El país de la OTAN fronterizo con Rusia se cansa de esperar y se arma hasta los dientes de artillería
Ha decidido comprar seis nuevos sistemas de artillería de alta movilidad (HIMARS).

La guerra de Ucrania ha desatado el pánico en los países de la OTAN que comparten frontera con Rusia. Recientemente, Noruega ha decidido activar a miles de soldados para que se desplieguen "las 24 horas del día, toda la semana, todo el año" en Finnmark, una provincia situada en el extremo noreste del país nórdico que es fronteriza tanto con Rusia como con Finlandia.
Ahora, ha sido Estonia la que ha optado por dar un paso hacia adelante en términos militares al acordar la compra de seis nuevos sistemas de artillería de alta movilidad (HIMARS) fabricados en EEUU.
Cabe destacar que Estonia comparte una frontera terrestre y fluvial con Rusia. En concreto, la frontera entre ambos países tiene una longitud de aproximadamente 300 kilómetros. La línea divisoria está marcada en gran parte por el río Narva y el lago Peipus.
En abril de este año, Estonia recibió sus primeros sistemas HIMARS (procedente de un contrato suscrito con EEUU con anterioridad). Además, el país podría recibir el segundo lote derivado de ese acuerdo en el año 2028.
En el momento de la entrega de esos primeros HIMARS, el ministro de Asuntos Exteriores de Estonia, Margus Tsahkna, destacó que "en la complicada situación de seguridad actual, reforzar nuestra postura de disuasión y defensa es una de las prioridades más importantes de Estonia".
Además, el ministro estonio de Asuntos Exteriores añadió que "con la llegada de los HIMARS, se cubrirá una importante brecha de capacidad y se reforzará la capacidad de defensa de Estonia".
Los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) y también Polonia han decidido armarse de artillería ante el riesgo de que en los próximos años Rusia pudiera decidir emprender una guerra en el flanco oriental de la OTAN como la que lanzó contra Ucrania en febrero de 2022.
Tal y como recuerdan desde Newsweek, las evaluaciones de los servicios de inteligencia occidentales señalan que los mencionados países europeos probablemente serían el primer objetivo del Kremlin si el país presidido por Vladímir Putin atacara a la Alianza Atlántica de forma directa.
