El gato se orina en el piso, el propietario detecta humedades y al dueño del minino le cae una gran factura
El olor impregnaba el apartamento.

Los gatos son animales impredecibles. Todo el que tenga a este animal como mascota está acostumbrado a que hagan lo que quieran, pero lo que le pasó a un hombre en Finlandia tiene pocos precedentes.
Un propietario se encontró con que su apartamento olía de forma muy fuerte después de que el inquilino, que había resididdo en la vivienda de dos habitaciones en la ciudad finlandesa de Tampere desde diciembre de 2021 hasta finales de octubre del años siguiente, se marchara, según ha informado el medio Ilta-Sanomat.
Cuando el propietario regresó a vivir a este inmueble se percató del olor, que resultó ser orina de gato. Además, descubrió que la vivienda tenía daños por humedad. Esto desencadenó en una fuerte disputa entre el inquilino y el propietario sobre quién debería hacerse cargo de los costes.
La Junta de Disputas del Consumidor del país ha investigado el asunto para resolver la disputa. Así, ha recomendado finalmente que sea el inquilino quien pague al propietario 7.381 euros en concepto de gastos de reparación. El propietario, por su parte, había exigido 9.153 euros.
El informe de inspección presentado a la junta indica que el apartamento tenía un fuerte olor a orina de gato. Así, al abrir el revestimiento del suelo se observó decoloración causada por la orina entre la tabla de vinilo y la alfombra de plástico, además de daños en la parte inferior de los paneles de las paredes del pasillo y el lavadero.
El inquilino indicó que, según las mediciones realizadas en el apartamento, no se observaron valores anormales de humedad superficial en las estructuras, por lo que creía que había moho en el apartamento por causas ajenas a su voluntad. Sin embargo, la investigación demuestra que la humedad superficial causada por la orina de gato se evaporó con el tiempo, pero los daños que causa a las estructuras, como el mal olor y la fragilidad, no se reparan.
Finalmente, concluyó que el causante de los daños era la orina de la mascota del inquilino, por lo que debe hacerse cargo de los problemas ocasiones. Aunque la conlusiones de la junta son solo recomendaciones, estas suelen seguirse. "El propietario tiene derecho a una indemnización por los daños ocasionados mediante la reparación de los mismos", zanjó.
