, según la misma fuente. Opera varias cascadas, lo que facilita el enriquecimiento de uranio con mayor rapidez.
El OIEA, vinculado a Naciones Unidas, ha indicado que cree que casi todas estas centrifugadoras fueron probablemente destruidas por un ataque israelí que cortó el suministro eléctrico a la planta, por lo que EEUU habría venido a rematar el trabajo.
Instalación nuclear de Isfahán
La instalación de Isfahán, por su parte, está ubicada aproximadamente a 350 kilómetros al sureste de Teherán y emplea a miles de científicos nucleares (unos 3.000), que también han sido una diana preferente estos días en los ataques de Israel: se calcula que su Ejército y el Mossad han matado a los nueve expertos más destacados de todo el programa nuclear del país.
Isfahán alberga tres reactores de investigación chinos y laboratorios relacionados con el programa de energía atómica de Irán. Israel ha atacado edificios también en este complejo nuclear, entre ellos una planta de conversión de uranio. También opera en el recinto una planta de conversión de uranio, una planta de producción de combustible y una planta de revestimiento de circonio, todas ellas clave en el desarrollo de centrales nucleares y armas.
El OIEA afirmó que no se han observado indicios de aumento de la radiación en el complejo, construido en 1984 con ayuda china, según la Iniciativa sobre Amenaza Nuclear. No hay noticias, como en el caso anterior, del daño causado por EEUU.

Instalación de enriquecimiento de Fordow
Es la verdadera joya de la corona de este ataque. Cinco túneles que se extienden hacia un grupo de montañas, una gran estructura de soporte y un amplio perímetro de seguridad: eso es todo lo que se puede ver de la misteriosa planta de enriquecimiento de combustible de Fordow en Irán, a partir de imágenes satelitales recientes.
El complejo secreto y fuertemente custodiado construido cerca de la ciudad sagrada de Qom ha estado alimentando especulaciones sobre su verdadera naturaleza y tamaño desde que se hizo público por primera vez, en 2009. Una parte de lo que sabemos al respecto proviene de un conjunto de documentos iraníes robados hace años por la inteligencia israelí, nada más.
Se estima que sus salas principales están a unos 80 a 90 metros debajo del suelo, a salvo de cualquier bomba aérea que se sepa que posee Israel, lo que hace que destruir la instalación desde el aire sea una tarea casi imposible... salvo ayuda norteamericana. Aún no se sabe si EEUU ha usado para su ataque la famosa GBU-57 E/B, único proyectil no nuclear capaz de acceder a ese santuario. Israel ha atacado la instalación en los últimos días pero, según el OIEA, hasta ahora no ha querido –o no ha podido– dañarla.
EEUU y sus aliados no han proporcionado muchos detalles sobre cuándo comenzó la construcción de Fordow, pero imágenes satelitales históricas disponibles públicamente muestran trabajos en el sitio desde 2004, con fotografías que revelan dos estructuras cuadradas blancas donde hoy se encuentran las entradas del túnel. El OIEA afirma tener imágenes adicionales que muestran la construcción desde dos años antes, 2002.
En 2009, una gran estructura de soporte exterior ya estaba completamente construida y se estaba excavando lo que los expertos creen que es un pozo de ventilación, crucial para permitir la circulación del aire en las instalaciones. Dicho pozo fue posteriormente ocultado y camuflado, como muestran imágenes más recientes.
Teherán explicó al OIEA en una carta fechada en octubre de 2009 que la decisión de construir la instalación subterránea fue resultado de "amenazas de ataques militares contra Irán", añadiendo que Fordow serviría como medida de contingencia para la cercana planta de Natanz, que, según afirmó, "estaba entre los objetivos amenazados con ataques militares".
Irán dijo al OIEA que la instalación podría albergar hasta 3.000 centrifugadoras y que el uso del material que generaba era para uso civil, esencialmente energético y médico.
Los peligros planteados por Fordow y las demás instalaciones fueron en gran medida controlados como resultado del Plan de Acción Integral Conjunto, el llamado "acuerdo nuclear con Irán", que requirió que Irán retirara dos tercios de las centrifugadoras dentro de la instalación, junto con todo el material nuclear, después de que a la instalación se le prohibiera cualquier trabajo de ese tipo. Corría el año 2015 y las inspecciones posteriores de la ONU verificaron que las cosas iban bien, se cumplía el pacto. Ese proceso, sin embargo, se revirtió lentamente cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, se retiró del acuerdo en 2018. Y desde entonces hasta hoy, todo se ha descompuesto.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, hizo públicos más detalles sobre la instalación en 2018, después de que los servicios de inteligencia de su país confiscaran más de 55.000 documentos de lo que Israel dijo que era el "archivo atómico" de Irán. Entre los documentos había planos detallados de Fordow e información sobre sus objetivos: producir uranio apto para armas, como parte del programa de armas nucleares de Irán, para al menos una o dos armas nucleares por año.

En aquel momento, el entonces viceministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, calificó las revelaciones y los comentarios de Netanyahu de "infantiles" y "ridículos". El entonces secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, declaró que Estados Unidos conocía el material "desde hacía tiempo" y creía que los documentos eran auténticos.
Informes recientes del OIEA sugieren que Irán ha aumentado la producción de uranio enriquecido a un nivel del 60% en las instalaciones de Fordow, que, según los expertos y el OIEA, ahora contiene 2.700 centrifugadoras.
"El aumento significativo de la producción y acumulación de uranio altamente enriquecido por parte de Irán, el único estado no poseedor de armas nucleares que produce ese material nuclear, es motivo de grave preocupación", dijo el OIEA en un informe del 31 de mayo.
Qué quede hoy es, por ahora, una incógnita.