Un "éxito" con letra pequeña: lo que sale de la cumbre de la OTAN y su acuerdo con Ucrania

Un "éxito" con letra pequeña: lo que sale de la cumbre de la OTAN y su acuerdo con Ucrania

La gran cita anual de la alianza atlántica se cierra lejos del 'calendario' que quería Zelenski, pero con varios acuerdos, también con el G7, que Kiev vende como "compromisos de seguridad".

Zelenski se saluda con los miembros de la OTAN en la segunda jornada de la cumbre en VilnaGetty Images

36 horas que lo han cambiado casi todo. De la crítica amarga de Volodimir Zelenski hacia la OTAN a calificar como un "éxito" la cumbre que la alianza atlántica ha celebrado esta semana en Vilna. La capital lituana ha sido escenario del nacimiento de un acuerdo, muy embrionario pero ya formal, para la futura entrada de Ucrania al bloque. 

Unidad "a medio y largo plazo" pese a la más que viral foto de un Zelenski en soledad en mitad de la cita, en la que ha participado este miércoles. Fotoperiodismo aparte, vuelve a casa con otro recuerdo bastante más valioso de cara al futuro. Otra palabra clave, 'futuro', porque los efectos no serán inmediatos ni fáciles de revelar, entre el secretismo y la dificultad de las negociaciones... aunque el camino se ha suavizado bastante, también en lo burocrático. 

Este martes, los 31 socios incluida Finlandia —en breve serán 32 ya con Suecia— salían de la primera jornada de reuniones con una declaración que abría la puerta a Ucrania "cuando se den las condiciones". Requisitos que, por ahora, se guardan bajo llave, salvo uno, el más básico. "Primero, Ucrania debe ganar la guerra", explicaba el secretario general de la OTAN. 

"Hay una guerra a gran escala en Ucrania y todos los aliados están de acuerdo en que mientras haya una guerra no es el momento para hacer a Ucrania miembro de la alianza", apuntaba a continuación. No es el momento, pese a las prisas de Zelenski.

Pese a su jarro de agua fría, el propio Jens Stoltenberg afirmaba entonces —y lo repetido 24 horas después— que "el futuro de Ucrania está en la OTAN" y que llegará el día en que "Ucrania se va a convertir en miembro de la OTAN". Sin calendario fijado, una de las cuestiones que más escamaba a Zelenski, pero con la certeza de que será un camino legal simplificado, como han decidido los socios.

Los otros triunfos que vende Zelenski

Con todo, Kiev canta victoria. Además de un renovado compromiso de apoyo militar desde la OTAN en pleno estancamiento de la contraofensiva, el líder ucraniano ha conseguido que se apruebe la creación de un Consejo OTAN-Ucrania, el nuevo foro que eleva las relaciones políticas entre las dos partes en términos de "iguales"... aún no como "aliados", como ha dejado caer con meridiana claridad el propio Stoltenberg.

Y, añadido al posicionamiento de los socios atlánticos, el G7 (seis miembros del club más Japón) ha dado otro paso en dirección a Ucrania al desarrollar un "paraguas de seguridad" que certifica los compromisos de las siete grandes economías en entrega de armamento, entrenamiento militar o intercambio de información privilegiada. 

Algo que desde el Ejecutivo ucraniano califican de forma algo rimbombante como "garantías de seguridad", porque realmente no lo es. El texto con firma de EEUU, Canadá, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y Japón queda muy lejos de cualquier compromiso que pueda parecerse al Artículo 5 de la Alianza, el principio que establece la defensa unitaria de todos los miembros si uno de ellos es atacado.

Pasos importantes que "no son definitivos pero sí van hacia adelante" en el apoyo a Ucrania, ha añadido Pedro Sánchez en su comparecencia desde Vilna. Para el presidente español, lo importante es la "garantía de un fuerte, inequívoco y legítimo apoyo a medio y largo plazo", no en periodos cortos fácilmente revisables, ha señalado.

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es