Un país de la OTAN decide que más vale prevenir y aparca 64 aviones de combate en el patio trasero de Rusia
Finlandia refuerza el flanco norte con cazas F-35A de quinta generación, desplegados a las puertas de la frontera rusa.
Mientras las conversaciones de paz siguen estancadas, Finlandia ha dado un paso decisivo en el tablero de la seguridad europea. El país nórdico ha iniciado oficialmente la transición hacia una flota de 64 cazas F-35A de quinta generación, un movimiento que refuerza de forma directa el flanco norte de la OTAN y coloca a uno de los aviones de combate más avanzados del mundo a pocos cientos de kilómetros de la frontera rusa.
El primer aparato ya ha volado en Texas y marca el inicio de un programa que cambiará el equilibrio aéreo en el Báltico y el Ártico, según publica el portal 19FortyFive.
El primer F-35A de la Fuerza Aérea Finlandesa, identificado con el número de cola JF-501, se presentó el 16 de diciembre en las instalaciones de Lockheed Martin en Fort Worth. Con este acto, Helsinki certifica su salto desde los veteranos F/A-18 Hornet, adquiridos en los años noventa, a una plataforma diseñada para operar en entornos de alta amenaza y totalmente integrada con los aliados de la OTAN.
De los Hornet a la quinta generación
Finlandia operaba hasta ahora una flota de 64 F/A-18C/D Hornet, con entregas realizadas entre 1995 y 2000. Aquellos aviones, ensamblados en parte en el propio país por la empresa estatal Patria, han sido durante décadas la columna vertebral de la defensa aérea finlandesa. Pero el contexto geopolítico ha cambiado, y de qué manera, con mucho mayores exigencias militares.
La sustitución por el F-35A no es solo un relevo técnico. Supone la entrada en una arquitectura de combate compartida con otros países aliados que ya utilizan el mismo avión, desde Noruega hasta Italia o Reino Unido. En palabras del Ministerio de Defensa finlandés, se trata de una inversión pensada para las próximas décadas y alineada con los estándares operativos de la Alianza.
Industria local y autonomía estratégica
El programa tiene además una fuerte dimensión industrial. Patria volverá a jugar un papel clave, esta vez con el ensamblaje estructural de componentes del F-35 en una nueva planta situada cerca de la ciudad de Nokia.
El contrato global, valorado en unos 9.600 millones de dólares (unos 8.150 millones de euros), incluye también la creación en Finlandia de un centro de mantenimiento de motores F135, el corazón del caza.
Este plan no solo garantiza empleo y transferencia tecnológica, sino que da a Finlandia capacidad de mantenimiento a largo plazo, reduciendo la dependencia exterior en un escenario de crisis prolongada. Para un país con más de 1.300 kilómetros de frontera con Rusia, la autonomía logística no es un detalle menor.
Disuasión en el flanco norte
En lo militar y geopolítico, la llegada del F-35A tiene un impacto directo en la postura defensiva de la OTAN en el norte de Europa. El avión combina baja detectabilidad (furtividad), sensores avanzados y enlaces de datos capaces de fusionar información en tiempo real con fuerzas terrestres, navales y aéreas aliadas.
"El F-35 aportará un nuevo nivel de capacidad a nuestra defensa", señaló el comandante de la Fuerza Aérea Finlandesa durante la presentación del programa. El mensaje es que no se trata solo de proteger el espacio aéreo nacional, sino de contribuir activamente a la disuasión colectiva.
Calendario y entrenamiento
El JF-501 ya ha completado su primer vuelo y será entregado a principios de 2026. Antes de operar desde bases finlandesas, el avión y sus pilotos pasarán por la Base Aérea de Ebbing, en Arkansas, uno de los centros de formación del F-35A. A partir de ahí, las entregas se irán escalonando hasta completar la flota de 64 unidades, la mayor del norte de Europa.
El primer caza aterrizará en Finlandia el próximo año, y las operaciones iniciales están previstas poco después. Para entonces, el país habrá culminado uno de los procesos de modernización militar más relevantes de su historia reciente.