El más difícil todavía en Francia: Macron vuelve a apostar por el dimitido Sébastien Lecornu
El mismo primer ministro que renunció el lunes y el miércoles reconoció que "no sería él" el nuevo elegido... sí lo ha sido. "Acepto por obligación", afirma, sabedor de lo que tiene por delante.

De entre todas las opciones posibles, Emmanuel Macron ha vuelto a elegir la menos imaginable en un escenario normal. Pero hace mucho tiempo que Francia no lo es. El presidente de la República ha decidido volver a nombrar primer ministro al recién dimitido Sébastien Lecornu... que ha aceptado "por obligación" tras pedir no volver al cargo hace apenas 48 horas y abandonarlo hace solamente cuatro días.
Esas 48 horas eran justo el plazo dado por el político francés al jefe de Estado para encontrar un nuevo encargado de dirigir el gobierno, tras hacer lo que creía un 'último servicio a la causa' entre el lunes de su dimisión y el miércoles que se reunió con Macron, que se resistía al adiós de una figura fundamental en el macronismo, como es Lecornu.
En esas larguísimas jornadas, Lecornu encontró 'elementos' que animaban a pensar en un potencial acuerdo, especialmente con los socialistas como bloque clave para permitir una mayoría en la Asamblea Nacional... pero siempre con él fuera de la ecuación. O eso pensaba Sébastien.
Entre ultimátum y ultimátum, el plazo se le acababa a Macron este mismo viernes. Y apurando los minutos como pocos políticos más saben hacer, el anuncio ha llegado al filo de las 22:00, con un mensaje de Lecornu. En él, se compromete a "hacer todo lo posible por dotar a Francia de un presupuesto para finales de año y abordar los problemas cotidianos de nuestros compatriotas".
"La restauración de nuestras cuentas públicas sigue siendo una prioridad para nuestro futuro y nuestra soberanía: nadie puede eludir esta necesidad", ha escrito, agregando que "el nuevo equipo de gobierno debe encarnar la renovación y la diversidad de competencias". Un aviso —quizás a sí mismo— para adelantar un rumbo diferente al Gobierno continuista que presentó el domingo y que precipitó su inopinado adiós el lunes, bajo críticas hasta de los suyos por no haber rastro de la necesaria "renovación".
Elecciones no, gracias...
Macron confiaba en la vía de un nombramiento de consenso y, sobre todo, de no tener que adelantar elecciones legislativas tras verse forzado a hacerlo en 2024 ante el cambio político surgido de las europeas. No le han faltado ocasiones para volver a convocar a las urnas, con la dimisión o cese acelerado de hasta cuatro primeros ministros en apenas 15 meses. Pero ni con las caídas de Gabriel Attal, de Michel Barnier, de François Bayrou y de Sébastien Lecornu aceptó ese escenario. Y mucho menos, adelantar las elecciones presidenciales, previstas para 2027.
Agarrado a la esperanza del continuísmo, el Elíseo ha sido en las últimas horas un hervidero de figuras políticas, con las muy destacables y previsibles ausencias de los líderes de la ultraderecha y ultraizquierda. Ni Marine Le Pen ni Jean-Luc Mélenchon han querido participar de unas consultas que Macron sí ha mantenido con los parlamentarios de su propio movimiento, pero también con republicanos, socialistas, comunistas, ecologistas y otros grupos menores.
Mientras crecían las voces clamando por el adelanto electoral para establecer un nuevo parlamento, especialmente en las filas conservadoras, Macron tenía clara la misión. Nombrar un primer ministro para que presentase un proyecto de presupuestos con el que romper el bloqueo legislativo. Como detalla EFE, esto tendría que ocurrir este mismo lunes si se quiere cumplir con el encargo de aprobar las cuentas antes del 31 de diciembre.
Sin embargo, las primeras declaraciones a la salida de los partidos del Elíseo ya apuntaban que consenso, consenso, el justito. Los representantes del PSF y Los Verdes, Olivier Fauré y Marine Tondelier, respectivamente, aseguraban tras verse con Macron que esperaban otro elegido alejado de la izquierda y no garantizaban que no hubiera una censura inminente contra su figura. Y siguen sin garantizarlo, ahora con Sébastien Lecornu de vuelta a Matignon.
