Trump ordena reanudar "inmediatamente" las pruebas de EEUU con armas nucleares
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Trump ordena reanudar "inmediatamente" las pruebas de EEUU con armas nucleares

El presidente estadounidense hace el anuncio a pocos minutos de que empiece la cumbre con su homólogi chino, Xi Jinping, en Corea del Sur

Un bombardero B-52H Stratofortress de la Fuerza Aérea de Estados Unidos lanza un misil de crucero durante un ejercicio de prueba sobre el Pacífico.Staff Sgt. Roidan Carlson

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ordenado este jueves al Pentágono la reanudación “inmediatamente” de las pruebas con armas nucleares, un giro drástico en la política de defensa del país y con el que pone fin a más de tres décadas de moratoria por, según ha dicho en su plataforma Truth Social, los ensayos de países como Rusia y China.

“Debido a los programas de pruebas de otros países, he instruido al Departamento de Guerra para que empiece a probar nuestras armas nucleares en igualdad de condiciones”, dice el mensaje que ha publicado minutos antes de su encuentro con el presidente chino, Xi Jinping, en Corea del Sur, donde participan en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC). El anuncio, difundido durante el viaje del inquilino de la Casa Blanca hasta el aeropuerto de Gimhae para encontrarse con su homólogo chino, ha añadido más tensión a un ambiente que está marcado por la guerra arancelaria entre ambas potencias.

La Casa Blanca no ha aclarado todavía qué tipo de pruebas con armas nucleares se van a llevar a cabo ni en qué plazos. Sin embargo, en su mensaje, Donald Trump no ha dudado en presumir que Estados Unidos posee “más armas nucleares que cualquier otro país”, por delante Rusia y China, que ubica "en un distante tercer lugar". También ha advertido de que Pekín “podría alcanzar un nivel similar en cinco años”.

El anuncio del presidente estadounidense llega un día después de que Vladímir Putin afirmara haber probado con éxito el torpedo nuclear Poseidón, un arma de propulsión nuclear capaz de generar tsunamis radiactivos y devastar regiones costeras enteras. El 22 de octubre, el líder ruso dirigió desde el Kremlin maniobras a gran escala de sus fuerzas nucleares. Durante los ejercicios se lanzó un misil balístico intercontinental Yars desde el cosmódromo de Plesetsk, a casi 800 kilómetros de Moscú, con destino al polígono de Kura, en Kamchatka, a más de 6.000. También participó el submarino nuclear Briansk, que disparó un misil Sineva desde el mar de Barents, así como bombarderos estratégicos Tu-95C, que se encargaron de lanzar misiles de crucero.

La decisión de Donald Trump, por otro lado, supone una ruptura de la línea seguida por todos los presidentes de Estados Unidos desde hace treinta y tres años, cuando George H. W. Bush (padre) decretó una moratoria sobre los ensayos nucleares tras el fin de la Guerra Fría. Desde entonces, el país ha recurrido a simulaciones por ordenador y pruebas sin detonaciones, solo para verificar la fiabilidad de su arsenal nuclear.

La última prueba nuclear que realizó Estados Unidos fue en septiembre de 1992, en el polígono de Nevada. A lo largo de medio siglo, ha realizado más de un millar de pruebas con detonación, desde el primer ensayo en Alamogordo (Nuevo México) en 1945 hasta los últimos años de la carrera armamentística con la Unión Soviética.

¿De qué hablarán Donald Trump y Xi Jinping?

Los presidentes de Estados Unidos y China, Donald Trump y Xi Jinping, se reúnen este jueves en Corea del Sur, en los márgenes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que se celebra en la ciudad de Gyeongju. Será el primer cara a cara entre ambos desde el regreso del republicano a la Casa Blanca en enero y la primera vez que se ven desde el G20 de Osaka, en 2019. Sobre la mesa figura una amplia agenda de asuntos espinosos que van desde los aranceles y la guerra comercial hasta el tráfico de fentanilo, el futuro de TikTok, el comercio agrícola y la situación de Taiwán.

El encuentro tiene lugar apenas unos días después de que representantes de ambos países alcanzaran en Kuala Lumpur un “acuerdo preliminar” para aliviar las tensiones comerciales. Aunque no se han revelado los detalles, se espera que los dos líderes extiendan la tregua arancelaria que expira en noviembre. Actualmente, Washington aplica aranceles del 30 % a los productos chinos y Pekín del 10 % a los estadounidenses, tras haber llegado a picos del 145 % y el 125 % durante los primeros meses de la guerra arancelaria iniciada por Trump.

Entre los temas más delicados figura el control de las llamadas tierras raras, minerales estratégicos para la industria tecnológica y cuya producción está prácticamente monopolizada por China. La decisión de Pekín de endurecer las restricciones a su exportación ha provocado un fuerte malestar en Washington. Trump llegó a amenazar con elevar al 100 % los aranceles a cambio, aunque el tono se ha suavizado tras las últimas conversaciones bilaterales.

Otro punto clave será el tráfico de fentanilo, la droga sintética que ha generado una crisis sanitaria en Estados Unidos. Trump acusa a los cárteles mexicanos de producirla con precursores químicos procedentes de China, y ha vinculado la posibilidad de rebajar los aranceles al compromiso de Pekín para frenar este flujo. El Gobierno chino sostiene que el problema radica en la demanda estadounidense de opioides, no en la oferta de sustancias químicas.

También se espera que ambos mandatarios aborden el futuro de TikTok en Estados Unidos. La aplicación está obligada por ley a desvincularse de su matriz china, ByteDance, para seguir operando en territorio estadounidense. En septiembre, Washington y la compañía alcanzaron un acuerdo marco —con el aval de Xi, según Trump— para crear una empresa conjunta con mayoría de capital estadounidense y garantías sobre el uso de los datos de los usuarios.

El comercio agrícola será otro de los puntos de fricción. China suspendió en mayo la compra de soja estadounidense, el principal producto agrícola del país norteamericano, como represalia por la guerra arancelaria. Ambos gobiernos alcanzaron en Kuala Lumpur un principio de acuerdo para reanudar las compras, una cuestión clave para Trump de cara a las elecciones de medio mandato.

Aunque el republicano ha asegurado que no planea tratar el tema de Taiwán salvo que Xi lo plantee, la cuestión sobrevuela cada encuentro bilateral. Pekín considera la isla una provincia rebelde, mientras que Trump ha adoptado una postura más ambigua que la de su antecesor, Joe Biden. Xi podría aprovechar la reunión para buscar concesiones, especialmente tras las críticas del estadounidense a la industria taiwanesa de semiconductores, a la que acusa de “robar” empleos en EE UU.

Por último, la guerra de Ucrania también aparecerá en la conversación. Trump, que fracasó en su intento de organizar una nueva cumbre con Vladímir Putin para poner fin al conflicto, ha instado a China a ejercer su influencia sobre Moscú. Pekín, sin embargo, mantiene una posición ambigua y defiende su cooperación económica con Rusia, lo que limita las expectativas de un avance diplomático.

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